Capítulo 32

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Narra Charlie

Estaba muy impaciente, no veía la hora de saber cual era la bendita sorpresa, Blake iba muy pensativo y eso solo lograba aumentar mi angustia, pero el parecía disfrutarlo, es un maldito, lo hizo a propósito porque sabe que la curiosidad me iba a matar, maldigo el día en que le dije ese dato sobre mi, aunque tampoco puedo negar que me parece muy tierno que se haya tomado el tiempo de hacer una sorpresa para mi, yo también me quedó pensativa por un rato, solo mirando por la ventana, imaginando los distintos escenarios que me deben estar esperando.

El camino fue un poco largo, y la zona era algo desierta, pero no puse cuidado, a pesar de que por un momento se me hizo demasiado familiar, pero luego recordé que era imposible que Blake conociera ese sitio, así que descarte la idea, luego de lo que al menos fueron media hora de camino, él detuvo el auto haciendo que yo lo mirara confundida, me paso un pañuelo negro y me indicó que me vendara los ojos con el, al principio dude, pero ya que, estaba a punto de caer en una crisis nerviosa si no sabia ya de que trataba la puta sorpresa, así que haría lo que fuera con tal de apresurar esto.

Me vende los ojos y de inmediato sentí como el auto empezaba a avanzar, me relaje en el asiento y espere ya un poco mas serena, quizás debería consultar con mi psicólogo el porque de estos repentinos ataques de ansiedad, porque si algo se, es que no son del todo normales, andamos como unos cinco minutos mas, y de repente comencé a oír una musica y unos rugidos de motores, de inmediato todas mis alarmas se activaron, Blake detuvo el auto y yo me tense, él bajo y abrió la puerta de mi lado para ayudarme a salir, al principio puse resistencia, pero luego Blake logro sacarme del auto.

Caminamos unos cuantos pasos y mi acompañante se detuvo haciendo que yo me detuviera con él, lentamente fue aflojando la venda y mis ojos quedaron al descubierto, las luces de aquel lugar me cegaron, y tuve que pestañear un par de veces para que estos se acostumbraran a las fuertes luces, cuando al fin pude ver todo con claridad, sentí que todo mi mundo se venia abajo, tantos años de esfuerzo, de trabajo, creyendo que por fin lo había superado, y bastó solo algunos segundo viendo ese lugar, para que todo volviera a mi como una ola que arrastra y revuelve todo a su paso.

En ese momento millones de imágenes pasaron frente a mis ojos, esa misma pista, las mismas luces, los cientos de espectadores, los mismos obstáculos, la musica retumbando y las personas eufóricas rogando por un poco de adrenalina, y luego ellos, tirados en el piso, sangrando, las personas gritando y corriendo en su ayuda, las ambulancias llegando y algunos que huían de la policía, la moto encima mio, y luego la obscuridad, todas esas imágenes y mas llegaban a mi mente, todos esos recuerdos que creía que ya había dejado atrás.

Dejando esos horribles pensamientos de lado, me di cuenta que Blake estaba frente a mi observándome preocupado, yo lo mire fijamente, sentía mis ojos cristalizados y podría jurar que hasta estaba temblando, él me tomo por los hombros y yo de inmediato lo empuje lejos de mi. Porque, porque el me hacia esto, no se supone que el me quiere, porque traerme a este lugar, porque quiere hacerme daño, sin pensarlo mucho, me voltee y empecé a correr hacia el auto, solo quería salir de aquí, pero mis piernas no me respondían como deberían, así que luego de unos pasos, caí de rodillas al piso.

Blake llegó hasta mi y me abrazo, quería apartarle, pero no podía, lo necesitaba, necesitaba que me abrazara, que me protegiera, él me levanto y me llevo hasta el auto, hacia años que no me sentía tan débil, tan vulnerable, tan derrotada, este había sido un golpe demasiado duro para mi, Blake se monto de su lado y comenzó a conducir de regreso, ninguno dijo nada, yo me quede ahí sentada con los pies sobre el asiento y abrazando mis rodillas, justo como en aquella época, solo pensando, reviviendo una y otra vez, todos esos recuerdos en mi mente, atormentándome con mis demonios del pasado.

Ni siquiera note cuando llegamos a mi casa, pero yo no quería estar allí, eso solo me pondría peor, me dejaría llevar por la soledad, no quería preocupar a mis padres, y lo menos que quería era estar sola en estos momentos, solo había una persona que me podría ayudar, que me entendería y me haría sentir mejor, la necesitaba, necesitaba a mi mejor amiga.

- puedes llevarme con Ana?, dije en un ronco susurro

- por supuesto que si preciosa, me respondió él, le agradecí enormemente que por lo menos no me hiciera preguntas y respetara mi dolor.

Puso el auto de nuevo en marcha, y en unos cuantos minutos llegamos a su casa, él detuvo el auto y salio para ayudarme, me abrió la puerta y baje aun sin decir una sola palabra, camine hasta la entrada con el siguiéndome muy de cerca, por si me volvía a caer, Ana de inmediato salió a recibirnos alegre, si hubiera sido otro el momento, le habría regañado por chismosa, de seguro estaba espiando.

Ella al ver la expresión de mi rostro, borró la sonrisa del suyo y me miro preocupada, sin decirme nada, solo me abrazo, ella sabia que lo necesitaba, fuimos hasta el sofá y ella siguió abrazandome y sobando mi cabeza, justo como en aquella época, Blake solo nos miraba y podía ver en sus ojos mucha culpa y preocupación, el se sentó en un sofá individual y nos mantuvimos en silencio por unos largos segundos, hasta que Ana se digno a hablar.

- que fue lo que paso?, le preguntó a Blake.

- yo no se... Iba todo bien, fuimos a cenar y luego la lleve a donde tu me dijiste y solo se puso así, dijo él.

- donde yo te dije?, Blake yo nunca hable contigo nada de su cita, dijo ella.

- bueno tanto como hablar no, pero me dejaste en mi locker una imagen donde salia charlie muy feliz corriendo en una moto, y estaba hasta la dirección, creí que querías que la llevara ahí, fue su respuesta.

- yo no te mande nada, espera... Tu llevaste a charlie a las carreras?, dijo ella al fin.

- pues si...

- ESTAS LOCO ACASO, QUE MIERDA TIENES EN LA CABEZA PEDAZO DE IDIOTA?, dijo Ana, en eso yo me removí, ya no quería saber nada sobre eso.

- yo... Yo no sabia que esto pasaría, creí que era una buena sorpresa, ella se veía tan feliz en aquella foto, que yo creí que seria buena idea llevarla, dijo el apenado.

- esta bien, Ahora lo que importa es charlie, luego averiguaremos quien hizo esto, y para la próxima, primero me preguntas si, dijo Ana y Blake solo asintió, se levantó de su asiento y se acerco a nosotras.

- perdón hermosa, no quise arruinar nuestra cita, dijo y me dio un beso en la frente, para luego irse a su cuarto.

- estas bien linda?, me preguntó Ana.

- no Ana, me siento débil, siento que perdí los últimos dos años de mi vida, creí que ya todo era parte del pasado, pero no, todos los recuerdos vinieron a mi como un huracán, estoy abrumada, deprimida, y decepcionada, creía que hoy iba a ser la noche perfecta, pero ya vez.

- Ay charlie, no sabes como lo siento, ¡que te parece si te subimos esos ánimos con un poco de helado de chocolate y unas películas de comedia!

- claro y podemos pintarnos las uñas y hablar de chicos lindos, dije irónica.

- enserio?, dijo Ana esperanzada, esa es su noche perfecta.

- no, dije soltando una pequeña risa.

- ¡Charlotte Ann Williams, como te atreves a jugar así con mis pobres sentimientos!

- como te atreves tu a ponerme un segundo nombre, si mis padres no lo hicieron, tu tampoco lo harás, dije bromeando.

- eres muy cruel, ni siquiera estando deprimida dejas de ser tan sarcástica y odiosa.

- bueno, bueno, esta bien, solo esperó que tengas mucho helado, dije resignada, como adoro a esta chica.

- por supuesto que si, ahora vamos antes de que cambie de opinión y te obligue a ver una película romántica, dijo en broma.

- huy amiga, pero que buena que eres animando personas, dije con sarcasmo, ella me miro mal y yo solté otra pequeña risa, en definitiva, no hubiera podido pedir alguien mejor.

¡No Soy Rara, Soy Diferente! (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora