SITUACION POLITICO-ECONOMICA
Pese a la colaboración existente en materia científica entre la SSSR y la DENAC, el "robo" de Palestina y el apoyo a facciones anticomunistas dentro del gigante rojo hacía que la tensión existente entre ambos gobiernos no bajase de un punto crítico de ruptura.
Dicho punto alcanzó fases de riesgo cuando China, el gran independiente de Oriente, comenzó a tentar a los pueblos soviéticos de más allá de sus fronteras a separarse del imperio ruso y unirse a ella y a la DENAC. Que China tenía intenciones y muchas posibilidades de unirse al gigante democrático (las reformas democráticas chinas eran un secreto a voces) era algo que Moscú sabía perfectamente y que, aunque no le gustaba, lo toleraba, pero que dicho país intentase llevarse consigo a pueblos soviéticos mediante propaganda y en algunos casos el sabotaje era algo que no podía aceptar.
El pueblo soviético llevaba tiempo reclamando una acción sobre China, y el ya cansado pero aún fuerte Penkovskiy inició, a sus sesenta y ocho años, la primera guerra de conquista de la SSSR.
Los años de escaramuzas, de tensiones y de odios acumulados expresaron toda su furia cuando los ejércitos de infantería soviéticos números 11, 13 y 17, y los blindados 31, 41 y 51 atravesaron la frontera chino-soviética por Blagoveshchensk y Sinuiju y comenzaron a avanzar sobre Beijing arrasando las ciudades de Tsitsihar, Antung, Chihfeng, Shenyang y Chinchow antes de cercar la capital del gran estado, comenzando entonces su bombardeo usando la artillería y la fuerza aérea del ejército más poderoso del mundo.
Tras el cerco a la capital china, el 9 de Junio de 1.984, la calmada DENAC decidió actuar. Pese a que China aún no formaba parte de su unión política, las posibilidades de esta de ingresar y los grandes intereses económicos que había en juego la hicieron tomar parte activa en el conflicto y apoyar al agredido. Los grandes imperios se enfrentaban al fin, aunque en un ring neutral.
En la mañana del 10 de Junio, cuando los bombarderos soviéticos despegaban de sus bases de Pyongyang y Vladivostok para esparcir por las calles de la capital china una nueva carga letal, los cazas encargados de su protección, que en esos momentos sobrevolaban la ciudad de Tunhwa, se encontraron con interceptores y cazas en cuyos timones de cola se podían ver veinticinco estrellas amarillas sobre un fondo azul, cazas de la DENAC.
La batalla duró poco más de cien segundos, y acabó con el derribo de veinte de los cincuenta cazas soviéticos y ocho de los veinte comunitarios. El ataque por sorpresa hizo que descuidasen su tarea de proteger a los bombarderos que cayeron bajo el fuego de más cazas comunitarios con la colaboración de algunos cazas chinos supervivientes. El ataque de ese día fue abortado pero los soviéticos, puestos sobre aviso, no volverían a ser cogidos por sorpresa. La DENAC engrosaría la lista de sus enemigos directos.
La guerra SSSR-DENAC (China no era más que el premio de la victoria, además de anfitrión del conflicto) fue un campo de pruebas donde las modernas tácticas estudiadas durante años se aplicaron por fin en un campo de batalla real. Pese a que ambos imperios tenían armamento nuclear en cantidad suficiente como para aniquilarse mutuamente, los genios militares de ambos bandos lucharon y vencieron en la batalla interna en pro de la no-utilización de los ingenios atómicos (no había nada de heroico en apretar un botón y aniquilar medio planeta con ello).
Tras un mes de dura lucha, la superioridad aplastante del Ejército Rojo frente al más débil combinado chino-comunitario y la mejor situación táctica soviética dieron la victoria a la SSSR anexionando a la gran nación de Oriente en el gigante euroasiático. El Tratado de Seúl, por el cual China se convertía en un Prisoyediniéniy Territóriya, con muchísimos menos derechos que una república, añadía una cláusula especial para la DENAC, en la cual se señalaban los pagos que dicho imperio debería hacer para sufragar los gastos de la guerra. Naturalmente la SSSR no necesitaba ese dinero, pero su objetivo era la humillación de la altiva nación democrática. El orgullo africano salvaría de algo peor que una pequeña derrota a la nación del Sur.
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La Era Imperial
FantascienzaUcronía de parte del Siglo XX narrada por un ficticio historiador de un próximo futuro alternativo cual si de una crónica de sucesos se tratara.