1. Honey Bennett, prepárate.

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Kerrick

Semanas antes:

Salgo rápidamente de la casa de Baxter y Pepper, estoy nervioso y no sé si es porque debo mandar a hacer cien pastelitos para Pepper o porque me acaba de decir que Honey está embarazada... y soy el padre.

¿En qué momento las cosas se fueron al caño de esta manera tan épica? Ella tiene miedo, me lo dijo una vez, tiene miedo de ser abandonada otra vez, así que no me puedo dar el mal lujo de huir.

Cuando conocí a Honey Bennett pude conocer a la mujer que se ganó mi conclusión y título como la mujer más hermosa que he visto en mi jodida vida... repito, después de mi madre.

Cálmate, Kerrick. Sólo serás papá, nada más. No pasa nada.

Estaciono el auto en el parqueadero del edificio en el que vive Honey y el niño. Bajo a paso apresurado y entro al edificio.

—¿A quién busca? —me pregunta el portero.

—A la mujer que pone mi mundo y mis planes de cabeza —le digo.

Mientras tomo el ascensor, pienso en que llevo meses conociendo a Honey y no he avanzado con ella. Pero ahora soy conciente de que esto no debería pasar, o al menos no así. En vez de dar los pasos necesarios, creo que vamos de tropiezo en tropiezo.

Al salir del ascensor emprendo mi camino hasta el apartamento número veintiuno. Toco la puerta después de tomar un respiro.

—¡Ya voy! —exclaman desde adentro.

Cuando abre, me mira y noto que sus enormes ojos verdes están rojos e irritados.

—Debemos hablar —le digo.

Ella me abre el paso y entro al lugar, los juguetes de Channing está por todos lados y el niño rubio se ha quedado dormido en el sofá.

—Lamento el desorden —me dice.

Me giro hacia ella y tomo otro respiro.

—¿Estás embarazada? —pregunto.

Honey se dirige al mesón de la cocina y agarra un sobre blanco, para luego extendérmelo.

Lo abro y noto que son los análisis de sangre que confirman que está con un bebé que lleva mi buena sangre en su vientre. De seguro tiene mis jodidos buenos genes, pero ese no es el punto.

—Lamento que te hayas enterado por Pepper en su método de traición, pero no sabía cómo decir: “Kerrick, la noche de pasión dió frutos y dejaste una semilla en mí que ahora está por convertirse en planta” —me dice.

—¿Y qué tal un: “Kerrick, estoy con un bebé tuyo en vientre” —gruño—. No es necesario que metas la botánica en esto.

—Escucha, la cobardía y el miedo me pueden —se sienta en el sofá—. Si vas a irte, hazlo de una buena vez.

Ahora me siento ofendido, ¡qué clase de hombre cree que soy!

Pestañeo varias veces antes de poder responder a semejante ofensa. Siento mi garganta seca.

—¿Cómo crees que me voy a ir? —le pregunto. Me tiro en sofá—. Pensé que al menos tenías una imagen diferente de mí.

—La última vez que tuve una imagen diferente de un hombre, me dejó embarazada y huyó cuando lo supo, ¿qué te puedo decir? —me dice con sarcasmo.

Remuevo mi cabello y luego la miro con el ceño fruncido.

—No huiré. No iré a ningún lado.

Ella pestañea varias veces y rompe en llanto, sus hombros se hunden con su cuerpo y solloza. Me acerco a ella y dejo que su cabeza repose en mi pecho el tiempo que ella desee.

—Cuando eres ebria eres tan perfecta y descarada —le digo en susurros—. Sobria eres perfecta, pero miedosa.

—Me abandonaron, tardé años en sacar mi título y crié a mi hijo sola, ¿podrías comprender mi miedo?

Acaricio su cabello rojo corto. No es como el cabello de mi hermana, el de ella es rojo-naranja. El de Honey es rojo completamente.

—Yo comprendo —le digo—. En serio lo hago.

»Pero si tan solo me dejaras entrar en tu vida completamente, ser parte del día a día de Channing, todo sería diferente. Honey, solo déjate llevar, ¡déjate conquistar!

Ella se aleja de mi pecho y mira al niño dormido en el sofá de al frente, la verdad es que Channing es muy parecido a ella, solo que él tiene el cabello rubio y rizado.

—Enamórame, si puedes —me desafía y yo río.

Me levanto del sofá sonriendo.

—Estarás tan enamorada de mí que serás tú la que en cinco o diez años me pida matrimonio —le digo con una ceja arqueada—. Y todos tus hijos llevarán mi apellido.

—Hecho —dice.

Le extiendo mi mano y ella la toma, como si estuviéramos cerrando un trato, que de cierto modo, es lo que estamos haciendo.

Salgo del departamento con el pecho inflado de orgullo, que parecería el gallo de Baxter. Marco el número de mi amigo mientras subo al auto.

—¿Qué sucede, desaparecido?

Río y enciendo el motor.

—Hablé con Honey —digo—. Dejó que la conquistara.

—Espera, espera —dice Baxter— ¿Qué?

Vuelvo a reír y doy la vuelta para salir del estacionamiento del edificio, para ir rumbo a casa.

—¡Qué yo jodidamente conquistaré a Honey Bennett, viejo! —exclamo, sé que parezco un niño pequeño pero no me importa—. Voy a conquistar a la madre y al hijo, lo juro por el hurón de mi hermana.

Baxter ríe y dice que me manda toda la suerte del mundo, con eso se refiere a la suerte que tuvo Ryan Reynolds cuando Blake Lively se enamoró de él. Sí, esa mujer también es hermosa.

Llego a casa de muy buen humor, mi abuela me mira y sonríe. El hurón de Summer está en sus piernas.

—Kerrick, ¿y ese humor? —pregunta sonriendo.

Hago levantar a mi abuela e intento que baile, pero soy conciente de que soy el único que se mueve.

—Conquistaré a la que podría ser la mujer de mi vida —le contesto.

—Interesante, interesante.

Así de buen humor, me ducho y espero a que mi hermana, Summer, llegue de su trabajo vestida de mariachi.

Summer trabaja en un bar mexicano, aquí en la ciudad. Tiene una buena voz para la música, así como yo, no es que presuma. Pero mi madre cantaba como los ángeles, ya casi no lo hace porque pasa ocupada y ella no vive con nosotros.

—¿Dormirás con una sonrisa? —me pregunta Summer riendo.

—Hoy soñaré con los ángeles —digo con burla.

Ella niega con la cabeza mientras yo me meto en mi cuarto. No es que no tenga vergüenza de vivir con mi padre, pero él no nos quiere dejar ir hasta que no tengamos una vida hecha; casados y toda la cosa.

Honey Bennett, prepárate.

¡Inténtalo, Kerrick!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora