Mi Fotógrafo Personal ➛ Shawn Mendes.

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Charlie preparaba todo para la visita de sus amigos a su casa. Era primera vez que estos chicos se dejaban reunir con él, ya que eran muy reservados como él lo notaba con Shawn, sobre todo él y era un progreso.

Su madre le había dado permiso ya que se portaba muy bien y no tenía problema.

Al terminar de conectar su consola de videojuegos en la sala, el timbre sonó. Se levantó y fue a abrir, recibiendo a sus amigos Nash y Jack, más tarde lo hizo con Shawn, el último en llegar.
Que para ser honestos él iba muy nervioso, nunca había estado dentro de ella y tenía el temor de encontrarse con Kimberly, no quería salir delatado si ella lo veía. Pero decidió calmarse.

— Hola, emm yo traje un videojuego.— dijo Shawn.

— Está bien, acomódense en el sofá en lo que voy a la cocina por la pizza que pedí.— mencionó Charlie y los demás hicieron caso. Más tarde regresó—. Pedí pizza de pepperoni ¿Les gusta?

— Me fascina.— respondió Nash.

— De acuerdo, hay que comer.— Charlie se sentó junto a ellos y cada quien comía una rebanada.

La puerta se abrió dejando ver a Kimberly y a Rachel entrando muy risueñas. Por obviedad toda la atención se posó en ellas.
Sobre todo Shawn, que casi se le caía la rebanada de pizza en manos.

— Hola chicas ¿No quieren pizza?— dijo Charlie.

— Ah...¿Quiénes son ellos?— dejó de reír y miró a su hermano. Rachel se quedó muda al ver a los chicos.

— Son mis amigos, ellos son...— los iba a presentar pero ella lo interrumpió.

— No Charlie, sólo quería saber quiénes eran pero no quiero saber sus nombres. Sé qué clase de amigos son ¡Nos vemos!— se llevó a Rae del brazo por la fuerza hacia su habitación.

— Perdonen a mi hermana, ya saben cómo es.— suspiró. Shawn se encontraba con la cabeza medio cabizbaja y se veía pensativo—. ¿Te encuentras bien?

— Eh..sí, todo bien.— respondió después de un rato y decidió morderle a su pizza.

— Ésta pizza está deliciosa.— mencionó Jack.

— Nada mejor que la pizza de pepperoni.— dijo Nash.

Las chicas habían entrado a la habitación de Kimberly y Rae entró dando un suspiro.

— ¡Dios! Esto ya se fue a los límites, tráelos a casa.— se quejó Kim.

— ¡Ay! ¿Qué tiene? Se ven buena onda. Uno estaba guapo.

— ¡Dios! No lo dijiste.

— ¿Hay problema con eso? En realidad si están algo guapos, pero más uno.

— ¡Ay! No empieces Rachel ¿No se supone que te gusta Tom?

— Pues sí, pero no está de más que echar un ojo a otros chicos. Ese de ojos azules estaba guapísimo.— sonrió.

— Basta.

— ¿Cómo se llamará?

— A mi ni me veas, apenas y los conozco. Ni me interesan.

— ¿Y si le preguntas a tu hermano?— le brillaron los ojos.

— ¡No! Ni loca, no empieces con eso Rae.

— ¿Por qué no?

— ¡Dios! Es uno de los nerds. Todos ellos son del club de perdedores con los que siempre se junta mi hermano.