Cuarenta y uno

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Varios hombres me escoltan y nos trasladamos de lugar a uno más retirado, pero nada disminuye mi dolor al saber que nuevamente se ha escapado. Esta vez tenemos una habitación con doble cama y me lleno de paz al saberlo.

-¿Qué fue lo que te hizo ese hijo de puta?

Mi lengua comienza a aflojarse y en medio de un torrente de lágrimas le relato todo lo sucedido desde el inicio.


¿Tenías que ser Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora