Tú, mi alfa「 Heart of Wolves I 」

12. Primera vez...

-Llegaste...- dijo Francesco al ver caminando a Josh hacia él.

-¿Pensabas que no iba a venir?- dijo deteniéndose frente a Francesco.

La profunda mirada que Francesco le brindó le hizo sonreír apenado. Habían quedado para cenar en un restaurante. Durante toda la semana habían salido a diferentes lugares. Francesco se había prometido enseñarle la ciudad a Josh y lo estaba cumpliendo. El tour se había extendido por todas las tardes desde que se conocieron. Desde las plazas más famosas de la ciudad hasta las catedrales con fachadas antiguas.

Ahora estaban en un restaurante en lo más alto de la región disfrutando de una hermosa vista. Francesco se contuvo en tomar a Josh de la mano mientras iban de camino al restaurante porque no quería incomodarlo. Pero cuando vio a un chico de más o menos la edad de Josh, comerlo con la mirada, con cautela, pasó su mano por su espalda hasta llegar a la cintura. Era inaceptable que otra persona, o más bien, otro hombre viera así a Josh. Aunque Josh no se daba cuenta de lo que estaba pasando el hombre seguía mirándolo, tanto que Francesco de lo enojado que estaba, miró con los ojos completamente amarillos intimidándolo. Sonriendo luego de ver el miedo en los ojos de aquel hombre que no volvió a mirar a su compañero.

-Gracias por invitarme- dijo Josh al ver el ambiente en aquel restaurante.

Era un restaurante rústico y de comida italiana, obviamente. Algunas mesas estaban al aire libre para que disfrutaran del exquisito clima. Aunque esa noche, el clima estaba un poco descontrolado pues a pesar del día completamente despeado la noche estaba algo nublada y en cualquier momento llovería. Pero a pesar del loco clima que tenían esa noche ambos decidieron comer al aire libre. Cada mesa tenía su propia sombrilla y si llovía podían quedarse si lo decidieran. Un  hombre de algunos cincuenta y pico de años se acercó a ellos y les dio la bienvenida al restaurante. Les indicó que podían tomar cualquier mesa y que pronto su mesero los atendería.

-Permíteme- dijo Francesco echando la silla hacía atrás para que Josh se sentara.

-Gracias pero por favor no me trates como una dama, no lo soy- dijo un poco enojado de que el italiano lo tratase como una mujer.

-L-Lo siento...no era mi intención...- dijo desganado Francesco mientras se sentaba él.

-No te sientas mal...- dijo Josh al ver la cara algo sorprendida por lo que había dicho -Ya te advertí que mi lengua no está conectada con mi cerebro.- susurró Josh apenado por lo que había dicho.

-N-no te preocupes- dijo Francesco mientras dejaba su mano encima de la de él -entiendo- terminó y le sonrió.

Quizás es cierto que Francesco estaba tratando a Josh como una mujer pero nunca estuvo con un hombre. Era su primera vez con un hombre. Así que pensó que debía comportarse como lo hacía con las mujeres. El mesero llegó y le indicó que tenían el especial de la casa y que debían probarlo pues era una exquisitez. Ambos pidieron un risoto de carne con una copa de vino.

-Cuéntame más de ti- pidió Francesco cuando el mesero se fue.

-Umm...a ver, tengo veintidós años. Estudié administración de empresas, de hecho ya me gradué. Vivo en Washington, trabajo en una oficina de contabilidad hace un año.- dijo mientras tomaba un poco de vino.

-Interesante pero quiero saber más de ti. Que es lo que te gusta, que no, que es lo que quieres para el futuro- habló Francesco viéndolo mientras sonreía.

Josh lo miró confundido y dejó la copa en la mesa. Recostó su espalda en el respaldo de la silla y miró a Francesco. Era una pregunta muy buena. Él no era muy bueno describiéndose así mismo y tampoco era muy bueno abriéndose a personas que solo lleva conociendo un par de días, por así decirlo. Aunque sienta una increíble confianza en él no podía dejar que un desconocido supiera su vida pero aún así habló.