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Kimberly.



Entramos a la casa de Finn y fuimos directo a su sala para conversar. La película había estado divertida y Finn optó por seguir pasándola bien, cosa que me parecía perfecto, amaba a mi novio.



— No sé ustedes chicos pero yo me la pasé bien ¿Ustedes no?— mencionó Finn mientras se sentaba a mi lado estirando un brazo hasta mi cuerpo para abrazarlo.

— Por supuesto, fue una gran salida. Debería repetirse ¿No?— dije antes de echarle una mirada rápida a Rae. Tenía que saber que estaba metiendo las manos indirectamente para que lograra salir con su amado Tom.

— Sí, opino lo mismo que Kim.— sonrió ella dándome a entender que captó mi indirecta.

— Sí, puede ser...— dijo Tom.

— Cuando quieras princesa.— Finn me sonrió para después darme un beso.

— Por favor, no se besen. Estamos nosotros frente a ustedes.— Tom se quejó.

— ¡Oh vamos! Besa a mi amiga y asunto arreglado. No te quejarás de que nosotros lo hagamos.— reí.

— Emm no, no. Rae no se merece que sea usada para un rato.— le sonrió y ella de inmediato ocultó el dolor.

— Pues no la uses para un rato, hazla tu novia.— insistí.

— Mi amor, yo creo que deberías dejarlos ¿No? Si ellos se van a gustar que lo hagan, si no quieren pues no. No los presiones.— interfirió Finn.

— Bueno, sólo decía. Digo, hacen buena pareja y estaría de lujo, yo estoy contigo y Rae con Tom... pero como quieran, perdón si te incomodé Tom.

— Descuida Kim.— se levantó—. Creo que me voy, tengo que llegar a cenar a casa.

— Yo... yo también debo irme.— dijo Rae muy incómoda.

— ¿Tan rápido? En ese caso también me voy, mi mamá se molestará.

— ¡No! Quédate un rato más hermosa, quiero estar contigo.— Finn me abrazó.

— Pero no quiero que Rae se vaya sola, nos acompañamos en el camino.

— Que Tom pase a dejarla...

— Sí, sí quieren yo la llevo. No sé preocupen y ustedes disfruten su momento. ¡Vamos Rae!— los dos se despidieron y salieron juntos de la casa de Finn.

— Bueno y ahora... estamos solos.— Finn sonrió divertido.

— ¿No está tu mamá?

— No, no hay nadie.

— Yo que quería conocerla, nunca me la has presentado.— hice una mueca.

— Tú tampoco me habías presentado a tu mamá y creo que se llevó mala impresión de mí.— rió.

— No le hagas caso, a veces es fastidiosa pero luego se le pasa. Pero no hablemos de ella, hablemos de tu mamá ¿Cuándo me la presentarás?— me crucé de brazos.

— Pronto.

— ¿Y cuando es pronto?

— Pues pronto.— rió y después se acercó para darme un beso—. Te prometo que la conocerás.

— ¿De verdad?

— Ujumm...ahora menos bla bla bla y más besos.— amplió su sonrisa cuando ya estuvo a centímetros de mi y nos unimos a un beso lento pero muy deseado.






¡Dios! Lo amaba, da los mejores besos éste hombre.
Él pasó sus brazos hacia mi cintura alzando un poco mi blusa y sentir sus frías manos, eso me había causado cosquillas pero lo ignoré y pasé mis brazos hacia su cuello para atraerlo más a mi.

Poco a poco me iba recostando al sofá sin despegarse de mi y después bajó sus labios para besar mi cuello, mientras yo acariciaba su cabello.





— Te amo preciosa.— decía mientras daba pequeñas mordidas. Hasta que sentí como iba subiendo mi blusa.

— No...— dije apenas audible pero me ignoró—. Finn no...

— Shh, sólo disfruta.— dijo susurrando en mi oído para después morder un poco mi oreja.

— Si estás pensando en hacer eso, no quiero. No estoy lista aún...

— ¿Qué? ¡Por dios! ¿Cómo es que aún no estás lista?— dijo separándose un poco de mi.

— No, aún no estoy lista para hacerlo. Hay que ir con calma.

— Estoy yendo con calma ¿Acaso ya te quité la ropa?

— No me refiero a eso, me refiero a que vayamos con calma y esté preparada en hacerlo por primera vez.

— ¿Y cuándo va a ser eso? ¿En la noche de bodas?— dijo sarcástico.

— No, tampoco.— suspiré—. Sólo dame tiempo Finn...

— ¿Tiempo? Llevamos saliendo casi un año Kimberly ¿No te parece que ya es mucho?

— Para mi no, aún le tengo temor a mostrarle mi cuerpo y entregarme a alguien.

— Puedes hacerlo conmigo ahora, no pasará nada. Será con calma, no te haría daño.— besó de nuevo mi cuello—. Por favor, di que sí.

— No...— lo trataba de apartar pero seguía dándome besos—. ¡Finn no! Te dije que no quiero.

— ¡Argh! Que pesada eres.— bufó y se levantó de encima mío.

— Tú eres el idiota que no entiende cuando te digo que no.— dije molesta.

— Kimberly, tienes 18 años y aún eres virgen. Dime ¿Qué clase de chica no quiere tener su primera vez? Incluso antes de esta edad.

— Pues en primera fíjate que no soy como las demás, yo soy decente y decidiré cuando quiera entregar mi cuerpo. Seas tú o no.— me levanté molesta y arreglé mi blusa.

— Vives aún en un cuento de hadas. Deberías madurar un poco, ya tienes 18 y eres una de las chicas populares, deberías comportarte como lo hacen las demás.

— Y tú deberías contener tu calentura por mucho que quieras hacerlo, si digo que no es no. Me vale mierda lo que digas, yo seré como quiera.— lo empujé hasta que cayera sentado en el sofá y salí de su casa dando un portazo.













Estúpido Finn ¿Cómo se atreve a decirme todo eso?
Yo no soy como las perras de sus ex-novias y no me va a obligar a hacerlo, que se joda y busque ayuda de su mano.

Miré el reloj de mi teléfono y marcaba las 20:30hrs, seguro mamá se molestará conmigo.
Y por culpa de Finn ahora vendré caminando ¡Como deseo tener mi propio auto! Tendré que decirle a la tía Eleanor que me regale uno de cumpleaños.

Lo único bueno era que Finn vivía a 10 minutos de mi, si no me daría mucho miedo. Así que apresuré mis pasos e hice que esos 10 minutos se convirtieran en 5 y así fue como di a mi casa rápido.
Las luces de mi casa estaban encendidas y desde afuera llegaba olor a comida, mamá ya estaba haciendo la cena y esperaba no tener un regaño porque no estaba de humor, aunque me importó un pepino lo que Finn dijera de mi pero sí me afectó ya que jamás se había comportado así, casi no peleábamos.

Saqué mis llaves y busqué la de la entrada, cuando subí mi mirada me pareció ver a alguien del otro lado, en la casa de enfrente parado justo en la puerta. No se veía muy bien del otro lado ya que la luz de la linterna de enfrente se acababa de descomponer y sólo se veía una silueta negra, creo que era un chico.

Me estaba causando un poco de miedo ya que seguía ahí parado sólo mirándome o eso creía. Corrí a mi entrada y metí la llave, cuando giró la perilla entré de inmediato sin mirar la otra casa, eso me había parecido lo más acosador.

Mi Fotógrafo Personal  ➛  Shawn Mendes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora