-Bob, me dijo "te amo" mientras dormía, no sé de qué forma tomarlo- di un suspiro pesado.
-Ay mi amor , de la mejor manera, lo dijo de forma inconsciente, pero creó que el estado en el que lo dijo es el más sincero.
-Lo entiende Bobito, pero , creo que es muy pronto y no sé si yo lo amo.
-¡Ay! - exclamo con cierto coraje- recuerda cuánto tardó este hombre para que le dijeras que "sí".
-Pero, no sé , tengo miedo.
-Pensé que el miedo ya se había esfumado.
-Yo también lo pensé, pero... - solté un bofo suspiro- no sé , es sólo que me tomó por sorpresa. No lo esperaba.
-Mamita chula , este hombre te adora, lo dijo dormido porque el inconsciente lo traicionó y eso no significa que lo te ame en verdad, sino que tiene miedo también, le da pavor decirte lo que siente por ti y que tú lo eches a la calle.
-Es que yo también lo amo- bajé la mirada me quedé pensando , levanté la mirada y caí en cuenta de lo que había dicho.
-A alguien también la traicionó el inconsciente - Dijo Bob sonriendo- no temas , jamás había sido tan serio, realmente ese hombre te ama, no lo dejes ir...
(...)
Bob me dejó pensando mucho en todo lo que me dijo y lo que salió de mis labios, tampoco lo esperaba.
El móvil comenzó a sonar , era una llamada entrante de Ernesto.
-Hola... - respondí seca.
-Hola mi amor...
-Yo no soy tu amor ¿Qué quieres?
-Verte ¿puedes?
-¿Para qué? - pregunté confusa.
-Quiero hablar sobre nuestro hijo. Te veo en el café de la calle once.
-¿Tan lejos?
-Sí.
Seguido de ese sí , colgó la llamada y me dirigí directo al café al que me citó.
-Bendito sea has llegado, has tardado un poco.
-Es que me has citado muy lejos ¿Cómo esperabas que llegase temprano? - hice rostro de ironía.
-Lo siento, me tomé el atrevimiento de ordenar por ti, espero esto, no te moleste - inquirió de forma tierna.
-Gracias.
Tomé un sorbo de lo que había pedido por mí y comencé a sentir un poco de sueño mientras él hablaba y hablaba, no sabía bien qué me estaba pasando, esto era tan extraño.
*Narrador normal*
Ernesto planeó durante días junto a Wendy la manera de manipular a Adele y traerla consigo a una casa muy alejada de toda civilización humana que pudiese encontrarlos; encontraron la forma perfecta de traer a Adele a una cita, el tema de su importancia , su hijo.Ernesto colocó unos somníferos en el café que le pidió a Adele , cosa que le causó efecto en milésimas de segundos. En el café todos apreciaron el desvanecimiento de la chica rubia que tenía pocos minutos de haber llegado, sin embargo no le tomaron más importancia pues aquel hombre que estaba con ella inspiraba demasiada confianza y quien además aseguró que la mujer que se había desmayado era su esposa y se encontraba en estado de gestación, la tomó entre sus brazos , dejó dinero suficiente en la mesa para pagar la cuenta y se fue, se fue al lugar planeado para semejante hazaña.
*Narra Adele*
Desperté en una cama que no me era familiar en lo absoluto y mucho menos la habitación con un olor demasiado putrefacto.
-¿Dónde estoy? - pregunté queriendo mover los brazos pero me hallaba atada a la cabecera de la cama y mis pies atados al otro extremo, con las piernas completamente abiertas.
-En un lugar que será de lo más feliz para ti.
Salió dijo Ernesto de pronto entrando a la habitación con una sonrisa malévola. Intenté desamarrar mis manos y pies en un intento estúpido pues estaba demasiado bien amarrada a la cama. Comencé a llorar de la desesperación y al verme , Ernesto se acercó y subió encima de mí.
-¡No llores! - gritó.
-¿Por qué me tienes así , aquí? - pregunté sollozando.
-Es la única manera de tenerte conmigo, podré hacerte lo que quiera, como quieta y cuantas veces quiera.
Se acercó a mi rostro , específicamente a mis labios y comenzó a besarme de una forma muy asquerosa, le mordí el labio y él brincó del dolor. Se llevó la mano a los labios y limpió la sangre la que derramaba por la mordida, yo me movía en un intento desesperado de salir de esta encrucijada. Él me miró de la pero forma que me han visto en la vida.
-Esto te va a costar...
Sacó la lengua y la pasó desde mi oreja hasta el cuello, provocándome la sensación más asquerosa del mundo.
-¡NO ERNESTO, POR FAV!...
Suplicar no sirvió de nada, el gritar tampoco, puso en mi boca un trapo sucio, mismo que si seguía aspirando su olor y el sabor que desprendía, podría vomitar en cualquier momento.
Ernesto, con la fuerza que se apoderaba de su cuerpo, me arrancó la blusa de botones que llevaba puesta, dejándola sin un sólo botón, se pasó a la parte baja de mi cuerpo y desgarró la falda ajustada que ese día llevaba.-Vas a ser mía , después de tanto al fin lo serás de nuevo...
Me quitó el sostén mientras besaba mi cuello, con una mano apretaba mi seno derecho, con la fuerza de un toro, me dolía, me estaba lastimando. Mi cuerpo sólo tenía fuerzas para gritar aún con el trapo asqueroso en mi boca y llorar , llorar desconsoladamente , mientras ese puerco abusaba de mí.
Se quitó la camisa y después el pantalón , hizo las bragas a un lado e introdujo su miembro en mí , estaba abierta para él , expuesta y no de forma voluntaria, ese animal estaba violándome. Seguía besando mi cuello y después mis senos...
Era la peor tortura a la que se me pudo someter , su cuerpo me embestía de forma dolorosa , mis músculos estaban tensos, me forzó, me lastimó.
Comencé a patalear aún con los pies atados, lo cual impedía que él siguiera con sus bruscos movimientos mientras abusaba de mí, se exasperó de tal forma que me dio una bofetada, dejándome casi en un estado de inconsciencia, esa cachetada bastó para dejarme sin fuerzas, no tenía mecanismo de defensa.
Al cabo de unos minutos , Ernesto había llegado al clímax , se desvaneció sobre mi cuerpo; una vez recuperado , se levantó, se fue y me dejó completamente desnuda sobre la cama, atada, sin fuerzas, con el pedazo de tela sucio en la boca, impidiendo que pudiera pronunciar siquiera un cuarto de frase y con los ojos hinchados después de llorar por más de media hora; más de media hora en la que él cometía un acto atroz...
ESTÁS LEYENDO
Amantes Perversos
RomanceCuando vi a esa bella mujer de ojos color verde, nariz respingada, labios carnosos y rosas y ese hermoso rostro, caí en una rendición de la que estaba seguro no saldría jamás.