Años 1990 - 1991

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SITUACION POLITICO-ECONOMICA

Tras la creación de la CCE España siguió aumentando su importancia mundial consiguiendo sus estamentos mayor prestigio día a día. La peseta española había echado finalmente del mercado al rublo y al ansi, y en ella se basaba ya la economía mundial, mientras la Bolsa de Madrid era la guía del resto de las bolsas mundiales. La fama es un círculo vicioso, y de esa manera este éxito económico hispano atrajo hacia su suelo a todas las instituciones internacionales. La primera en establecerse fue la Unión Internacional de Astronomía, que puso su sede en Barcelona, a la que siguió la Organización Mundial de la Salud, vestigio de la extinta ONU, en Toledo, y la Comisión para la Protección del Medio Ambiente en Madrid. Cuando la poderosa COPROMA se instaló, los dirigentes de las tres capitales imperiales comenzaron a alarmarse. Se sentían impotentes ante la fuerza que comenzaba a acumular España (entre la CCE y la COPROMA controlaba muchas de sus acciones), que sin darse cuenta había alcanzado la suficiente como para ponerse fuera del alcance efectivo de sus ejércitos. A mediados de 1.990 el hundimiento de la nación íbera habría significado el colapso de la economía mundial.

El siguiente paso en el control mundial por parte de la nación española fue la creación, el 7 de Mayo, de la Comisión para la Distribución de la Energía, encargada de velar por el correcto aprovechamiento de la energía disponible. La explotación sin control de los recursos energéticos mundiales había finalizado, aunque su validez no sería prolongada. Mientras tanto una nueva soga había sido colocada al cuello de los imperios, que comenzaban a entrever su fin a manos de la todopoderosa España.

Parece una contradicción que los imperios se autoimpusiese esos controles que acababan con su libertad de acción si no los deseaban, pero pese a su poderío militar dichas naciones estaban formadas por personas y no por soldados, y las revueltas a las que se enfrentarían de no aceptarlas no las podría controlar ningún ejército.

La siguiente Comisión en nacer, y la más poderosa tras ello junto con la CCE, fue la Comisión de Control de la Energía Atómica. Pese a que podría estar incluida en la CODISEN, sus especiales atribuciones, en lo que se refiere a control del armamento nuclear, hicieron que fuese independiente del resto de las Comisiones.

Era el último esfuerzo español para acabar con la hegemonía de los grandes imperios, controlando su fuerza disuasoria nuclear les controlaría a ellos. El 19 de Julio de 1.991 inició sus funciones cambiando los códigos de lanzamiento de todos los misiles nucleares, incluidos los torpedos del programa Guardián Espacial, entregando los nuevos códigos a los dirigentes de las naciones nucleares pero amenazando con destruir cualquier misil que despegase sin su autorización. Para hacer cierta esta amenaza los códigos de autodestrucción de los misiles permanecieron en poder de la COMCENA sin ser entregados a las distintas naciones, y podrían con ello hacer detonar los ingenios nucleares en cualquier instante, estuviesen volando o no. La COMCENA tenía a los imperios en la palma de sus manos.

Tras la COMCENA llegaron la COVINTEC, la COVINBIO y la CCOTRAIN, todas españolas, que terminaron de tejer la red de control sobre el mundo que el gobierno del capitán general Moreno Barberá había planeado. Solo faltaba un pequeño empuje para hacerse con el control total y público del planeta, y ese empuje llegaría de la mano de la Síniy Planiéta.

SITUACION CIENTIFICA

Pese a todos los avances hechos en la investigación de los sistemas del Viajero (el descubrimiento de los propulsores iónicos, Bussard y Gierek), había algo que los científicos de la CCE aún no habían averiguado sobre él, los generadores. Ignoraban sus principios de funcionamiento, el combustible utilizado y su utilidad, y desde hacía años se habían propuesto resolver el misterio sin conseguir nada.

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