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Kimberly.










— ¿Cómo estuvo el entrenamiento?— abracé a mi novio cuando lo vi en la salida.

— Pesado pero ya sabes que yo puedo con todo.— me guiñó un ojo y yo lo besé.

— Oye Kim, perdón que te interrumpa. Pero ya debemos irnos a casa.— llegó Charlie.

— Vete tú, yo me quedo un rato más con Finn.— le dije un poco molesta.

— Mamá ya llegó y sabes que nos quiere temprano en casa.

— Ya te dije que no, yo me voy más tarde.— me estaba empezando a desesperar.

— ¡Kimberly, vámonos ya!— alzó la voz.

— Tranquilo hermano.— Finn me defendió.

— Bien, me iré. Ahorita te alcanzo en el auto.— dije y después se fue Charlie—. Perdón por eso mi amor, pero ya sabes cómo es de gruñón mi hermano.

— No te apures preciosa, de igual forma tengo que hacer unas cosas con Tom ¿Te parece si nos vemos más tarde?— sonrió.

— Me parece perfecto, entonces hasta el rato.— lo besé por último y fui al auto corriendo ya que Charlie comenzaba a hacer sonar el claxon—. Muchas gracias por arruinar mi día.

— No hay de qué, sabes que cuando quieras lo hago con gusto.— dijo en tono serio y condujo hacia casa

— Chistosito.— me crucé de brazos.

— Ya vete alejando de ese chico ¿Cuando lo vas a entender Kimberly?

— Tú ya vete alejando de esos ñoños perdedores ¿Cuando lo vas a entender Charlie?— le voltee la jugada.

— No lo haré, no me dices que hacer. Esos ñoños que dices son mejores que Finn y todos sus amigos.

— Pues lo mismo va para ti, no me dices que hacer y por supuesto Finn es mejor que todos ellos.— Charlie rodó los ojos—. ¿Por qué tanto enojo hacia él? Si bien que le hablas y se llevan.

— Le hablo por ti y sólo lo trato por lo mismo. Estoy cerca porque debo estar al pendiente de con que chico se mete mi hermana y no me gusta para nada. Te apuesto que mis amigos ñoños perdedores son mejor partido para ti.

— ¿¡Qué!? ¿Es que acaso te cayó mierda en la cabeza? Que por eso dices tantas idioteces.— estallé a carcajadas.

— Hablo en serio.

— Quisieran que yo estuviera babeando por ellos.— seguía riendo.

— Pues sí quisieran, les pareces guapa.

— ¿Ah sí?— levanté una ceja—. ¿Quién es el que dijo eso?

— ¿Para que quieres saber?— me dio una rápida mirada.

— Tal vez para sacarle un poco de provecho y hacer que me pasen las respuestas del examen.— reí.

— ¡Olvídalo! No te diré.

— ¡No! Ahora me dices, para que abres la bocota.

— Llegamos.— se estacionó frente a la casa y bajó. Más tarde lo seguí.

— Me lo vas a tener que decir algún día.

— Ya veremos...— abrió la puerta y el mal educado entró primero, después yo y cerré la puerta—. ¡Mamá, ya llegamos!

— ¡Que bueno, cariño! Estoy en la cocina, siéntense que ya está la comida.— dijo. Voté mi mochila en el suelo y fui a sentarme.







Mamá dejó la comida en la mesa y después se sentó con nosotros a comer.







— ¿Cómo les fue hoy?— dijo sonriente.

— Bien.— mencioné

— Sí, bien ¿Y a ti cómo te fue con la tía Eleanor?— dijo Charlie.

— Bien, salimos a pasear. Por cierto, les manda saludos y me dio algunos regalos para ustedes que por cierto están en sus habitaciones.

— ¡Genial!— dije feliz. Amaba a la tía Eleanor, era una treintona, solterona pero de mucho dinero.



Ella me entendía bien ya que algunas características que tenía, las tenía cuando ella era joven y de vez en cuando me compraba cosas espectaculares. Hubiera matado porque ella fuera mi mamá.
Mi mamá se la pasa de vez en cuando triste por la separación con papá, eso fue hace 4 años, pero mi tía la distrae cada fin de semana cuando salen.






— ¿Cómo te fue en el partido, Charls?— dijo mamá.

— Ganamos, yo metí el último gol.— sonrió.

— ¡Espera! Finn fue quien metió el último gol.— los interrumpí.

— ¡Mentiras! Te dije que por su culpa casi perdemos. Pero yo fui quien anotó otro gol.

— Pero él me dijo...

— Y tú que le crees.— rodó los ojos.

— No vayan a comenzar a pelear chicos.— advirtió mamá.

— Dile a tu hija, que por cierto no quería venirse conmigo. Que su dichoso Finn la iba a traer más tarde.

— ¡Ay, cállate! No me molestes y sobre todo a Finn.

— ¡Chicos ya! Cállense y coman.— dijo firme mi mamá y después nos callamos.








Seguimos comiendo pero en silencio y después cada quien se fue a su habitación. Tenía tarea, pero ni loca lo hacía.
Tomé mi teléfono y recibí un mensaje de Finn.














Finn
Preciosa ¿Te parece si salimos hoy en la noche? ;).


Kimberly
¿A dónde? Y ¿A qué hora? Tal vez no me dejen. :(



Finn
Iremos a una fiesta, será a las 10 ¡Por favor, tienes que ir! Va a ir Cam, Tom, April, incluso Tom ya invitó a tu amiga.


Kimberly
¡Ay! No creo que me dejen, es lunes. Peeero puedo hacer una excepción, tal vez ni se den cuenta ;)




Finn
¡Esa es mi chica! Paso por ti a las 10.

















Sonreí. Hoy será una gran noche, para nada debía perdérmela.

En el resto de la tarde me la pasé viendo películas hasta que dieron como las 9:00
Me metí a bañar y al salir me puse la pijama por si entraba mi mamá a darme las buenas noches para que no se diera cuenta. Salí a echar un vistazo y mi mamá ya dormía, típico de ella.
Solo faltaba Charlie.

Caminé sigilosamente y me encontré con su puerta medió abierta, me asomé y vi a mi hermano sentado en la alfombra de su habitación con su computadora y el teléfono en mano.









— Bueno, entonces mañana nos ponemos de acuerdo...— decía—. ¡Oye, por cierto! ¿Tienes el número de Shawn? He intentado pedírselo pero jamás me lo da.










Bla, bla, bla, puras tonterías habla mi hermano. Regresé a mi habitación y comencé a arreglarme rápido, ya que Finn llegaría en cualquier momento. Mi hermano no se daría cuenta, va a estar embobado con la computadora.

Me puse un short negro y un crop top. A los minutos sonó mi teléfono con un mensaje de Finn diciendo que estaba afuera.

Tomé el teléfono y con cuidado salí de mi casa, por suerte la luz de la habitación de Charlie también ya estaba apagada. Al salir vi a Finn recargado en su auto, lo bese primero y después subimos a su auto hacia la fiesta ¡Esto se pondrá bueno!

Mi Fotógrafo Personal  ➛  Shawn Mendes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora