Capítulo 14.

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Estaba nerviosa. Mucho para ser sincera. Las manos me sudan, mis piernas tiemblan y parece que una panda de bailarines de break dance se han juntado en mi estómago y se han puesto a bailar allí. Voy sumergida en mis pensamientos, no paro de darle vueltas al discurso que tengo pensado para esta ocasión. He estado debatiendo con migo misma si es buena idea decirle a Skate todo lo que siento y pienso sobre él o si es mejor que lo pase por alto y haga con que no me acuerdo y ver si así él me lo vuelve a decir cuando yo no tenga ningún rastro de alcohol en mi organismo. Al final, y gracias a la ayuda de Sam, deseché la idea y decidí que lo mejor es ser sincera con él y hablar las cosas. Sé que hay cosas que cuando las sepa no le van a gustar y estoy cien por cien segura de que todo lo que piensa de mi ahora puede cambiar cuando se lo cuente. Es algo que, por mi parte, únicamente saben cinco personas, entre ellas: David, mi madre y Sam.

Cuando entro a la cocina dispuesta a hablar con Skate me encuentro a Cam y a Matt, el castaño tiene una especie de mezcla, es líquida y de color negro como el carbón. El rubio, por otra parte, tiene una botella de coca-cola y caramelos; obviamente que quiere hacer un volcán, todo el mundo sabe que si echas mentos a la coca-cola el líquido se sale de la botella. Lo que me asusta es que lleva otra botella con unos líquidos que no sé muy bien cuales son y los cuales no para de agitar. Los tres chicos están concentrados en la isla de la cocina, la cual han convertido en su laboratorio particular. Me apoyo en el marco de la puerta y los miro, Cam coge una capsula negra de un bote, la abre y echa el contenido en la mezcla junto con un chorro de cola blanca... ¡Oh ya sé lo que está preparando! Niego con la cabeza con una sonrisa mientras que lo observo remover la mezcla. Me aclaro la voz fuertemente para llamar la atención de los chicos, parece funcionar porque todos me miran, después Cam y Matt se miran entre sí y sonríen a la vez que esconden las cosas detrás de ellos.

- Cameron...- lo llamo y espero para darle intriga, él me mira algo asustado.- la mezcla ya es suficientemente negra, yo creo que con eso te va a dar de sobra para una persona, incluso para dos.- le guiño un ojo cuando acabo de hablar. Él expulsa aire por la boca y ríe.

- Entonces no haré más.- dice guardando la cola blanca y el carbón en unos cajones de la cocina.

- Matt...- lo llamo haciendo lo mismo que con Cam, este solo me sonríe como si no hubiese hecho nada malo.- ¿Qué tienes ahí detrás?- digo acercándome poco a poco.

- Nadap.- dice retrocediendo un par de pasos.

- Ya, bueno, más te vale hacerlo en el jardín si no quieres fregar restos de coca-cola pegajosa del suelo.- le digo amenazadoramente.

- Sí mi capitana.- dice poniéndose recto como si fuera un soldado.- ¿Tenemos permiso para comenzar la operación sorpresa mi capitana?

- Permiso concedido, soldado.- digo poniendo la misma pose que él.

- ¡Gracias capitana!- grita.- ¡Por Troya!- vuelve a decir gritando, esta vez sale corriendo.

- ¡Espera idiota, los despertarás y no podré echarles la mascarilla!- grita Cameron corriendo detrás de él.

- ¡Y es por Esparta!- les grito de vuelta. A los cinco segundos Matt asoma la cabeza por la puerta y dice en voz muy bajita:

- Lo sé pero como tú eres Helena con "H" como la princesa troyana pues por eso digo lo de Troya.- dice sonriendo tiernamente.- soy tu soldado principal, su majestad. Llámeme si me necesita...

- ¡Matt, ya!- le corta Cameron entrando a la casa por la puerta corrediza del patio trasero.

Matt se va corriendo y los dos desaparecen en el patio. Miro a Skate el cual tiene una sonrisa maliciosa. La miro sospechosamente pero no me da tiempo de preguntar nada porque un estallido suena en el patio y seguido de ello las voces de los chicos se escuchan. Llego a escuchar unos cuantos "¿Sois idiotas o qué?" y un inconfundible "Gilipollas" por parte de mi mejor amiga. Vuelvo mi mirada a Skate y este ríe con ganas. Cuando se tranquiliza habla.

Tú, mi peor pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora