SITUACION GLOBAL
Los imperios se derrumbaban al fin (las Comisiones estaban tomando el control del mundo), pero aún les quedaba algo de fuerza. España era el punto débil de todas ellas, ya que conquistándola perderían gran parte de su fuerza. El resto de esa fuerza residía en el pensamiento de la población mundial, pero en opinión de la SSSR y los CSA, que no de la DENAC, el control militar de los poderosos ejércitos de ambos países haría olvidar a las odiadas Comisiones.
Los planes de invasión estaban siendo ultimados cuando todo sucedió.
El motor Gierek crea una distorsión en el espacio-tiempo necesaria para eliminar el efecto dilatador relativista del tiempo. Esta distorsión puede ser detectada, aunque la tecnología humana aún no era capaz de hacerlo. De haber dispuesto de aquella tecnología habrían sido capaces de seguir a la Síniy Planiéta allá donde fuese a todo lo largo del Universo, ahorrándose así las angustias cuando la nave se retrasaba en su regreso. Pero aunque esta tecnología aún no estaba al alcance de la Humanidad, existía.
Alguien detectó los vuelos de la astronave humana, alguien comprobó que por las zonas que esta pasó no había ninguna nave suya, y alguien decidió ir a investigar el suceso.
Ese alguien estaba cubierto de pelo largo amarillo y negro, disponía de poderosos brazos y piernas terminados en unas "manos" y "pies" almohadillados, dotados de afiladas garras y cuatro "dedos". Su boca prominente culminada por una nariz esponjosa de tipo felino mostraba unos agudos dientes carnívoros, y tres ojos negros culminaban, junto con unas curiosas orejas y dos metros y medio de estatura, una apariencia de un gato enorme.
Su civilización había creado el Viajero doscientos años atrás, y una guerra le había privado de él. Ahora no se imaginaba que alguien lo había utilizado para copiar su tecnología, sino que pensaba que una nueva inteligencia había descubierto el secreto del espacio-tiempo, su contracción-expansión.
Desde el lado opuesto de la Galaxia, cruzó el espacio en dirección a una estrella solitaria común situada a 30.000 años-luz del centro galáctico, en el brazo de Orión. Naturalmente esos seres utilizaban otros nombres y otros sistemas de medición, pero eso no importa.
Cuando el 8 de Marzo el radiotelescopio orbital de la Unión Internacional Astronómica se volvió loco por la radiación láser que le llegaba y el telescopio orbital detectó una nueva fuente de radiación a medio año-luz de la Tierra, la CCE tomó el control de la UIA. El día 9 se identificó la fuente de radiación como un láser de gas, de características muy similares a las que producía el impulsor Bussard de la Síniy Planiéta. El día 10 se confirmó que la radiación que se acercaba al planeta Tierra era un propulsor de frenado Bussard, y aquello a lo que frenaba llegaría a su destino en un plazo de diez días, según los últimos cálculos.
Los servicios de información mostraron su valía una vez más. Agentes del KGB, la CIA y el CIS descubrieron, casi simultáneamente, esta información, y la transmitieron a sus respectivos gobiernos, haciendo que el pánico se hiciese dueño de ellos. Representantes de los tres imperios acudieron a la COMCENA para exigir la devolución del control de las armas nucleares, con lo que en su nerviosismo descubrieron sus conocimientos sobre el nuevo Viajero.
Las Comisiones no podían permitirse en esos momentos el pánico mundial e hicieron lo que tenían al alcance desde hacía mucho tiempo. En una especie de Golpe de Estado incruento, las Comisiones tomaron el control efectivo y jurídico de los asuntos mundiales, desposeyendo a los imperios del poco poder que les quedaba. En una sesión histórica del Tribunal Internacional de Barcelona, dicho estamento decretó la abolición de todos los estados mundiales durante el período de crisis, otorgando el poder a las Comisiones, en especial a la CCE y a la COMCENA.
La astronave de otro mundo llegó. Detectó la anticuada estación espacial que orbitaba al planeta y comenzó a preguntarse si realmente había sido desde allí de donde había partido la distorsión. Pero acto seguido sus sensores detectaron a la Síniy Planiéta, y entonces no tuvieron duda alguna. Eran sus motores, y aquella civilización los había copiado de alguna manera. Verdaderamente aquella civilización estaba compuesta de seres con una inteligencia notable y quizás similar a la suya. Había llegado el momento ansiado por ellos, había llegado el Contacto.
Para la Tierra era el fin de la Era Imperial, y el comienzo de la Era Galáctica.
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La Era Imperial
Science FictionUcronía de parte del Siglo XX narrada por un ficticio historiador de un próximo futuro alternativo cual si de una crónica de sucesos se tratara.