16. ¿Lazo en peligro?

10.9K 765 74
                                    

-Altair...déjame explicarte todo- susurró Marcelo mientras trataba de tranquilizarse. Acarició su pecho para aliviar un poco el dolor que sentía.

-¡Te dije que no!- gritó ella aún hecha un ovillo en el suelo. No lloraba pero aún temblaba del miedo. Temía que en cualquier momento él le hiciera daño.

-Déjame acercarme...- pidió él -déjame tocarte por favor- suplicó con el rostro triste.

-Me harás daño- afirmó ella en susurros y él al escucharla decir eso le partió el alma en mil pedazos.

Marcelo tomó su camisa de botones mahón y su pantalones para vestirse. No le importaba el frío que había, él no lo podía sentir. Sólo importaba la comodidad de ella y mientras él estuviese desnudo ante ella no estaría cómoda. Maldijo cada vez que hacía un movimiento y el cuerpo de Altair se tensaba. Había sido el momento menos indicado y la forma menos apropiada para que ella se enterara de su secreto. Comprendía el sentir de ella pues no era lo más común que un hombre se hiciera lobo frente a sus ojos. Pero, ¿como podría soportar el desprecio de su mate?

Altair comenzó a llorar soltando sollozos a medida que repetía los últimos sesenta minutos en su mente. Le parecía un infierno vivir algo como eso otra vez. Como poder aceptar algo como eso si los lobos eran como su talón de Aquiles. Los lobos eran su fobia desde que uno había despedazado a una indefensa niña. Sí, aquella noticia de la niña le había tocado una fibra en ella pues esa niñita, de no más de diez años, era su adorada sobrina. Cuando lo supo, por medio de aquel periódico su mundo se había destrozado. Exactamente como ahora.

-Necesito...necesitamos abrazarte...por favor no nos niegues eso- suplicó con los brazos extendidos hacia ella.

-No...- susurró ella limpiando sus ojos con sus manos -No quiero que ni tú ni esa cosa...- hizo una mueca de asco -ese monstruo se me acerquen-

-No merecemos que nos llames así- dijo Marcelo dejando caer sus manos a sus muslos -Todo, pero no somos un monstruo-

-¡Claro que lo son!- gritó ella señalándolo -Tú eres una mutación. Quién sabe que eres- dijo despectiva con los ojos vidriosos.

Marcelo se acercó un poco más a ella y Altair comenzó a temblar pero no vaciló. No se echaría para atrás aunque sintiera el miedo apoderarse de ella. La mano de ella seguía señalándolo mientras no dejaba de decir que él era un monstruo. Necesitaba decir todo lo que sentía porque así se sentiría mejor, dentro de lo que cabía claro está. Sabía que no asimilaría el hecho de que el hombre por el cual ya sentía cosas, aunque sean sentimientos prematuros, era un hombre lobo.

Marcelo acercó sus manos a la de ella y la tomó. Evitó que se soltara a los jalones que ella le daba. Altair detuvo su respiración al ver que las manos de él y ella entraban en contacto. Los labios de él fueron posando una serie de besos en sus manos. El pánico que sentía había disminuido algo, ¿para que mentir? Sentía miedo, pánico, terror pero no podía evitar que muy en el fondo se sentía muy protegida.

-Necesito abrazarte- dijo lastimosamente viéndola a los ojos con súplicas. Ella negó y él ya estaba cansado de la negativa de él.

De un movimiento rápido la jaló hacia él estrellando su cuerpo con el de ella. Altair, como era de esperarse, se opuso. Los golpes que Marcelo recibía en su espalda y su costados hacían ver cuan asustada y reacia se sentía ella. Pero a pesar de aquellos golpes se sintió pleno al tenerla en sus brazos. La atrajo más a su cuerpo al escuchar unos sollozos amortiguados en su pecho.

-S-suéltame- suplicó entrecortadamente ella.

-Nací siendo lobo...- comenzó a hablar Marcelo con un nudo en la garganta -mis padres, mis abuelos, tíos, tías en fin toda mi familia pertenece a un linaje de lobos...-

Tú, mi alfa「 Heart of Wolves I 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora