SITUACION POLITICO-ECONOMICA
A partir de 1.978 el mundo entró en una fase de calma política, agitada únicamente por algunos pequeños chispazos de rebelión. El conflicto de Israel era uno de esos chispazos.
Todavía aturdidos por la pérdida de soberanía de parte de sus territorios dos años atrás, grupos de ortodoxos judíos, los más radicales, comenzaron a organizarse y a formar milicias armadas para protegerse de la "amenaza árabe". Que se hubiesen decidido tras la creación del Estado Palestino, después de treinta años de continua amenaza, era ya sospechoso, pero que sus miembros quemasen banderas comunitarias y soviéticas en actos públicos en los que instigaban a la población judía a luchar contra dichos imperios lo era aún más. A nadie le extrañó, pero si sorprendió, que días antes de la celebración del mundial de fútbol Zimbabwe 78 la selección regional rusa (en aquellos mundiales competían los distintos estados o repúblicas de los imperios entre sí, sobre todo para aumentar el número de participantes) fuese secuestrada en su hotel de Bulawayo por el autoproclamado Ejército de Liberación Judío.
Las especiales medidas de seguridad del hotel impedían una actuación de las fuerzas de seguridad comunitarias sin que esto significase un gran riesgo para los componentes de la selección de fútbol. Los terroristas eran buenos guerrilleros y habían cubierto bien su posición.
El día 8 de Julio, tras dos días de tensa espera, los terroristas se pusieron en comunicación con el gobierno comunitario. Exigían la desaparición del Estado Palestino y la devolución de estos territorios a Israel. Exigían además la aceptación por parte de la SSSR o la DENAC de conceder refugio, fuese en las condiciones que fuese, al pueblo palestino que sería expulsado de suelo israelí y que bajo ninguna circunstancia debería regresar a dicho territorio. Los terroristas dieron de plazo hasta el día 14 de Julio para que uno de los dos imperios firmase un tratado confirmando la aceptación de ambas exigencias, amenazando con atacar el Kremlin o la Mansión Azul si después eran incumplidas o con la eliminación uno por uno cada hora a partir de la medianoche del día 14 de los miembros de la selección rusa si ni siquiera se llegaba a firmar el tratado. En una última comunicación añadieron que estaban dispuestos a morir, por lo que si las fuerzas de seguridad intentaban entrar aniquilarían a los rusos y las esperarían con las armas preparadas.
De haber sucedido en territorio soviético la noticia jamás habría trascendido y se habría solucionado internamente, pero el hecho sucedió en la DENAC y los periodistas que se encontraban en la ciudad de Bulawayo para cubrir la información sobre el mundial difundieron rápidamente la noticia por toda la comunidad. Penkovskiy se enteró casi simultáneamente por los informativos comunitarios y por la llamada del presidente Carpenter.
El gobierno de la SSSR envió a Harare, capital regional de Zimbabwe, al Ministro del Interior, el alemán Erich Schmidt, para tratar directamente con el gobierno comunitario sobre la crisis. Las instrucciones de Schmidt eran claras, no aceptar las condiciones de los terroristas e impedir que el gobierno de Pretoria las aceptase. La SSSR jamás cedería al chantaje judío.
El gobierno de Israel se sentía impotente. Pese al odio que habían adquirido hacia la Unión Soviética sabían que atacarla era un suicidio y que actos como el que se estaba produciendo en Bulawayo únicamente traería desgracias al abandonado estado. Desde que la noticia se hizo pública el gobierno israelí contactó con el Kremlin para asegurar al Politburó que ellos no tenían nada que ver con lo que estaba sucediendo en Zimbabwe y que repudiaban lo que aquellos súbditos israelitas (si realmente lo eran) estaban haciendo. El gobierno soviético aceptó las disculpas israelíes sin creerlas en absoluto (había pruebas más que suficientes como para demostrar que el gobierno de Tel Aviv estaba entrenando y financiando a grupos terroristas) y se dedicó al problema inmediato dejando las represalias para después.
ESTÁS LEYENDO
La Era Imperial
Science-FictionUcronía de parte del Siglo XX narrada por un ficticio historiador de un próximo futuro alternativo cual si de una crónica de sucesos se tratara.