Capítulo Diecinueve

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Amor y Odio

Abrazo su cuerpo apoyando mi mejilla con fuerza en su pecho y suspiro. Nada se siente mejor que esto.

— ¿Vas a hablar por fin?

—No.

Su mano comienza a acariciar mi cabello y las ganas de ronronear como un gato se vuelven fuertes.

Mis ojos se han secado, y aunque sé que me veo horrible con todo corrido en mi rostro no me importa ahora mismo.

Estar a su lado me da una tranquilidad enorme que jamás en mi vida había sentido, y hoy la necesito tanto.

Mon cœur me fait mal parce que vous êtes triste (1)

Su voz en francés logra cosas maravillosas en mi corazón.

Je ne comprends pas ce qui arrive à moi. (2)

Es suave y melodiosa.

Et cela me fait peur. Mais s'il vous plaît arrêter de souffrir. (3) —Suspira— No voy a obligarte a decirme que es lo que sucedió con tu padre, sé que hoy ibas a verlo así que debe haber dicho algo que te ha lastimado. Pero no pienses demasiado en eso. ¿De acuerdo?

Si, papá me dijo algo que me ha lastimado, pero él no me ha lastimado. Él me quiere. Y eso debería ser lo importante para mí. Alejando todo lo mal que escuché en esa conversación que tuve con mi padre, alejando la realidad, la verdad de que no soy su hija, la verdad de que tengo un padre al que jamás en mi vida he visto, que mi madre me odia porque le recuerdo a su fracaso, que Jase... no es completamente mi hermano.

Lo alejo. Lo alejo contándoselo todo.

Y mi corazón siente un poco de peso menos en esa acción.

—Debería decir lo siento, pero es muy cliché. ¿No es así?

Suelto la primera risita desde que me entere de la verdad.

—Bastante.

Me alejo de la comodidad de su cuerpo a pesar de que mi cuerpo muestra resistencia. Me levanto intentando limpiar mi rostro con mis manos inútilmente. Debo parecer un payaso oscuro.

—He sido muy ridícula. —Muerdo mi labio— Recuerdo que me llamaste así aquella noche cuando lloré por Daniel.

—Porque fuiste ridícula en ese punto.

Frunzo el ceño.

—Pero esta vez es diferente. —Lo escucho levantarse— No estabas llorando por un idiota. Estabas llorando por una verdad escondida. —Sus brazos me rodean por detrás— Y es totalmente comprensible.

Intento sonreír porque realmente quiero hacerlo pero simplemente no puedo. Aun me siento muy decaída. Estafada, engañada.

Duele demasiado cuando una verdad horrible se revela. Y más cuando quien te lo dice es una persona que quieres mucho, porque de alguna forma también te sientes traicionada por esa persona.

Amo a mi padre, pero que me haya ocultado la verdad de alguna forma me hace verlo como un traidor.

— ¿Por qué las personas nos ocultan tanto? —Tiro mi cabeza hacia atrás apoyándola en él. — Odio los secretos. Odio que me mientan. Sé que Papá lo hizo pensando en que sería lo mejor para mí, pero no ha sido lo mejor para mí. ¿Lo mejor para mí? —Suelto una risa seca— Si alguien vuelve a hacerme esto voy a odiarlo.

Los brazos de Ross se tesan a mí alrededor y por varios segundos no dicen absolutamente nada.

— ¿Odias a tu padre?

That ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora