Jamie apretó su móvil entre las manos antes de guardarlo en su bolsillo, el martes iba a hablar con Dakota en su cena, iba a contarle los planes que tenían sus padres pero solo después de explicarle lo que en verdad sentía por ella, y que al parecer, no era el único que sentía el corazón acelerado al ver sus preciosos ojos, según lo que había leído en la libreta de su hermano.
-¿Estás ahí, hijo?
-Sí papá -tomó la caja vacía de preservativos y se la echó en el bolsillo antes de salir.- ¿Qué pasa?
-Iba a preguntarte si ya le has dicho a Dakota sobre la cena, para saber cómo va todo.
-Acabo de llamarla, sonaba feliz.
-Srguro que sí, Don me ha dicho que es su restaurante favorito, y que le encanta la champaña rosa, asegurate de pedir la mejor botella cuando estén ahí -le dio unas palmadas en la espalda.- Estás haciendo lo correcto, hijo mío.
-¿Jim? Ah, están aquí -su madre apareció por la puerta con una caja en las manos.- Tengo algunas cosas que podrías llevarte mañana a tu departamento, así no parecerá tan vacío.
-Gracias mamá -tomó la caja y luego miró a ambos.- Mañana me espera un día pesado, ¿necesitan algo más o ya me puedo ir a la cama?
-Descansa hijo mío -su padre rodeó los hombros de su madre y fueron a la puerta.- Te espera mucho papeleo en la oficina, una mudanza... y debes llevar a Erick a su entrenamiento de karate.
Cuando se fueron se sentó al borde de la cama y suspiró, las cosas se habían complicado demasiado desde su regreso, a su alrededor estaban unas cuantas cajas con todas sus pertenencias, la mayoría ropa, zapatos y libros, y por lo que vio en lo que había dejado su madre, un montón de cuadros para decorar el lugar, sacó algunas y vio que no eran mas que fotos familiares: fotos de sus abuelos, hermanos, de sus viajes durante su infancia... y una que le llamó la atención, aparecían él y Dakota en su cumpleaños número doce, poco antes de que lo enviaran a Londres, ambos tenían el rostro manchado de cobertura de pastel y ridículos gorros de cartón coloridos.
Además recordó que, cuando sacaron la foto, ellos estaban tomado de la mano por debajo de la mesa.
Quizá desde entonces se había enamorado de ella, o mucho antes.
Mi estúpida alarma sonó a las seis de la mañana en punto, mi hora favorita para comenzar a odiar al mundo.
Arrastré los pies hasta mi ducha, que logró espabilarme lo suficiente para elegir qué usar ese día para la universidad: jeans, converse y un suéter, me apliqué un poco de maquillaje y me cepillé el cabello, luego bajé a tomar un rápido desayuno con mis padres que ya iban por su segunda taza de café y finalmente tomé mis cosas para ir a la universidad, pasé por Eloise y llegamos justo a tiempo para la primera hora de clases, ella tenía suerte pues estudiaba diseño gracias a una buena beca que cubría todos sus gastos, yo en cambio estudiaba negocios, por obligación así que se podría decir que no disfrutaba demasiado aquello, al igual que Luke, que seguía el mismo camino que yo, teníamos la suerte de tener un par de clases juntos, así compartíamos el aburrimiento.
Después de la clase de política comercial internacional fuimos a la cafetería para nuestra hora habitual de almuerzo, Eloise estaba en nuestra mesa habitual cuando llegamos con dos bandejas llenas de comida, le puse delante un cuenco de sopa de cebolla humeante, ella se apresuró a apartar los dibujos en los que estaba trabajando.
-Ten cuidado, son trabajos importantes.
-La comida lo es más -le di también un bollito recién horneado para acompañar, lo maravilloso de ir a una universidad prestigiosa era que cocinaban chefs prestigiosos para los jóvenes malcriados que íbamos ahí, y debo añadir que el plan de beca de Elo no incluía comida, pero Luke y yo nos encargábamos de eso.- Te va a encantar, pero puedes tomar algo de mi pasta si quieres.
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Truly love | Dakota y Jamie
FanfictionDos personas. Dos fortunas. Una opción correcta. Esta es una adaptación de una historia que YO escribí y publiqué en Univisión hace años.