Sus labios toman los míos con dulzura y comienza a amasarlos, sigo su ritmo el cual vuelvo un poco exigente, en cuestión de minutos la ropa comienza a sobrar y nos convertimos en un manojo de pieles calientes ansiando por unirse y encontrar el espacio en el rompecabezas. Estallamos y el silencio se va para dejar paso a los gemidos y suspiros.
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¿Tenías que ser Tú?
Short StoryPara un hombre, obtener él rechazo de una mujer puede ser un tiro al blanco en su ego. La venda impuesta por la irrealidad en nuestros ojos puede jugarnos a favor o en contra, la aprovechamos y nos permitimos vivir conforme a lo que soñamos, o atent...