Honey
Martes.
Día de la cena. Mi estógamo está algo revuelto, no quiero pensar en cómo va a reaccionar el padre de Kerrick.
—Escucha, cariño —le digo a mi hijo, odio tener que dejarlo tanto tiempo solo—. Warren te cuidará, si se queda dormido en tu cama, te pasas a la mía.
El niño acata todo lo que le digo y me quedo esperando que Kerrick haga su aparición. Cuando lo hace, se ve muy nervioso y con aspecto de loco recién escapado de la clínica mental.
—Es hora —me dice.
Me despido de Warren y del ñino, salimos del departamento y nos mantenemos en silencio. El edificio queda atrás, la carretera parece más oscura de lo normal. Siento que quiero vomitar, pero me niego a hacerlo.
—Por favor, él siempre está de mal humor, no te aseguro que él tome bien la noticia —me dice cuando estamos fuera de su casa—. Pase lo que pase, ten presente de que no me iré, no huiré. Estamos juntos en esto.
Asiento ante lo que dice. Entramos a la casa, no es grande en exceso, pero es bonita y elegante. Hay un pequeño hurón paseándose por todos lados, una mujer de edad avanzada está en la cocina y todo huele realmente bien, además veo a Summer sonreírme.
—Honey —me abraza, mira mi vientre y sin ningún aviso lo toca. Sonrío—. Mi sobrino, ¡estoy tan emocionada!
—Oh, mucho gusto —me dice la mujer en la cocina—. Pareces una buena chica, que bueno que mi niño haya elegido bien.
—Abuela, por favor —ríe Kerrick.
Tardamos quince minutos en tomar asiente en la mesa. La cena está servida y sólo hay que esperar al padre de Kerrick.
Cuando el hombre aparece, tal como me avisaron, viene con cara de pocos amigos. Se sienta en la mesa en un silencio de funeral y me mira con curiosidad.
—¿Quién es esta jovencita? —mira a su hijo— ¿Es tu novia, Kerrick?
—Mejor cenamos, papá —le dice él, frunciendo los labios—. Tenemos una noticia que darte.
El padre de Kerrick asiente, así que empezamos a cenar. Todo parece tan incómodo y silencioso.
Recuerdo que hace unas semanas tuve que cancelar la cena con mi madre por miedo a decirle que estaba embarazada. Pero tengo que enfrentar estas situaciones.
La cena transcurre tan incómoda, pero la comida está deliciosa. La abuela de Kerrick cocina delicioso y el postre hace que el bebé se alegre, o al menos eso digo yo.
—Bien, ¿qué quieres decirme, hijo?
Kerrick toma mi mano debajo de la mesa, mi estómago se revuelve y su mano está con sudor.
—Ella es Honey Bennett, papá —él empieza a hablar—. La conocí hace unos meses.
—Al punto, Kerrick.
—Eh, sí, lo siento —dice. Lo veo tan aterrado, tan nervioso. Le importa lo que su padre diga—. Seremos padres. Honey está embarazada, y yo soy el padre.
La abuela y Summer miran al señor, yo evito hacerlo a toda costa. Kerrick lo mira de reojo.
—Tú me quieres decir que dejaste a una chica embarazada, ¿y la conoces hace apenas unos meses? —reprocha.
—Papá, estaré con ella en esto.
—¡Kerrick, tienes un futuro por delante! —él grita.
Kerrick cierra los ojos y suelta mi mano. Trago saliva.
—¡Lo tengo pero también tendré una familia! —él exclama— ¡Quiero tener una familia con ella y con Channing!
—¿Quién diablos es Channing?
Ahora lo miro, me siento enojada ahora mismo.
—¡No se exprese así de mi hijo! —le digo levantándome.
—¡Y encima tiene un hijo que no es tuyo, Kerrick! —exclama, dirigiéndose hacia el castaño.
»Tú no puedes hacer las cosas tan mal con una extraña. Debes pensar bien que esta mujer sólo te quiere por el apellido y el dinero. Por qué otra razón se fijaría en ti cuando tiene otro hijo que no es tuyo.
Me siento ofendida. Nunca me he fijado en él por su apellido. Puede meterse su apellido en una cuenta bancaria si tanto le interesa para que nadie lo tome.
—Ella no me ha pedido que me quede, ¡yo quiero quedarme!
Kerrick se levanta, su padre parece no tolerar eso, porque se levanta también.
—¡Tú no sabes lo que quieres!
—Ya no soy el mismo adolescente, al que separaste de su madre e hiciste lo que quisiste de él —repone Kerrick.
Su padre le mira con el ceño fruncido, Summer abre la boca con sorpresa, la abuela sonríe de lado.
—Tu madre no les inculcaba nada bueno, Kerrick —intenta explicarse.
—¡Y tú mucho menos! —grita Kerrick.
Todos se levantan de la mesa. No queda nadie con apetito, todos tienen caras largas.
—Si tanto amas a tu madre, pues la puerta está abierta —señala la salida de la casa—. Puedes irte detrás de ella cuando quieras y tener el mismo destino; el de un artista, alguien que no tiene que ver con los negocios y usa su voz o cualquier arte para intentar salir a flote. Antes de quedarte aquí, te compré una casa a las afueras de la ciudad, te dejé viajar con tu guitarra y tu voz. Ahora tienes que pensar en tu futuro, ¡en el futuro que esperas darle a tu futura familia, que por supuesto no será con ella!
Me señala con sus últimas palabras, Kerrick parece no poder contrarlar su respiración.
—No puedes hacer nada, el bebé ya está en camino.
—Si tú sales por esa puerta, no verás ni un centavo de lo que te pertenece y no podrás mantener al hijo que esperas —amenaza el padre—. Creo que te conviene quedarte en esta casa que tanto te causa malestar.
Sin decir más se va, sin mirar a nadie, como si aquí nadie fuese digno de una mirada por parte de él.
Salgo de esa casa, sintiéndome mal de todas las maneras posibles. Kerrick viene tras de mí.
—No lo escuches, sus palabras no cambian nada —me dice.
Lo miro y doy pasos hacia adelante, le doy un abrazo asintiendo.
—Yo entiendo.
—No puedes renunciar a lo que te pertenece —le dice Summer saliendo de la casa— ¡No puedes renunciar así!
»Ahora no importa si no lo toleras, yo tampoco lo hago. Pero tienes que quedarte, ¡él no puede quitarte lo que te pertenece y tú no puedes rendirte de esa manera!
—Sum, escucha —le dice—. Me quedaré, lo prometo. Sólo porque no voy a permitir que se quede con lo que mamá también construyó.
No va a irse, en el fondo me alegra que no lo haga. Su padre no me desea cerca de él, pero no me importa porque yo no vine a esta tonta cena por él, vine por Kerrick.
—Todo seguirá igual que antes, lo prometo —le dice a su hermana—. Con la única diferencia de que ahora él sabe porque no llego a dormir.
Me abraza una vez más, le digo que quiero irme a casa y ver a Channing, así que me lleva de vuelta.
ESTÁS LEYENDO
¡Inténtalo, Kerrick!
Teen FictionMi vida era normal hasta que posé mi ojos en ella y sin lugar a dudas Honey Bennett era la mujer más hermosa que había visto... después de mi madre. Pero no solo tenía que conquistarla a ella, tenía que conquistar a su hijo. ¿El problema? El niño, C...