Diecisiete

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Apresó mis manos con fuerza a cada lado de mi cabeza y comenzó a besar mi cuello. Lo chupaba fuertemente mientras decía cantidad de palabras donde imponía el eres mía.

Subí mi rodilla y golpee fuertemente su entrepierna. Se alejó agachándose del dolor y comencé una carrera hacia la puerta, allí me encontré a mi padre quien se mostró divertido con mi cara de angustia. Minutos después Chris llegó riendo y haciendo comentarios sobre un juego muy brusco. No supe a que se refería hasta que vi mi cuello y mis clavículas llenas de marcas rojas.


¿Tenías que ser Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora