Truly love | Dakota y Jamie

XXII

-Te preparé un poco de sopa de pollo... bueno en realidad es una de esas que solo le pones agua caliente y ya está, pero tiene buen sabor, aunque parezca un vaso con vómito.

-No es necesario.

-Ah no, sí que lo es porque debes comer -Luke fue a sentarse a su lado en la cama y le tendió una taza con una pajilla que humeaba desprendiendo un rico aroma. -El doctor dijo que podías volver a comer sólido cuando se pase lo inflamado a tu mandíbula.

Ella intentó sonreírle cuando tomó la taza de sus manos, pero solo le salió una mueca por el dolor, sorbió unas pocas veces y luego alzó la vista a él, una sola lágrima se deslizó por su mejilla y Luke la capturó con la punta de su dedo.

-No deberías hacer esto por mí, yo no tengo como pagártelo...

-No tienes que hacerlo.

-...pero gracias por hacerlo, y por cuidarme.

Se quedaron en silencio solo mirándose, no se necesitaban palabras en un momento tan íntimo como ese, Elo bebió sin dejar de mirarlo, Luke sonrió, cuando se acabó la sopa dejaron la taza de lado y se tomaron de las manos, ya no podían ocultarse nada, ella le había contado todo sobre su vida el día anterior mientras esperaban que el médico tomara las radiografías.

-Te quiero Eloise, siempre lo he hecho.

-Lo sé -ella levantó sus manos unidas para dejar un beso sobre la de él. -Tendrás que tener un poco de paciencia conmigo, saber que alguien me quiere es un poco inquietante.

-Ya esperé mucho, puedo hacerlo un poco más -el alzó la mano libre y acomodó su cabello detrás de sus orejas. -Así podrás aprender a quererme como yo a tí.

-Ya lo hago -respondió en un susurró.

Se recostaron juntos, y ahí, en la cama, abrazados y calientitos, comenzaron a hacer planes para el futuro.

-Llegaré ahí en unos minutos, lo siento, no creí que fuera a demorar tanto.

-Está bien, la estamos pasando bien aquí -miré sobre mi hombro por la ventana, había comenzado a llover agua nieve. -Conduce con cuidado, por favor.

-Lo haré, hasta entonces.

Colgué el teléfono y volví a mirar Víctor, estaba ayudándolo con su tarea, la señora Dornan había subido con Erick a que tomara su siesta.

-Disculpa, ahora enfoquémonos de nuevo, seguro terminamos antes que Jamie regrese.

-¿Viene ya para acá?

-Sí, no debe tardar mucho.

-Oh, genial -estaba jugueteando con su lápiz, parecía nervioso de repente, ya lo había notado así cuando había pasado la tarde con su adorable amiga, ahora mismo estábamos escribiendo sobre el proyecto que haría con ella.

-¿Qué te pasa Víctor? Si quieres hablar con alguien, sabes que somos amigos y puedes confiar en mí.

-Sí, lo sé -dejó el lápiz sobre su libreta y luego me miró, sus ojos parecían muy grandes y tenía la frente algo brillante por el sudor. -Tengo algo, como un secreto, y creo que debes saberlo.

-¿Es algo malo? ¿Estás en problemas?

-No, bueno, quizá lo esté después de que lo sepas -la silla chirrió sobre el piso cuando se impulsó hacia atrás y se levantó de un salto. -¿Podemos ir a mi habitación?