Capitulo 32

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Un extra para ustedes mis queridisimos y queridisimas <3

-º-º-º-º-º-º-º-º-º-

(Tres años mas tarde)

Mark y Jack habían hecho publica su relación al cabo del segundo año en el que habían empezado a salir. Jack había terminado su carrera universitaria y se había mudado junto a Mark para conseguir trabajo en la ciudad. Ambos llevaban una preciosa vida, compartían el tiempo que tenían. Mark era un ejecutivo respetable ahora en su compañía, y Jack se quedaba en casa a hacer los mandados. Por las tardes salía a dejar su curriculum en todos lados, no quería que Mark tuviera que morir con todas las cuentas.

-¿Qué tal tu dia, amor? –pregunto Mark al irlandés, mientras cenaban en la cama, juntos.

-No tan bien. Aun no puedo conseguir un empleo. Esto es difícil –se entristecio.

-Hey, no tienes que preocuparte por eso. Hasta que tu consigas un trabajo, yo seguire apoyándote en todo. Sabes que siempre lo he hecho.

-Lo se, Markimoo... pero siempre me has ayudado tanto, y yo no he hecho nada por ti.

-Haces mas por mi de lo que te imaginas. Deja de hablar idioteces. Eres mi novio y quiero que triunfes en la vida. Entonces hasta que eso suceda, yo sere tu apoyo incondicional –de dejo un beso en la frente.

-Gracias, bebé. Te prometo que no será en vano –cuando hubieron terminado de cenar Mark levanto las cosas de la cama y las llevo a la cocina. Jack se hundio en las sabanas. Estaba decidido a aceptar el empleo que fuera necesario para ayudar en la casa con algo de dinero. Mark volvió a la cama, se acostó detrás de él, y lo abrazo por la espalda, besando su cuello.

-No le des tantas vueltas, quédate tranquilo. Todo a su tiempo, ¿no?

-Si, Mark...

-¿Sabes? No me gusta verte asi. Mañana seamos solo nosotros dos. Vamos a donde quieras. Vendre a casa a alistarme y nos vamos.

-¿De verdad? Pues... vamos a cenar.

-Perfecto. Descansa Jackaboy –beso la mejilla del irlandés.

-Hasta mañana, Markimoo.

Al otro dia, Mark fue a su trabajo, Mathias era un eficiente muchacho para trabajar con Mark, y eso le agradaba. Había aprendido mucho, tanto, que hasta podía suplantarlo si se ausentaba durante una semana.

-¿Es el momento adecuado? –pregunto Mathias cuando Mark entro a la oficina.

-He planeado esto durante meses. Tú sabes mejor que nadie cuanto he esperado.

-Lo sé. Te cubriré si lo necesitas. Pero antes, recuerda que tienes la reunión a las 5 p.m., y la cita con el presidente inmediatamente después de eso.

-Espero que no sea demasiado larga la reunión. En todo caso, si llega a ser el caso, pasa por Jack y llévalo a este restaurante –le extendió una tarjeta. –Ya sabes, haz la reservación ahora mismo, quiero que todo sea perfecto.

-Entendido. Ahora, se te hace tarde para la reunión.

Mark tomo el abrigo y salio a la sala de juntas. Una larga y aburrida junta. En su mente solo estaba pensando en el momento en el que estuviera a solas con Jack. Estaba ansioso, casi que parecía que todo su ser ya estaba con un pie fuera de aquella sala y el otro dentro del coche para buscar a su amado. Estaba ensimismado tanto, que olvido por completo el hecho de que el presidente hace unos instantes estaba intentando llamar su atención. Un compañero lo codeo.

-Mhm...

-Mark, como te decía, estamos anunciando los nuevos videojuegos y los cuales podrias patrocinar. Espero que esto no sea demasiado trabajo para ti.

-Oh... claro... es pan comido.

-Bien, entonces, cuento contigo.

La junta termino, miro su reloj de muñeca. Tenia unos 15 minutos. Reviso su móvil, con un mensaje de Mathias de hace media hora que Ya estaba buscando a Jack. El moreno entonces decidio ir a la casa, ducharse en 5 minutos y volver a salir.

En el restaurante, Jack esperaba en una mesa muy bien posicionada. Una camisa blanca y una chaqueta azul, con unos pantalones negros. Mark entro al lugar, dijo el número de la reservación, y se acerco al irlandés.

-Estas perfecto –dijo, en cuanto se acerco, besando levemente los labios del joven, lo que hizo que se sonrojara.

-Igual tu.

-¿Hace mucho esperas?

-Oh, no es nada, amor. Fueron quince minutos, no te preocupes. Se que estas ocupado, Mathias me lo dijo.

-Gracias por entender. Pero de todas formas, quiero disculparme –llego el mozo con una botella de vino tinto bastante caro; procedió a llenar sus copas y luego tomar sus pedidos. Ambos pidieron pasta. Durante la cena charlaron de su dia. Jack había conseguido por fin un empleo y comenzaría en una semana. Mark empezó a notarse algo nervioso.

-¿Amor, estas bien? –Mark miro a su pequeño Jack. Su hombre. Se levanto de la silla, para arrodillarse a un costado del irlandés, tomando su mano. El corazón del irlandés latia a mil.

-Jack, hoy es un dia especial para ambos. Me siento demasiado feliz por todo lo que ha pasado entre nosotros, por lo que hemos descubierto, y lo que hemos vivido. Y lo que nos queda aun por experimentar... –Acerco su mano a un bolsillo, de donde saco una pequeña cajita color rojo carmesí. Jack se llevo una de sus manos a la boca. –Quisiera que esto durara para siempre. Sean William McLoughlin... ¿me harias el honor de convertirte en mi esposo?

Todos en aquel lugar se voltearon a verlos (la chuma es mas fuerte). Jack se quedo atonito, era la primera vez en años que lo llamaba por su nombre. Carajo que iba en serio este hombre.

-Si, Mark... -el hombre abrió la cajita y deposito un bonito anillo plateado en su dedo anular izquierdo. En cuanto termino de ponérselo, se lanzo a sus brazos, rodeando su cuello. –Si, acepto, mi amor.

En el lugar se sintió un aplauso y pequeños comentarios "que vivan los novios" y cosas asi.

La vida nunca había sido tan hermosa.

Prohibeme Pensar en TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora