Año 1965

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SITUACION POLITICA

La última conquista de los CSA estaba a punto de producirse. No era el mismo tipo de conquista que había realizado hasta esos momentos, se trataba de integrar en el imperio confederado a un país ya vencido una vez, los USA. Después de nueve años de miseria aún quedaban algunos estados gobernados por los unionistas, aunque fuertemente influidos por la Confederación. Las leyes de estos estados eran prácticamente idénticas a las de los CSA en lo que a control de la población se refiere, y sólo faltaba un papel para que los USA desaparecieran totalmente. Este papel, el decreto Evans, fue redactado en Houston el 1 de Febrero anexionando finalmente a los pocos estados que permanecían en manos de la Unión, haciendo desaparecer al gobierno de Washington para siempre. A excepción de la democrática Canadá, con amigos demasiado poderosos como para que los CSA la atacasen, América olvidó lo que significaba la palabra democracia.

Al otro lado del Atlántico, la SSSR realizaba también sus últimas conquistas, de manera mucho más pacífica. Por el Tratado de Oxford, firmado el 20 de Febrero, Holanda, Dinamarca e Irlanda se convertirían al cabo de ocho meses en repúblicas soviéticas. Dos meses después, concretamente el 25 de Abril, se firmó en Zúrich un tratado por el cual, en el último mes del año, todas las Potencias Asociadas a la SSSR se integrarían totalmente en la misma. La transformación de Europa se había completado totalmente.

Sin embargo, quedaban aún dos pequeños trozos que molestaban en las mandíbulas soviéticas, España y Portugal. Las relaciones de la SSSR con ambos países eran buenas, pero ninguno de ellos era tan siquiera una Potencia Asociada. Aunque también mantenían relaciones político-económicas con los CSA era bien sabido que Franco mantenía las manos anexionadoras de los confederados bien alejadas de la garganta ibérica. Recientemente habían entablado relaciones diplomáticas con la SHENC y todo parecía indicar que la Península Ibérica sería una plataforma aislada en la cual las tres grandes naciones, los tres imperios, harían un intercambio comercial más fructífero, siendo ésta zona neutral. El débil gobierno portugués se frotaba las manos debido a los inmensos favores que le estaba haciendo Franco, sin darse cuenta que quien ganaba los elogios y recibía los apoyos internacionales en nombre de ambos países era el dictador español.

Esa poca visión de futuro hizo que el gobierno portugués bajase las defensas, olvidando la imperialización que estaba sufriendo el mundo. Esa imperialización también afectaba a Franco, aunque no pudiese hacerla realidad, y uno de los pocos deseos que podía cumplir era el retorno de Portugal al seno español, como siglos atrás había sido.

Sin molestar a los dignatarios extranjeros ni a los turistas que visitaban ese verano España, el ejército español cruzó la frontera portuguesa avanzando rápidamente sobre la capital lusa. Lisboa se hallaba bastante desprotegida, confiando el gobierno en la protección diplomática que les estaba brindando en bandeja de plata el gobierno hispano. Debido a ello el ejército franquista no encontró muchos obstáculos en su camino, mientras la población civil asistía asombrada al avance de los carros de combate y demás vehículos militares con la hasta entonces amistosa bandera roja y gualda española.

La victoria fue fácil. El ataque simultáneo por el Norte, centro y Sur del país, además de por el mar, dejó rápidamente sin retaguardia al ejército luso que se rindió el 4 de Agosto, veinte días después de que el primer blindado español cruzase la frontera.

La frontera portuguesa desapareció y todas sus provincias fueron integradas en la nación hispana, siendo este hecho aceptado por la población conquistada al preferir un gobierno fuerte, independiente, como el de Madrid, que el débil e indeciso gobierno de Lisboa. Naturalmente también influía en esta aceptación el hecho de que, de no ser por España, Portugal sería ya parte de la SSSR o de los CSA, y siempre sería más atractivo ser gobernados por gente tan similar a ellos como los españoles, que por extraños xenófobos o aún más extraños comunistas.

Los tres bloques cerraron los ojos ante este enfrentamiento ibérico y volvieron a abrirlos cuando todo se hubo calmado. Ahora tenían ante sí un terreno neutral unido gobernado por un hombre que les comprendía y sabía como tenerlos contentos. Pronto Madrid se convirtió en lo que había sido Lisboa o Casablanca en la Segunda Guerra Mundial, una ciudad llena de diplomáticos, espías y muertes de dignos extranjeros en circunstancias inexplicables y que todos aceptaban como un giro más del gran juego del espionaje.

