Jung y yo bajamos hacia la cocina pues su madre había llegado. Me parecía increíble el hecho de que tengo más de un año conociendo a Jung y jamás he sabido algo de su madre, sólo sé que es una reconocida y excelente abogada. Vaya, Jung es un poco discreto.
Al llegar a la cocina me encontré con la silueta perfecta de una mujer rubia, que estaba a punto de formar parte del refrigerio, pues estaba casi adentro del mismo buscando algo y que llevaba puesto un vestido negro ceñido al cuerpo, con unos tacos altos, las uñas de los dedos del pie estaban pintadas de rojo.
-Mamá, debo presentarte a un amigo, vino a hacer un proyecto final- Dijo Jung.
Verle el trasero hizo que sintiera un ardor en mi entrepierna, mismo que desapareció cuando la mujer que estaba dentro del refrigerador se dio la vuelta y nos vimos a los ojos.
-Mucho gusto, soy Adele Ad- no pudo siquiera terminar la frase al verme, su rostro se torno de feliz a nervioso, su pupila se dilató y abrió tanto la boca que era posible que una mosca se metiera dentro de ella.
-Adkins- terminé y le di la mano para saludar- mucho gusto señora Adkins, mi nombre es Simon Konecki- le guiñe el ojo.
-Ho... Hola- tartamudeó y me tomó la mano y una vez más sentí un escalofrío recorrer mi ser.
-¿Qué te pasa mamá? - preguntó Jung- ¿Se conocen?
-No, no, no- dijo Adele nerviosa y me soltó la mano.
-No amigo, yo jamás había visto a tu madre, teniendo tanto tiempo conociéndonos tú y yo jamás había tenido la dicha de conocer a tu bella madre- sonreí.
-Me dio la impresión de que sí, pero bueno. Má- le habló.
-Dime mi amor- en primera, regresé con Jane- Adele me miró y después sonrió de la manera más encantadora- y segunda, Simon vendrá toda la semana, ya que tenemos que trabajar en un manual operativo para dar por terminado este semestre y quizá necesitemos de tu apoyo.
-¿Toda la semana? - preguntó Adele.
-Toda la semana- Afirmé.
****Narración Adele****
-Sí má, toda la semana- Dijo Jung- Y...- no terminó porque su móvil lo interrumpió- ya vengo, es Jane. Hablen- dijo Jung y salió de la casa.
-¿¡QUÉ MIERDAS HACES TÚ AQUÍ!?- pregunté exaltada.
-Tranquila Adkins- dijo de lo más tranquilo Simon- yo no sabía que tú eras la mamá de mi mejor amigo...
-Ni debiste saberlo nunca.
-¿No te da gusto verme? - sonrió cínicamente.
-No- dije seria- ojalá no te hubiera vuelto a ver.
-¿Por qué? - preguntó curioso.
-Porque no, se supone que lo que hubo entre tú y yo fue de una noche, no teníamos que volver a vernos. Es increíble, habiendo millones de personas, millones de lugares, te tengo que volver a ver. Han sido dos veces en las que nos encontramos después de lo que pasó en el bar.
-Es el destino.
-¡Ay Por favor!- dije irónica- ¿Crees en eso? Yo no, es sólo una casualidad y Ya y sabes, ya me iré a duchar, tengo una cita y no tardo en irme. Un placer conocerte.
Me dio la mano y yo ignoré el acto, me fui de largo directo a ducharme para irme a mi cita con Bob y esperaba que al Salir Konecki ya no estuviera en casa, aunque me lo encontraré los próximos días.
El barbón sin dudas es sexy, pero, saber que es el mejor amigo de mi hijo me deja cero esperanzas de convertirlo en mi amante ocasional, no puedo, mi hijo saldría dañado, no le gustaría ver a su madre involucrada con un amigo suyo y a mí me daría vergüenza ver a mi hijo a la cara. Me pregunto si es casado, tendrá hijos, por qué estudia... ¿Pero qué diablos? Le estoy dedicando mucho tiempo en mi mente al barbón y casi no lo conozco como para que me cause algún tipo de interés. Seguiré con mi vida como lo hago normalmente y lo eliminaré de todo pensamiento.
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Amantes Perversos
RomanceCuando vi a esa bella mujer de ojos color verde, nariz respingada, labios carnosos y rosas y ese hermoso rostro, caí en una rendición de la que estaba seguro no saldría jamás.