Quince

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Puse mi pie en la pared para impulsar mi cuerpo a la puerta, haciendo agobio de toda mi fuerza jalé una y otra vez pero nunca cedió. Sólo había una explicación, alguien me había encerrado con llave.

Fui por el teléfono inalámbrico para reclamarle a mi madre, pero no tenía sonido. Fui hasta la ventana pero era inútil, estaba enrejada y me encontraba en el segundo piso, no había manera de salir. Escuché la bocina por varios minutos y luego el sonido del carro alejarse, me senté en suelo resoplando. 

¿Tenías que ser Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora