19. Celos de embarazada.

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Kerrick

—¿Cuándo regresas a casa?

Suspiro escuchando a mi abuela, dejo que Channing se me lance encima mientras estoy recostado en el sofá. Es una mañana fría, el niño me brinda su olor. Honey exagera un poquito con la colonia de niño que le pone hasta para dormir.

—No, abuela —le digo—. Por ahora no creo poder regresar. No quiero ver a mi padre.

—Yo sé que él comete muchos errores, pero créeme cuando te digo que todo en esta vida todo se paga —dice.

—Abuela, ¿a qué te refieres?

—Hay sospechas, hijo. Por ahora no puedo decirte nada —aclara—. Quizás tu hermana te lo diga luego.

Dejo que ella cierre la llamada, para dejarme pensando en qué rayos me ocultan referente a mi padre. Pero me concentro más en que Channing siga recostado en mi pecho.

—¿Tienes hambre? —le pregunto.

—Sí.

Nos levantamos y lo más básico que puedo hacer para Honey –que aún no se despierta– son unas tostadas y jugo de naranja. Preparo las vitaminas que tiene que tomar junto al ácido no-sé-qué.

—Llama a mamá —le digo al niño.

Él camina hasta el cuarto y entra. Ella ahora duerme mucho por su estado y si yo la despierto se comporta como una fiera, pero no le puede hacer eso al niño.

—Ya estamos aquí —ella dice saliendo.

Tiene los cabellos alborotados, sus ojos no se abren completamente y está más allá que acá... ¿cómo es que me sigue pareciendo hermosa?

—Misterios de la vida —murmuro.

Nos sentamos a desayunar y unos minutos después Honey parece más despierta. Conversa mientras come.

—Hoy quiero hacer unas compras navideñas —ella dice—. Así que apenas terminemos de comer, se alistan.

Channing y yo íbamos a protestar, pero ella nos regala una mirada de reproche, así que no decimos nada.

Mi bella criatura arrasa con las tostadas y la mermelada. Channing la mira algo asustado, pero Honey tiene un montón de hambre muy seguido.

—Oye, papá —Channing se inclina hacia mí, mientras la mira— ¿Eso es obra de Mikael o mamá no comió en muchos días?

—Mikael —respondo.

Me gusta el nombre que Honey eligió para nuestro segundo hijo. Me gusta todo lo que a Honey le guste.

***

—¡Kerrick, esas galletas!

Agarro con cansancio las galletas de frutos rojos que ella me señala. Tiene una extraña obsesión con las galletas, eso viene durante el embarazo.

—Amo hacer compras —ella sonríe.

—Mamá, no puedo más —le dice Channing cansado.

Empujo el carrito de compras. Se lleva un pavo, condimentos, frutas, cosas para el postre navideño, vino para mí. Porque ella no puede.

—Llevaremos esta ensalada de frutas en lata —la pone en el carrito.

Camina como pingüino mientras su mano está en su vientre.

—Por cierto, ¿cuántos paquetes de galleta llevamos? —pregunta.

Me miro preocupado con Channing, aún así él responde.

¡Inténtalo, Kerrick!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora