capítulo 17

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NARRA IVONNE :

Desperté después de un largo sueño, siento todo mi cuerpo adormecido, trato de moverme pero me es imposible. Otra vez no puedo moverme, por que siempre tiene que pasarme eso; lo bueno es que puedo ver.
Escucho un sonido y veo pasar a un joven de unos 24 años ; cabello castaño piel bronceado y unos impresionantes ojos marrones; cuando me mira suelta una pequeña sonrisa.

-Hola, permítame presentarme soy Sebastián; el mejor amigo de Efrén - da una graciosa reverencia.

Al escuchar el nombre de Efrén mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas de miedo.

-Tu .. tú eres igual a él - susurro muy bajito, pero él me escucha por que de inmediato se acerca preocupado al ver que estoy llorando.

- Tranquila yo no te voy hacer nada, yo solo quería conocerte -baja la mirada.
Me siento un poco mas tranquila al saber que no es como él.

-Disculpa si te ofendí es solo que le tengo mucho miedo.
Sebastián levanta la mirada y sonríe.
-Tranquila no creo que vuelva a lastimarte, sabes por qué, él te trajo aquí y estaba los tres días a tu lado sin despegarse un momento, yo soy su amigo lo conozco y se que estaba sufriendo.
No puedo creer lo que escucho por qué él se pasaría los tres días conmigo acaso no dijo que no le importaba, seguramente la culpa no lo dejo en paz.

-No me importa, yo solo quiero volver a mi país, mi familia ellos deben estar preocupados - digo lo último llorando. Extraño mucho a mi familia aunque no vivía con ellos siempre los iba a visitar, no me gusta para nada saber que estan preocupados por mí.

-Lo siento pero no puedo hacer nada, pero te entiendo y sé cuánto debes estar sufriendo, me gustaría ayudarte pero me es imposible - se acerca y se sienta a mi costado.
-Si, todos le tienen miedo su hermana me dijo lo mismo y ahora él la envió a otro país - al acordarme de Luisa siento una gran nostalgia, ella era la única persona que se portó bien conmigo desde que llegue a este lugar.

-Efrén es así por que sufrió mucho y todo eso fue endureciendo su corazón.

-Todos sufrimos y eso no nos da el derecho de hacer lo que queremos con el resto de las personas -intento moverme para no verlo mas. Pero recuerdo que me es imposible y suelto un quejido.
-¿Sucede algo? - pregunta preocupado.

-No puedo mover un dedo, "genial no" -digo sarcástico.

- Lo siento creí que podías moverte, llamaré al doctor -se pone de pié y sale rápidamente.

Cierro mis ojos ya que estaba cansada ¿que va pasar ahora?
Trato de tranquilizarme intentando mover mis dedos, pero nada, es el colmo acaso siempre que me desmaye voy a desertar inmóvil.
Escucho el sonido de la puerta y abro mis ojos para ver quién entra, veo entrar a Efrén tenia la mirada tranquila y como siempre vestido de negro, cuando ve que estoy despierta baja la mirada.

-Hola -dice tímidamente, me sorprendí verlo asi, él jamás hablaría así.
- ¿Qué quieres? -pregunto seca mirando a otro lado.
Él suspira y se acerca.
- Lamento haberte tratado de esa manera, no fue mi intención.
Lo vuelva a ver y no puedo creer lo que veo, tiene el rostro decaído y la cara pálida.

- No gastes tus palabras ¡eres un mentiroso! -gritó.
El levanta la mirada y se acerca.

- Lo sé, pero prometo no volver hacerlo - se acerca y toca mis manos.
Siento un pequeño choque pero nada mas, quiero retirar mis manos pero es imposible.

- Me me.. sueltas - trato de ser amable, no quiero que me lastime ahora que no puedo moverme.

- Y por que no lo sacas - acerca su rostro y en sus labios se dibuja una sonrisa maliciosa.

- No puedo mover mi cuerpo.

El abre los ojos sorprendido y retira su mano.
- lo siento llamaré....

- Alfa, buenas tardes - dice un señor de unos 30 años, lleva puesto una bata blanca seguro es el doctor.

- Hola Nicolás ¿qué le sucede por qué no se puede mover? - Efrén se acerca al doctor preocupado.

- No te preocupes poco a poco irá recuperando su movilidad, esto sucedio por falta de energía, ella
no se alimento en en cuatro días que querías que despierte como nueva - dice sarcástico.

- Ya ya lo sé no debí dejarla así -Efrén voltea hacía donde estoy.

-No te preocupes estarás bien -dice con una pequeña sonrisa.

No respondo nada solo cierro mis ojos.

- Voy a revisarla, tal vez mañana ya puede volver alfa.

-Esta bien, te espero afuera - escucho el sonido de la puerta.

- Señorita Ivonne, vamos a revisarla, me permite por favor.

Abro mis ojos, y veo que se acerca.

- Si, ayúdame odio no poder moverme - digo intentando levantarme pero no logre nada.

Después de tres horas por fin pude sentarme y mover mis manos.

- Gracias, Nicolás - digo aliviada.

- Es mi trabajo señorita y no se preocupe mañana amanecerá mucho mejor, solo tiene que alimentarse bien - sonríe suavemente.

- Si le juro que no dejaré comer, se siente horrible - sonrió - ¿te puedo dar un abrazo?
Nicolás se sorprende - si.. si claro -se acerca y estira sus brazos.
Me pego a él y lo abrazo, hace mucho tiempo no sentía esto, se siente tan bien.

- ¡Qué hacen! ¡sueltala! - dice Efrén, entrando y caminando hacía nosotros furioso. Nicolás se separa de inmediato y se enfrenta a Efrén.

- Al..alfa yo... - no termino de hablar ya que recibe un fuerte puñetazo en la cara.

- Alejate de ella si no quieres morir.
Efrén se acerca a mí, me toma de la mano.
- ¿estás bien? - respira hondo tratando de tranquilizarse.

- ¿Por qué lo golpeaste? Él solo me estaba abrazando - digo mirando a Nicolás que se pone de pié, sobando su cachete.

- No tiene porque tocarte - se aleja y pasa sus manos por su cabello.

-¿Por qué? - él se voltea.

- Porque no y punto -dice enojado.

- Con permiso alfa - Nicolás sale del lugar.
Efrén hace una mueca y cierra la puerta.

- Porque te gusta que todos te tengan miedo - digo tratando de que entre en razón, en verdad me da miedo de lo que puede responder, según Roger él es uno de los mas crueles alfas del mundo, su manada es intocable.

Efrén se acerca y se sienta a mi costado, su mirada se entristece de golpe, pero luego se vuelve dura.
- ¡Por qué es la única que me respeten! -sonríe con cierta tristeza -además asi nadie lástima a mi familia.

Al verlo en ese estado siento pena, no sé que le sucedio pero debió ser algo muy malo.

- Pero nunca vas a tener verdaderos amigos ¡estarás solo! Acaso no quieres que te vean con amor y no con odio - digo mirándolo.

- Eso ya no existe para mí, eso ya murió y no, no quiero tener amigos porque eso te hace mas débil - se pone de pié y comienza caminar de un lugar a otro - ¿oh no te hizo débil a ti? Por si no lo recuerdas por culpa de tu amigo Tomás estas en este lugar, porqué si él no te hubiera traído a este lugar tú tendríais una vida tranquila - se vuelve acerca, coje algunos mechones de mi cabello - pero lo bueno de todo es que te conocí y sabes qué nunca te dejaré - se acerca a mi cuello y susurra cerca de mi oído - porque tu eres mía.

Siempre  Fuiste Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora