Tú, mi alfa「 Heart of Wolves I 」

29. Reencuentro

Se siente como si hubiesen sido años sin actualizar pero ya estamos aquí con nuevo capítulo

-Ya vuelve- gruñó Marcelo al teléfono -por favor- suplicó

Ya eran dos semanas alejado de ella. Dos semanas en las que no sabía que era lo que lo levantaba cada mañana de su cama. Debía estar ya con su mate, su lobo estaba completamente taciturno. No había hecho nada desde que ella se había ido. Cambió nuevamente a dejar que su lobo no lo controlara pues cuando Altair estaba con él dejaba que su lobo se manifestara a sus anchas. Dejando que tomara el control cada noche y lo hiciera recorrer los alrededores de su viña. Pero ahora con Altair lejos si había salido dos veces en ese par de semanas era mucho. Aunque ahora era muy diferente pues ahora ella volvería y lo incitaría a que dejara que su lobo fuese libre.

-No sabes cuánto deseo eso pero tengo que reunirme con mi jefa.- susurró ella -todavía está de vacaciones- dijo y Marcelo bufó realmente enojado.

-Pues vente y viajas cuando ella llegue. De verdad necesitamos que estés con nosotros. Además mamá y nonna están volviéndome loco preguntando cuándo volverás para la fiesta- habló mientras se sentaba en su despacho.

-Ya viene en tres días. También te necesito, me he sentido mal desde que te deje en el aeropuerto.- dijo mientras se masajeaba la cien por el dolor de cabeza que tenía persistentemente desde que había llegado a Estados Unidos.

-¿Se ha complicado?- preguntó Marcelo preocupado.

-Sí. La fiebre y el dolor de cuerpo han ido aumentando. Por lo menos Josh me ha estado cuidando cada vez que sale del trabajo- dijo mientras se sentaba en su sofá con una sábana por el frío que sentía.

Estaba pensado en todo lo que pasaría ahora que se iría con Marcelo. Debía decirle a su familia el porque se va al otro lado del mundo a vivir, pero está muy consciente que por el momento no debería decirles que estaría con una manada de lobos. No deseaba ser la culpable porque sus padres o su familia entera sufriera de una impresión tan fuerte como esa. También pensó en su apartamento y su auto, pues no quería deshacerse de sus pertenencias. Habían sido lo primero que había comprado con su propio dinero. No quería ser muy materialista pero lo último que quería era venderlas. Les había entregado tantos buenos recuerdos que estaba reacia a hacerlo.

Luego de hablar casi dos horas con Marcelo, se acostó a dormir. Esperando que esos dos días se pasaran realmente rápido pues de verdad necesitaba estar junto a Marcelo. Y era que estaba muy enfadada pues no sabía que más hacer con su estado. Había hecho de todo para tratar de mejorar y no parecer un zombi pero nada servía. Su piel ya no se veía tan suave como hacía dos semanas, constantemente sufría de fiebre, su larga cabellera no brillaba como solía hacerlo. Las ojeras que tenía debajo de sus ojos cada vez se hacían más grande y trataba de evitarlo pero no podía.

***

Marcelo estaba más o menos igual, el dolor de cabeza no daba tregua. Era muy raro que le pasara eso pero estando lejos de ella se estaba volviendo insoportable a cada día que pasaba. Pero ya ella estaba en camino y su lobo y él estaba muy emocionados por la llegada de su mate. A casi tres semanas después volvía para quedarse y para siempre.

Altair lo había llamado y le había pedido que fuera por ella al aeropuerto. Marcelo nunca supo el día exacto de su llegada pero en cuanto supo que Altair estaba en Italia casi vuela en dirección a ella. No veía la hora en que ya tu viera a su mate entre sus brazos.

-¡¿Es enserio?!- gruñó Marcelo al ver que el tráfico estaba que ni se movía retrasando su encuentro con su pareja predestinada.

Estaba maldiciendo a diestra y siniestra pues eso le atrasaba mucho. Ya ella estaba en el aeropuerto y ahora tenía que esperar mas de la cuenta. Había ocurrido un accidente entre tres autos y se veía bastante serio. Casi una hora y media después habían abierto un carril, de tres, pues aún seguían los paramédicos y la policía investigando. Al parecer había una víctima fatal y eso atrasaba todo.