La Era Imperial

Año 1956

SITUACION POLITICA

A principios de año nadie podría prever que sería el más significativo del siglo. Un año que marcaría el comienzo del cambio político mundial e, indirectamente, trastornaría la mentalidad del siglo siguiente.

La Segunda Guerra Mundial aún estaba presente en los recuerdos vivos de la población mundial y había marcado profundamente las ideologías de gran parte de la Humanidad, pero nadie sabía hasta que punto. En los Estados Unidos de América (en adelante USA) el conservacionismo había arraigado más fuerte que nunca, sobre todo en la zona Sur del país, y voces de cambio se oían más fuertes que nunca en Washington, de cambio hacia el pasado.

Washington desoía estas voces, en parte por la responsabilidad que habían adquirido al convertirse en el "líder del mundo libre", frase popular de aquellos días, y buscaba en los políticos reformistas esos aires modernizadores que tanto necesitaba.

El primer soplo de este cambio fue la controvertida ley Richardson-McCammon, aprobada el 7 de Mayo, que daba a la población negra de los USA igualdad de derechos. Las protestas del Sur no se hicieron esperar siendo nuevamente desoídas por los dirigentes centrales que siguieron sin pausa con sus planes reformistas.

Naturalmente esta ley, en lo que respecta a los estados sudistas, sólo se hizo efectiva en alguna de las grandes ciudades, ya que en la mayoría de los pueblos los defensores de la ley tenían unas ideas muy distintas a las de Washington y jamás velaron por su aplicación.

Pese a todos estos problemas, la tozudez del poder central insistió en que la ley se aplicase inmediatamente y presionó a los estados que se oponían a ella hasta límites inalcanzados antes, consiguiendo que estos estados uniesen sus fuerzas en el Congreso volviendo a llamarse, irónicamente, los Estados Confederados de América, lo que provocó en muchos lugares amargos recuerdos.

Tras la pausa vacacional del verano los ánimos volvieron a caldearse a principios del otoño llegando a la famosa y polémica discusión entre el congresista Joseph Moore, del estado de Texas, y el congresista Andrew Wallace, del estado de Maine, en la cual y tras defender ambos sus puntos de vista opuestos, en algunos momentos demasiado acaloradamente, el congresista Moore prometió que de seguir así el estado de Texas abandonaría la Unión, y con él otros estados sudistas. Tras esta afirmación se produjo un largo silencio en la sala que sólo pudo romper el propio Moore pidiendo disculpas.

Muchos interpretaron esas disculpas como dirigidas hacia los allí presentes, pero tiempo después se descubrió, ya demasiado tarde, que en realidad iban dirigidas a los gobernantes de la recién autoproclamada Confederación.

Durante las semanas que siguieron el país se calmó y la afamada ley comenzó a aplicarse, ahora con más rigor, en los estados del Sur.

Al mismo tiempo Europa, que había asistido con cierto temor a este enfrentamiento americano, suspiró con alivio al ver que, una vez más, las aguas habían vuelto a su cauce.

SITUACION ECONOMICA

El esfuerzo realizado durante la II Guerra Mundial aún se notaba en la economía mundial, pero esta influencia iba decreciendo rápidamente. Europa se volvía a levantar orgullosa y una renovada Alemania, aunque dividida, tiraba con fuerza para que ese resurgimiento fuese aún más rápido. Los horrores de la guerra, sin embargo, habían calado profundamente en la mente europea y los países aliados aún no conseguían perdonar a la más que avergonzada Alemania de las barbaridades cometidas por sus dirigentes, con lo que el comercio se veía claramente resentido.

En la Europa del Este la férrea mano rusa hacía sentir su gran poder pese a lo cual el resurgimiento se estaba haciendo más evidente. El sucesor de Stalin, Vladimir Semionovich Bondarenko, había conseguido implantar un estilo económico que en algunas ocasiones rayaba el capitalismo, pero que mantenía un aire general de socialismo científico con el que conseguía que fuese aceptado en los círculos conservacionistas del Kremlin.

Gracias a este baile en la cuerda floja, Bondarenko había conseguido librarse de muchas directrices destructivas, conservadas únicamente por su carácter socialista, y había conseguido implantar lo que él llamaba "ideas del socialismo real" y que no eran más que aplicaciones del capitalismo al sistema soviético.

Para conseguir esto había tenido que ir librándose de los "halcones" de la vieja guardia estalinista (los mismos que lo habían encumbrado en 1.953) para sustituirlos por sus más fieles aliados. Nunca fue sabido en occidente, pero muchas de las dimisiones por causas de salud o familiares habían sido "alentadas" por la temida KGB (Comité para la Seguridad del Estado, la agencia de inteligencia soviética), controlado por un gran amigo del Premier ruso, el general Nikolay Ilich Groshov.

A finales de año la producción industrial rusa había crecido hasta niveles comparables a los de los USA sin levantar sospechas en el revuelto país del otro lado del Océano Pacífico.

SITUACION CIENTIFICA

Los avances científicos más destacados se produjeron en el lado Este del Atlántico. La tecnología espacial rusa, alentada por Moscú con inagotables cantidades de dinero, avanzaba a un ritmo impresionante ocultando al resto del mundo sus logros para, en su momento, producir una sorpresa aún mayor.

En lo que respecta a América (Europa se hallaba demasiado ocupada en reconstruirse como para atender a la Ciencia), aunque la tecnología espacial también era estudiada, los objetivos de los científicos norteamericanos estaban puestos en otras metas a mucha menor altura, basando sus estudios en la mejora de las bombas volantes alemanas V-2, que habían asolado el Reino Unido de Gran Bretaña y Escocia (En adelante Reino Unido) durante la guerra.

Mientras tanto otro tipo de guerra comenzaba a desarrollarse en el mundo, la lucha contra el cáncer, planteando un nuevo reto a los biólogos. El desenlace debería esperar al desarrollo de la genética.