Capitulo 7

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Jack despertó, con un terrible dolor de cabeza, el sol entraba levemente por la ventana. Se desperezo, lentamente, hasta darse cuenta de donde estaba. Desnudo, en la cama de Mark. Se sento, mareado, sin destaparse, y vio en el suelo su bóxer.

-Ay no –murmuro, mirando para todos lados, esperaba que Mark no estuviera cerca. Se sentía muy avergonzado. Decidio levantarse, muy torpemente. Encontró su jean en el baño, doblado, sobre el inodoro. Se lo puso, sin ropa interior. Levanto la ropa que quedaba, metio la mano en el bolsillo y ahí seguía el celular. Exhalo, aliviado. Volvió a la habitación, recogio su bóxer, y se dirigio a la habitación que le pertenecia en realidad. Allí descansaba el pobre Mark, boca abajo, en boxers rojos, que dejaban a la vista unos glúteos fuertes. Jack rio. Trato de hacer el menor ruido posible, pero aquel hombre se encontraba profundamente dormido. Tomo ropa nueva de su maleta, se cambio justo ahí y salio, sigiloso, hacia la cocina. Miro la hora en su celular. Eran las 4 p.m., y tenia muchísima hambre.

Se acerco a la nevera. Estaba repleta. Tocino, huevos, manteca, leche. Opto por hacer su famoso almuerzayuno, lo que solia comer luego de una noche de videojuegos. En este caso, de alcohol y fiesta. Mientras cocinaba el tocino y huevos, buscaba una bolsa de pan lactal para hacer las tostadas, y al mismo tiempo un par de naranjas en el cajón de las frutas.

El olor llego de la cocina hasta la habitación donde estaba Mark, quien se estiro, tronando todas sus vertebras. Se sento en la orilla de la cama, bostezando.

-Eso huele sumamente delicioso –articulo. Tomo su celular de debajo de la almohada. Se sorprendio por la hora. Bueno, era de esperarse después de haberse dormido a horas tan altas. Se levanto, mucho mejor que muchas noches anteriores. Sin resaca, completamente energico, sin maldecir, y sumamente hambriento. Se puso sus jeans, y salio de la habitación. Llego a la cocina, mientras rascaba su cabeza y daba un bostezo –Buenas tardes, Jack.

-B... -se volteo a sonreírle a Mark que apenas despertaba, y se sonrojo a ver su pantalón a medio prender. No llevaba camiseta, y vio el torso desnudo y formado del hombre. –Bu-buenos días... tardes –volvio al sarten donde se cocia el tocino.

-Se ve sabroso –dijo Mark, acercándose a la cocina e inspirando profundamente el aroma. Jack se puso algo nervioso, y noto el enrojecimiento en sus mejillas.

-P-prepare bastante, para ambos –el de cabello negro rio. Y sono su celular. Un mensaje de su asistente, Lucia.

"Mark, se que quisieras que me aleje, pero no puedo. Realmente quiero que pase algo mas entre nosotros. Por favor, solo te pido un café. Si es posible en tu casa o la mia"

El hombre, exhalo en señal de agotamiento. ¿Qué debería hacer? Miro al muchacho de cabello verde, de espaldas a el, terminando de hacer la comida. Luego volvió la vista a su celular.

"Tengo visitas. Pero puedes pasar por casa. Será solo un café, y nada mas, Lucia"

Luego de enviarlo, el otro muchacho le tendio un plato, con dos huevos y tocino en forma de carita feliz. Mark sonrio infantilmente, y observo a Jack, que servia un poco de jugo en un vaso, sonrojado. Le paso un par de tostadas con manteca. El mayor se puso a comer, quizás era exquisito o quizás, estaba muerto de hambre, pero aun asi, se devoro todo el plato.

-Oye, Jack. Tendre unas visitas en un momento. Quizás quieras ir al centro a pasear, o quedarte en el salón de juegos. Dime, que quieres hacer –dijo, limpiándose un poco de migas de las comisuras de sus labios.

Jack se lo pensó un momento. Si, quería ir al centro a comprar algún recuerdo, pero por otro lado, pensaba en quedarse allí con Mark. Aunque no quería molestarlo.

-¿Puedes llevarme al centro?

-Claro que si. Te recogeré luego, ¿esta bien? Toma –le alcanzo su celular. –Anota tu numero, te llamare y quedaremos -¿Realmente Mark le estaba dando su móvil para que anotara su numero? Con ninguna mujer lo habría hecho antes. Este niño tenia el don. Mark rio ante sus pensamientos.

-Ire a ducharme. No tardare –el muchacho se levanto. Y Mark quedo en la mesa de la cocina, observando a aquel chico hasta que desaparecio en el pasillo.

Levanto los platos, y se puso a lavar. Su torso aun desnudo notaba las gotas de agua que caian. Debía vestirse, o Lucia llegaría y enloquecería. No quería eso, de hecho, no quería que ella se quedase mas tiempo que el café. Unos momentos después de terminar con los trastes, volvió el muchacho, con unos jeans negros, algo rasgados en las rodillas y los muslos y una camiseta mangas largas un poco mas grande que el, con su mochila en los hombros. Mark se seco las manos y fue a la habitación a ponerse una camiseta y zapatillas, no sin antes indicarle al muchacho que se dirigiera al auto.

Dejo a Jack en una tienda de chucherías, donde podría comprar lo que necesitara y de allí empezar a recorrer.

-Te llamare cuando me desocupe –Jack asintió, y vio alejarse el auto de Mark. Ahora, tuvo unos momentos para pensar en aquello que estaba dando vueltas por su cabeza desde la primera vez que ambos se vieron. Había estado sintiéndose extraño, pero no de mala manera. Mark se le había hecho muy guapo, y había notado como lo miraba muchas veces, pero no quería pensar mal de el.

Mark volvió a su casa, y antes de llegar, noto el auto de Lucia estacionado, y dentro estaba ella. Esperándolo. El hombre bufo, sin animos de tener aquella charla, pero quizás era necesario si quería volver a vivir en paz. Estaciono el auto en la acera, y salio, poniendo el seguro al Merecedes. La mujer hizo lo mismo. Tenia un atuendo sumamente incitador, y Mark ya podía imaginar lo que sucedería. Sin embargo, esa no era su intención.

Le abrió la puerta, y le indico esperarla en la sala de invitados, donde había varios sillones y una mesa redonda baja en el centro. El pelinegro estaba rogando por que la cafetera se apurase con aquel café. Cuando al fin termino el trabajo esa maquina del demonio, sirvió las tazas y las llevo donde la mujer esperaba.

-Gracias, dulzura –Mark noto los rojizos labios de la mujer causa del labial que había estado repasando, seguramente, en su ausencia. Los grandes pechos se dejaban ver, debido a los escotes que estaba acostumbrado a ver en la oficina durante el trabajo, y noto que no llevaba ropa interior.

-¿Qué quieres, Lucia? –el hombre no probo el café. Quería escuchar lo que ella debía decirle y luego irse de allí.

-Quiero que me aceptes. Mis sentimientos. Sabes como me siento, y prefieres seguir saliendo de juerga y...

-No, Lucia. Yo a ti te deje en claro lo que pasaría aquella noche. Nunca te pedi que fueramos algo mas. Malentendiste las cosas –antes de que terminara la frase, Lucia se abalanzo sobre el, posando sus labios y abriendo su boca dejando paso a su lengua. Mark, hervia del enojo. Asi que separo su rostro. –Debes irte. Tengo cosas que hacer –se levanto del sillón, limpiándose la boca manchada con aquel labial rojo. Miro a Lucia, quien estaba allí, sin creer lo que acababa de pasar.

-No puedo... me niego a aceptar esto... -se le llenaron los ojos con lágrimas. Mark se acerco y la levanto del sillón. La acompaño hasta su auto, ella hizo el ademan de volver a acercar su boca, pero el hombre dio un paso hacia atrás. La mujer, bajo la vista y entro a su auto. El espero a que se fuera, y saco su teléfono. Llamo a Jack.


Nota: Enjoy! :D creditos de la imagen a quien corresponda

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