capítulo 39

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Narra Ivonne:

Siento que estoy un siglo en esta cama, mi cuerpo no responde, solo escucho lo que dicen a mi costado, sé que Efrén no vuelve. El dolor en mi interior es cada más fuerte, no tenerlo cerca me lastima.
¿Dónde estas Efrén vuelve por favor?

-Tranquila, despertaremos y lo buscaremos.

La voz de mi loba me tranquiliza, solo con ella puedo hablar. Tengo que recuperarme para encontrarlo.

Suelto un suspiro y dejo de oponerme a que mi loba tome posición de mi cuerpo, ella lo intento muchas veces, pero tenía demasiado miedo, pero ahora tengo que hacerlo si quiero encontrar a Efrén, siento como una corriente recorre mi cuerpo.
El sonido de mis huesos regenerándose llegan a mí, el dolor espantoso de mi cuerpo desaparece.
Mis ojos se abren de golpe,
Dejándome ver el oscuro ambiente. Siento todo mi cuerpo adormecido, me pongo de pié y comienzo a caminar hacía la salida.

-Detente, tenemos que avisar que estamos saliéndo, se van a preocupar - insisto a mi loba.

- Lo mas importante ahora es Efrén, tenemos que encontrarlo nos necesita.

No trato de evitar que salga solo me dejo controlar por ella, yo también quiero encontrar a Efrén. Cuando ya estoy en el bosque me convierto en loba para así poder rastrearlo.

La oscuridad no impide la visión de mi loba, ella puede ver. El viento golpea los árboles haciendo raros sonidos. Trato de encontrar el aroma a claveles de Efrén, pero no hay ni rastro.

- ¿Dónde lo vamos encontrar? -pregunto intrigada.

- No te preocupes, solo seguiremos nuestro instinto después de todo estamos unidos a él.

Me dejo llevar por ella y cada vez mas nos vamos hundiendo más por el espeso bosque, el día va llegando con los primeros rayos de sol, me detengo frente aun río, camino y mojo mi pelaje ya que la calor es algo fuerte. Siento un aroma conocido camino al borde del río sintiendo cada vez más fuerte el aroma, llego a un árbol que tiene el tronco con marcas de uñas, sigo olfateando y encontró un pequeño charco de sangre algo seco. Es la sangre de Efrén, mi corazón comienza a latir cada vez más fuerte al pensar que Efrén esta herido.

- No te preocupes, él esta bien sino lo hubiéramos sentido.

Las palabras de mi loba me tranquilizan un poco, sigo su aroma que apenas se mantiene en el aire, cruzó el río y llego a un pantano, dudo un momento pero me profundizó en el.

Las horas iban pasando y cada vez estaba más cansada, el dolor de mis patas es terrible, pero ahora lo que más importa es él.

Cuando creo que este espantoso camino llega a su fin, frente a mí me encontró con una inmensa cueva, el delicioso aroma de Efrén llego a mis pulmones, siento una felicidad inmensa crecer en mi interior, lo encontré saco mis patas del lodo que cada vez entorpecen mas mi caminar.

Llego a la entrada y veo al costado un lobo negro sobre el suelo, su cuerpo esta lleno de heridas y tiene sangre sobre su pelaje. Pido permiso a mi loba para volver a ser yo necesito cuidarlo. Después de convertirme, me quedo completamente desnuda, pero eso ahora no importa, lo más importante es cuidarlo. Llego a su lado y cojo su maltratada cabeza, lo pongo sobre mi regazo mientras doy suaves caricias. El dolor de mi pecho desapareció me siento feliz por tenerlo cerca. Veo como poco a poco sus heridas van sanando gracias a mi cercanía, al igual que él yo también me siento completa.

Mueve sus patas ya curadas, mientras por su osico suelta pequeños gruñidos de satisfacción, mueve su cabeza, para luego abrir sus hermosos ojos verdes cuando chocan con los míos un brillo especial se forma en el.

Siempre  Fuiste Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora