Capítulo 23.

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Alexandra hacía sus maletas con el entrecejo fruncido y no era que le molestara el hecho de pasar sus vacaciones de verano en casa del señor Harry, claro que no, lo que fastidiaba cada parte de su ser era que había hecho planes con su mejor amiga para verse durante ese tiempo, pero todo había quedado arruinado por la brillante idea de su padre.

Aquel día en que se había enterado de la noticia, ella había despertado para ir a la escuela y después de seguir su aburrida rutina, había bajado al comedor para toparse con su padre acompañado del señor Harry, quien usaba ropa que antes le había visto a su padre. Ambos habían preparado el desayuno y estaban demasiado sonrientes. Por un momento ella había empezado a contagiarse con su buen humor, pero cuando le dijeron que pasarían todos juntos las vacaciones en ese lugar, su rostro había cambiado.

Aventó unas prendas más de mala gana sin preocuparse por si estaban correctamente acomodadas o no y después prosiguió con los zapatos descartando todo tipo de tacones puesto que al final no podría usarlos ya que se enterrarían en la exagerada tierra al primer paso.

Todo había sido demasiado repentino y detestaba que la trataran como si tuviera cinco años. Había escuchado a ambos hablando en susurros acerca de aquello, pero decían cosas que simplemente no encajaban en su cabeza y eso era demasiado ridículo. ¿Por qué rayos no le decían por qué se estaban yendo a vacacionar en la nada?

“Podrás montar caballos todo el tiempo que quieras”, había dicho su papá como si con aquello  ya tuvieran completamente garantizado que ella aceptaría. Que equivocados estaban.

Sí, amaba ver a su padre tan feliz, más si era con una persona tan buena como el señor Harry, pero ellos podían pasar las vacaciones juntos si querían sin tener que arrastrarla, no era necesario.

-          ¿Estás lista? – escuchó la pregunta a sus espaldas mientras cerraba su maleta con toda la furia posible.

Amaba a su padre, pero en ese momento estaba siendo tan malditamente cobarde que empezaba a dudar de ese amor… era tan cobarde que había enviado al señor Harry por ella en lugar de subir él mismo. Eso comprobaba que era alguien que no sabía librar sus  propias batallas… bendito el día en el que había conocido al señor Styles para librarlas por él.

Se encogió de hombros ante toda respuesta ya que todo lo tenía reservado para el hombre indicado.

-          Si tienes cosas que decir, puedes decírmelas a mí – dijo el hombre alto que tenía enfrente – todo este asunto de las vacaciones es mi culpa, no de Lou.

Aquel hombre debía de ser mago, brujo o alíen por el hecho de haber leído sus pensamientos tan fácilmente.

-          ¿Por qué nos vamos? – preguntó confinando en Harry, él no le podía mentir – todo fue rápido y repentino.

Se sentó en su cama y miró en dirección al señor Harry que se encontraba apoyado en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho.

Pasos hacia ti. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora