Treinta y seis

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Me traen a una comisaría, me toman declaración y me aseguran protección. El ángel de ojos azules vuelve y se sienta enfrente de mí.

-¿Estás bien? –Pregunta y asiento- No te imaginas lo que hemos pasado buscándote todos estos días.

Me atrevo a pararme y le agradezco con un abrazo.


¿Tenías que ser Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora