Capítulo 3

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"Son muchas las personas dispuestas a hacer lo que sea con tal de lograr sus metas, y pocas las que lo sacrifican por la gente que aman."
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Los árboles se convirtieron en manchones verdes y cafés a la velocidad a la que corrían. Marinette trataba de encontrar algún indicio de su padre. Se detuvieron frente a un gran árbol y bajo de Nooro. Busco entre los matorrales más cercanos algo que le diera una pista del camino que pudo haber tomado su papa pero no encontró nada. Parecía que la tierra se lo hubiera tragado. Viendo que ahí no había nada que pudiera ayudarla, se dispuso a irse. Volviendo a montar a Nooro, se alejaron del árbol.

Los minutos pasaban y su desesperación crecía a cada momento. Viendo que su caballo parecía cansado, se dirigieron a un pequeño estanque que había cerca de un claro. Mientras Nooro tomaba, Marinette reflexionaba que podría haber sucedido, sin llegar a una respuesta. Alzo la mirada y decidió regresar al pueblo por ayuda.

Una vez montada, capto cerca del claro un pequeño camino que no había visto antes. Al parecer estaba camuflado por la maleza pero se encontraba ella lo suficientemente cerca para distinguirlo. Tal vez papá fue por ahí, pensó ella. Acercándose lentamente vio un trozo de la camisa de su padre.

Sintiendo el miedo y la esperanza crecer en su interior, se adentró en la maleza y lo que se encontró al otro lado la dejo boquiabierta: estaba nevando. Aquello la dejo impactada, pues se encontraban en plena primavera. Sin encontrar alguna explicación lógica, se tapó con la capa que llevaba puesta para resguardarse del frio. Avanzando lentamente observo todo lo que había. Los arboles cubiertos de escarcha se balanceaban por el frio sobre su cabeza y al no ver algún animal, supuso que debían de estar hibernando. Mientras se preguntaba cómo era posible que nadie notara el invierno pudo divisar, a lo lejos, la carreta destrozada de su padre.

Con el corazón latiéndole a todo ritmo, rápidamente se acercó  y pudo ver que estaba llena de arañazos y mordidas. Reconociendo las huellas que había a su lado, dedujo que eran de lobos. Debieron de haberlo atacado. De ser así, entonces está herido, pensó Marinette, con el corazón en la garganta. Retomando la marcha, comenzó a seguir las huellas de los lobos pues entre ellas había encontrado las de su padre. A medida en que aceleraba, pudo notar como se iba perdiendo el rastro hasta que ya no encontró nada. La nieve debió de haberlas cubierto. Sin saber qué hacer, comenzó a llorar desesperadamente hasta que se quedó sin lágrimas. Decidió seguir buscando hasta donde pudiera. Al alzar la mirada, pudo ver a lo lejos una gran forma oscura que se erguía majestuosamente sobre las copas de los árboles.

Puso en marcha a Nooro hacia esa misteriosa forma, y a medida que se acercaba pudo ver que se trataba de un castillo, en el cual parecía que el tiempo se había hecho presente. Todo se veía abandonado y se sentía desesperación en el aire. Su instinto le decía que se fuera pero tal vez podría encontrar a su padre ahí. Armándose de valor decidió entrar pero el caballo se resistía a entrar. Parecía asustado. Marinette decidió ir sola. Atravesó la reja y entro al castillo.

Al abrir la puerta sintió como si algo la estuviera observando pero no vio a nadie.

—¡Mira! ¡Una chica!—escucho una voz.

—Ya sé que es una chica, tonto. Lo que no se es que hace aquí ni como encontró el castillo—le respondió otra voz a la primera pero no vio a nadie.

—Hola, ¿hay alguien ahí? Estoy buscando a mi padre. Por favor ¿podrían decirme si se encuentra aquí?—pregunto Marinette pero nadie le respondió.

Tomando un candelabro que encontró cerca ilumino la estancia y empezó a buscar en las habitaciones, las cuales se encontraban arriba de una escalera. Puede que la mayor parte de ellas estuviera cubiertas de polvo pero no por ello eran menos magnificas: las ventanas eran enormes, las sabanas eran de seda, las cortinas estaban costuradas con minucioso detalle y los tocadores tenían unos tallados exquisitos. Marinette quería detenerse a admirar con mayor cuidado la belleza de aquel lugar pero decidió buscar a su padre.

La Bella y El GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora