VI

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-Por favor dime que lo haz conseguido legalme -bajé del brazo con Elo por los escalones del pórtico.

-Me lo han prestado -salió del auto... del impresionante auto sin apagar el motor-. Bueno, no me lo han prohibido, así que no pasa nada.

Uno de los tesoros más preciados del señor Dornan era eso, un lujoso auto descapotable color rojo cereza de los años sesenta restaurado unos años atrás, era impresionante, lo cuidaba de sobremanera, recuerdo que alguna vez nos metimos en su garaje años atrás, éramos pequeños y nos subimos a él para jugar... nos cayó un mes de castigo, incluyéndome a pesar de no ser hija del señor Dornan.

-Tu padre te va a matar Luke, lo digo muy en serio -pasé una punta de mi dedo por la superficie- así que no me meteré para rescatarte si algo pasa.

-No nos pasará nada.

Abrió la puerta e inclinó el respaldo para acceder a los asientos traseros, todos forrados de piel tan impecablemente brillante que temía dejar marcas.

-Bueno, yo voy atrás, ¿o tú dónde quieres ir Elo?

Cuando no obtuve respuesta me giré y vi a Elo absorta en Luke quien se había acercado y de manera muy galante había tomado su mano para besarla, puse los ojos en blanco y entré a acomodarme atrás, una vez que ellos terminaron de saludarse se acomodaron en el auto y se quedaron en un silencio incómodo mientras Luke arrancaba y salía hacia la calle

-Si van a estar así toda la noche -dije haciéndome una coleta para evitar que el viento me despeinara- mejor podemos ser chicos normales e ir al cine, comprar palomitas y estar de vuelta a las once en casa.

-¿Bromeas? -paró en un semáforo para meter una mano bajo su asiento y extraer una botella de vodka- ¡Aquí nadie se va hasta acabar en el piso sobre un charco de su propio vómito!

Elo y yo comenzamos a reír como locas y comenzamos a pasarnos la botella, ella conectó su móvil para que comenzara a sonar música y comenzamos a cantar mientras nos deslizabamos por las calles, todos nos miraban al pasar pues el auto llamaba bastante la atención y relucía aún por la noche, cuando llegamos al club la música podía escucharse hasta la calle, había una larga fila de personas deseosas por entrar; para nosotros no era un problema: el dinero hablaba. Luke paró delante de las puertas y mientras el bajaba por su lado el chico del parking abrió la puerta de Elo y la ayudo a bajar para seguido tenderme la mano a mí.

-¿Desean una mesa para tres? -nos dijo el portero.

Yo miré a Luke tratando de disimular mi ansiedad.

-¿No crees que Jamie pueda unirse?

-Papá seguro lo mantiene bastante presionado, no lo vi en todo el día -se encogió de hombros- así que es difícil creer que venga.

Aquello me sentó como si fuera un globo y me hubieran pinchado, pero lo disimulé echándome el cabello para atrás y después sonriendo.

-Entonces solo somos tres.

Nos dejaron pasar de inmediato y nos condujeron entre las personas hasta una muy buena mesa cerca de la barra y nos tomaron pedido, Elo y yo nos movíamos siguiendo la música y una vez que nos trajeron nuestros tragos las bebidas no dejaron de correr entre nosotros que reíamos, ibamos a bailar a la pista y cantabamos a todo pulmón, sin duda la mejor forma de celebrar mi cumpleaños; varios tragos después estaba medio perdida en la pista abrumada por tanta gente y el calor que comenzaba a hacer, vi una pareja besándose y Jamie volvió a mi mente una vez más, no podía sacarlo de ahí ni diez minutos seguidos, había llegado un día atrás y ya había conseguido adueñarse de mi mente y el alcohol parecía no ayudarme en ese momento.

Truly love | Dakota y JamieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora