Al oír a su tío acusarla de asesina, la duda había infestado su mente. ¿Lo había sido?... ¡No, no era posible! Este fue su primer pensamiento, sin embargo un recuerdo lo descartó. Cubierta de pánico y horror, corrió escaleras arriba y se encerró en su habitación sin decirle una sola palabra más al matrimonio Parker. Necesitaba estar sola. Los escuchaba aun discutiendo a los gritos en el piso inferior, pero ella ya no les prestaba atención; se había sumergido en lo profundo de su alma.
Intentó recordar y recordó.
Sus pensamientos viajaron por su pasado a una velocidad increíble. Las lagunas que los mantenían en lo profundo habían desaparecido, dejando sus sentimientos a merced del horror. Lo primero que recordó fue el día en que Erika Ferro había aparecido en su casa. Meses antes de la tragedia. Venía a conocer a su bebé que ya tenía más de un año, casi dos, con la excusa de no haber aparecido antes por haber perdido la dirección. Estaba radiante de felicidad por verlos a todos, estaba más delgada y se había cortado el cabello.
—Discúlpame, Paula, por no haber venido antes. Todo el día de la mudanza fue un completo desastre, no sé si lo recuerdas. ¡Estaba tan cansada!... Encima perdí una de mis valijas en el tren, la olvidé por completo. ¿Puedes creerlo? Y estaba furiosa con ustedes por no ayudarme... pero ahora los comprendo, tú estabas embarazada y Franco tenía trabajo. Andaban algo peleados también... o algo así recuerdo. En esa valija debió traspapelarse el papel con tu nueva dirección.
Erika parecía empeñada en dar explicaciones, no obstante su amiga sabía que no eran ciertas. Cuando la joven mujer se mudó de su anterior departamento lo hizo a raíz de una pelea que tuvieron. Pelea que parecía no recordar. De todos modos, Paula la dejó hablar hasta que calló.
—Está bien, Eri, ¿cómo la conseguiste?
—Terminé yendo la semana pasada al trabajo de Franco. Pero no pude venir antes, ya sabes, el trabajo me tiene algo ocupada —dijo la mujer pecando de insinceridad otra vez, mientras ingresaba a la casa. En la sala vio al niño en su sillita alta:
— ¡Oh, que hermoso y grande está!
Corrió hacia él y lo tomó en sus brazos, mientras que Paula se preguntaba por qué su futuro esposo, ya que se casarían en unos meses o a lo sumo un año, no le había mencionado aquello. Y por qué Erika no había ido a "su" trabajo a preguntar por ella. De todos modos, aquellas dudas quedaron apartadas en su pensamiento y pronto las amigas volvieron a retomar su antigua confianza.
Paula se enteró de que Erika había estado en pareja con un nuevo novio llamado Gastón, poco después de dejarlos a ellos, no obstantes se había peleado hacía ya dos meses. Se quejó de incomprensión masculina y le contó que la relación se había tornado algo violenta por lo que decidió separarse de él. Como el departamento donde vivían era de él y sin amigos en la ciudad, ya que los que poseía eran amigos de él y había hecho pocas amistades en su otro trabajo de camarera, había buscado de nuevo a sus antiguos amigos.
— ¿Y tienes trabajo ahora? —dijo Paula preocupada. Imaginó que venía a quedarse de nuevo.
—Sí, algo hay. Atiendo el teléfono en una casa de comida rápida. No está mal, me pagan menos que antes, pero no tengo que trabajar de noche... No está muy lejos de aquí —dijo con una sonrisa que a su amiga se le antojó forzada y esperó que no mintiera.
A la mujer no le agradó mucho aquello, pensó en que su amiga sólo se interesaba por ella cuando la necesitaba. Seguramente andaría corta de dinero. Sin embargo, Erika era así, iba de trabajo en trabajo y de relación en relación. Nada le duraba mucho. A ella había dejado de sorprenderle aquello.
Sin embargo se equivocaba, esta vez su amiga no se quedó a vivir con ellos, aparentemente el trabajo que tenía (que era real) le daba lo suficiente para alquilar una pieza junto a una compañera de cuarto. De todas maneras, sí andaba corta de dinero y no pasó mucho tiempo antes que le pidiera un poco de ayuda. Se le había ocurrido que Paula necesitaría que la ayudara con su bebé.
ESTÁS LEYENDO
Pasitos
HorrorLa vida de Paula parecía perfecta, tenía un esposo que la amaba y un pequeño y dulce niño. El futuro de la joven familia parecía próspero pero luego de sufrir un gran accidente, donde perdió a su pequeño, las cosas cambiaron drásticamente para ella...