En Septiembre dos hechos casi simultáneos enfriaron aún más las ya de por sí heladas relaciones entre la SSSR y la SHENC. Durante meses los soviéticos habían mantenido conversaciones con el gobierno de Nueva Delhi para convertir a la antigua nación de la India en una nueva república soviética, y desde la capital india se habían dado muestras de inclinación hacia el tipo de gobierno que ofrecía Moscú. Pero el 16 de Septiembre Pretoria anunció al mundo a través de la televisión la inclusión de la India en la SHENC, provocando la ira de Moscú, que rápidamente amenazó con represalias militares. Una breve llamada desde el despacho del presidente Mowanne, en Pretoria, al Premier Penkovskiy, en Moscú, hizo que este último recordase que la SHENC mantenía el control de gran cantidad de empresas vitales para la economía soviética y que podría hundir con una sola orden suya. Penkovskiy retiró rápidamente sus amenazas y aceptó la derrota, comenzando a idear la forma de librarse de la soga que la SHENC le había puesto al cuello.

Al final de 1.965 toda Europa, excepto la pequeña punta de la Península Ibérica, Bangladesh, Chile, Korea, Uruguay y Vietnam formaba parte de la SSSR. América, a excepción de Canadá, Chile y Uruguay, era parte integrante de los CSA, mientras que Australia, Benetwi, India, Botswana, Chad, Congo, Egipto, Etiopía, Guinea, Indonesia, Kalawan, Kenia, Mali, Mozambique, Namibia, Nueva Zelanda, Selegón, Sudáfrica, Tanzania y Zimbabwe formaban la SHENC. Los tres bloques políticos mundiales estaban formados totalmente.

SITUACION ECONOMICA

Lo único que hay que destacar de este año fue el impulso que sufrió España como punto de reunión de las economías mundiales. Aparte de ser utilizada como base neutral de diplomáticos y espías, España se transformó tras la conquista de Portugal en punto de reunión de comerciantes, banqueros y grandes empresarios de los tres bloques.

La ciudad de lujo en la cual se había convertido Madrid era ideal para los refinados y muchas veces excéntricos gustos de los confederados. Pero también en ella encontraban su hueco los idealistas hombres de negocios soviéticos, que de vez en cuando les gustaba saborear la decadencia de los últimos restos del capitalismo europeo. Quizá fuesen los sureños quienes se sintiesen más desorientados en aquella ciudad típicamente europea, pero sus ansias de negocio hacían que todos los pequeños detalles que no comprendían o les chocaban fuesen insignificantes.

Gracias a este trasiego España comenzó a salir de la oscuridad en la que se había sumido tras la guerra civil y que la extraña situación mundial se había encargado de incentivar. Ahora la nación comenzaba a despegar ofreciendo una economía fuerte que, aunque basada principalmente en el turismo, comenzaba a ocupar sus beneficios en la industrialización moderna y la mejora de su agricultura. El tiempo y la situación mundial, unidas a su especial situación estratégica, jugaban a favor de sus intereses.

SITUACION CIENTIFICA

Mientras Guardián trabajaba tenazmente en la consecución de sus dos radares en el complejo científico de Novosibirsk, otras preocupaciones también eran correspondidas con toda la atención posible. El proyecto de enviar un vehículo a la superficie lunar había ocupado todo el año, sobre todo por la tarea de construir el citado vehículo.

Gracias a la información de los telescopios se sabía que la Luna era un terreno rocoso y accidentado, por lo cual el vehículo tendría que estar adaptado a dichas condiciones. Además, tendría que estar alimentado por una fuente energética capaz de hacerlo funcionar durante mucho tiempo. Para dicha tarea Novosibirsk eligió los volantes de inercia del Centro de Investigación Energética que tan buenos resultados habían dado junto a eficientes paneles solares, y los acopló al vehículo, que había recibido el nombre de Lunojod.

El lanzamiento tuvo lugar el 8 de Octubre. El cohete Soyuz XI despegó de suelo ruso llevando en su interior la cápsula Luna I que incluía al Lunojod. Tras tres días de viaje el cohete se abrió sobre la Luna dejando caer su carga, que descendió suavemente hacia el planeta encendiendo sus motores en el momento preciso para evitar un impacto a alta velocidad contra nuestro satélite.

Las operaciones de descenso fueron transmitidas por televisión a todo el mundo y cuando el Lunojod envió sus primeras imágenes el mundo enmudeció. La Humanidad había llegado, por fin, a otro planeta.

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