Hacía frío y sabía que era porque el invierno se acercaba, aunque estando tan alejado de la ciudad sabía que todo empeoraba. Se abrazó a si mismo antes de entrar a los establos para tomar la comida para los caballos.
Maldijo cuando sus dientes castañearon por el frio y supo que era un tonto por no haber agarrado algo para cubrirse, pero como Marie le había dicho, cuando se encontraba a alguien especial la mente se volvía olvidadiza.
Apretó los labios mientras deseaba con todas sus fuerzas el poder volver a casa para esconderse debajo de sus gruesas mantas y aferrarse a la calefacción.
Un recuerdo golpeó su mente mientras llenaba de agua en una gran bandeja ya que era importante que los caballos tuvieran agua todo el tiempo puesto que así evitaba el hecho de que sufrieran de cólicos.
Cuando vivía en aquella enorme mansión que su esposo había comprado para él, pasaba por un frío demasiado crudo a pesar de que contaba con calefacción para evitarlo, pero a su marido le enfadaba mucho cuando las cuentas llegaban más altas de lo habitual, se ponía demasiado furioso a decir verdad. Bebía un vaso de vodka en seco sin combinarlo con nada más y después volteaba a mirarlo con los ojos cargados de molestia. Siempre preguntaba la razón por la cual la cifra había sobrepasado los números habituales, pero a pesar de que Harry le diera explicaciones justas, él lo empujaba con fuerza hasta hacerlo tambalearse y después caer para empezar a patearlo en piernas y costillas, esos lugares en los que sabía que la gente no vería los golpes y ni siquiera sospecharían de que su “perfecta” relación estaba basada en violencia y miedo.
Miró a su alrededor después de alejar esos pensamientos moviendo la cabeza. Aquel era el momento indicado para limpiar los establos por su propia cuenta sin ayuda alguna para despejar su mente y empezar a sentirse útil, no un inútil como aquel hombre le había dicho en más de una ocasión.
Si miraba todo lo que tenía no entendía la razón por la que se había marchado tiempo atrás. Amaba todo aquello con lo que había crecido, pero se había dejado enamorar por las palabras de un maldito psicópata.
~*~
Alexandra se encontraba en el auto de su padre aguantando una carcajada que amenazaba con salir de sus labios en un descuido, pero no quería ser tan obvia. No quería que su padre se diera cuenta de que ella ya estaba enterada de ese beso que se había dado con el Señor Styles porque simplemente quería que se enterara de su aprobación con la sorpresa que estaba preparando para ambos con Niall.
Ese día iba especialmente feliz puesto que Niall le había dicho que la llevaría a un lugar importante puesto que alguien más estaba dispuesto a unirse en el maravilloso plan que ambos habían ideado después de que ella misma le contara al rubio lo que había visto.
Cuando su padre había llegado esa tarde del trabajo, se había quejado un par de veces porque su tío Liam lo había llevado a un lugar que al parecer, no le había agradado del todo, pero cuando ella mencionó que era hora de marcharse para ir a las clases de equitación, los ojos de su padre habían brillado como nunca los había visto brillar y de repente su ceño había dejado de estar fruncido para dar paso a una enorme y radiante sonrisa que sabía que no le regalaría a cualquier persona.
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Pasos hacia ti. [Larry Stylinson]
Romance"No puedes llegar a mi vida y simplemente pretender que me conoces... no sabes nada de mi"