-Wendy ¿Qué haces tú aquí?- pregunté convirtiendo mi sonrisa de felicidad a angustia y mervios- tú, tú habías desaparecido hace años.
-Simon, deja saludarte primero.
Se acercó a mí y me dio un abrazo que me hizo sentir en casa, su aroma era el mismo, su cuerpo estaba exactamente igual que hace cinco años, su rostro y su sonrisa seguían siendo perfectos.
-Son muchas cosas que hay que explicar Simon- dijo al separarse de mí- cuánto has cambiado, pero igual de guapo.
-¿Cómo , cómo es que estás aquí? - pregunté confundido- siéntate, anda, platiquemos ¿gustas algo de beber?
-No gracias Simon, mi visita es rápida ya que vine a arreglar unos asuntos por aquí cerca y decidí venir a buscarte para saludarte y saber qué ha sido de ti.
-No, cuéntame antes - llegaron a mí los recuerdos y comencé a sentirme triste- ¿Por qué te fuiste así? ¿Sin decir nada?
-¡Ay Simon! Me deportaron, la autoridades me pidieron el papeleo y como no tenía nada, me deportaron a México y los problemas que tenía por allá se solucionaron en cuanto llegué ¿Recuerdas que te hablé de Roberto?
-Sí- respondí.
-Él me ayudó con el problema legal que tenía... En fin, vine por acá ya que una amiga está algo grave de salud en el hospital central de aquí y pues, quería estar con ella en todo momento.
-¿Vienes sola?
-No, vengo con mi esposo, Ernesto, nos casamos hace un año.
Por un momento pensé que me afectaría el regreso de cierta manera sí me afectó un poco, sin embargo, descubrí que mi corazón está comprometido al 100% con Adele.
-Me da mucho gusto Wendy, de verdad. No sabes cuánto tiempo te busqué sin encontrarte, cuántas veces oré por ti para que estuvieras en perfecto estado, ahora que sé que estás bien, que éstas feliz, también puedo estar bien. Mira- ella veía y sonreía atenta- te quiero presentar a alguien.
Narración de Adele
Simon ya se estaba tardando mucho con Wendy y mi cabeza estaba a punto de explotar por no saber qué era lo que estaba pasando en esa oficina , en donde su primer amor y él estaban encerrados.-Señorita Adkins- dijo mi secretaria- el señor Konecki la llama.
-Gracias.
Me levanté de mi asiento lo más rápido que pude y me dirigí a la oficina de Simon, con temor a encontrarlos en u a imagen no muy favorecedora para mí, pero no me disgustó lo que vi. Wendy es una chica muy guapa con una sonrisa de encanto, que no quebraría ni un sólo plato, ella estaba sentada en el sofá y Simon detrás de su escritorio.
-Buenos días - la saludé- Adele.
-Buen día Adele- estrechó su mano con la mía- mi nombre es Wendy Pérez.
-Wendy, te quiero presentar a mi novia, Adele Adkins- volteé a verlo confundida , no somos nada aún.
-¡Ay! Me da mucho gusto Simon, qué bien, hacen una hermosa pareja, después traeré a Ernesto para que lo conozcas.
-Podríamos hacer una cita doble - dije.
-Sería fabuloso- dijo Wendy y Simon se me quedó viendo extrañado- la organizamos esta semana, yo me iré dentro de unos meses, estaré por acá muy de cerca con la situación de mi amiga.Intercambiamos números telefónicos y quedamos de cenar esa misma noche.
-Bueno, es momento de irme, mi marido me ha de estar esperando ya en el hotel. Adiós Simon, me encantó verte de nuevo - se acercó a Simon y le dio un abrazo, pude notar la tensión de Simon y también noté que esa mujer es muy importante en su vida- hasta luego Adele- se despidió de mí de un beso en la mejilla y se fue.
Simon se sentó y noté en su rostro una confusión del tamaño del mundo.
-¿Qué sucede Simon? - me senté a su lado.-Me, movió muchas cosas ver a Wendy. Es , simplemente que jamás imaginé que la vería de nuevo, no lo pensé nunca, juré que ella no iba a volver y hoy la miré y está igual, sigue siendo la misma chica tierna y sencilla.
No sabía qué sentir ante su reacción tras ver a su primer gran amor, sentía celos, miedo, tristeza, son sentimientos y emociones que hace mucho tiempo no experimentaba y me sentí extraña, pues las había bloqueado por completo o al menos eso creí.
-¿La sigues amando? - pregunté arrepintiéndome al momento pues me daba miedo la respuesta.
-Supongo que- hizo una pausa y me miró- que nunca dejé de quererla- sentí un nudo en la garganta y reprimí cualquier lágrima que quisiera salir- pero sí de amarla. Si lo que tú quieres saber es si su visita, influirá en mi relación contigo o el proceso para que me des el sí, déjame decirte que no, no influirá, porque estoy seguro de lo que siento.
-No entiendo- articulé con la voz un poco quebrada.
-Ver a Wendy me hizo sentir algo bonito, creo, que me trajo la tranquilidad de saber que está bien, que no le pasó algo malo después de haberse ido como si la Tierra se la hubiese tragado. Sigo sintiendo go lindo al verla, pues, nuestra relación fue bella, pero, yo estoy seguro de lo que siento por ti Adele- se levantó de su asiento, se hincó y se puso frente a mí- tú eres mi presente y mi futuro y lucharé todos los días de mi vida por conseguir tu amor, paso a pasito, llegaré , hasta donde vive tu corazón. De una vez te aviso que no cesaré de intentar ser tu amor - me tomó del rostro con ambas manos y me dio un beso en la frente.
-Gracias por la paciencia Simon. Sé que ha habido de todo entre tú y yo, pero intentar volver a confiar en cuestiones del amor me resulta muy difícil.
-No te preocupes Adele, ya te lo advertí , te enamoraré, te voy a conquistar, voy a descongelar ese frío corazón, le quitaré el candado a ese corazón. Y vamos a comenzar desde hoy...
-¿Hoy? ¿Cómo?- pregunté confusa.
-Hoy comienzan las sorpresas. Sólo te diré: ¡Agárrate!
Simon me tomó de la mano y sin importarle que los demás posaran su mirada sobre nosotros, salimos de su oficina camino a su coche.
Un poco corto el capítulo, pero creo que era justo y necesario publicar dos veces esta semana después de tener en abandono total la historia. Pero también me puse a escribir para desestresarme, he tenido una semana muy pesada con esto se los finales en la universidad. Espero les guste el capítulo , dejen sus votos y sus comentarios. Los amoooooo ❤
Hasta la próxima 😌😍💚
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Amantes Perversos
RomanceCuando vi a esa bella mujer de ojos color verde, nariz respingada, labios carnosos y rosas y ese hermoso rostro, caí en una rendición de la que estaba seguro no saldría jamás.