O3

689 89 10
                                    


"Ahora todo está hecho y no hay nada que decir. Has ganado"

El día llego y la noche se la tragó. Alessia sabía la verdad luego de unas semanas de falso romance con el novio de su hermana. Clarisse no tardó mucho en contárselo cuando vio a Ross demasiado indeciso para continuar. Ella sabía que él no iba a aguantar más y se rendiría ante Alessia. Clarisse detestaba que Ross tuviese sentimientos hacia Alessia así que antes de que el pudiese abrir su dulce boca y rogarle el perdón de esta. Clarisse jugó sus cartas y terminó el juego dorado.

— ¡AMBOS ESTÁN ENFERMOS! ¡ESTÁN ENFERMOS!

El rostro dulce de Alessia estaba lleno de lágrimas mientras esta tiraba cosas alrededor del chico que partió su corazón. ¿Cómo pudieron hacerle eso? ¿Cómo Ross pudo hacerle eso?

—Yo no quería que llegase a tanto. —Ross abrió mucho sus ojos impresionado por la fuerza de la chica— Quería contártelo, Alessia. Solo...

— ¿Contármelo? ¡Pues no lo hiciste! —Gritó con furia— ¡Sabía que mi hermana estaba mal de la cabeza, pero no sabía que tú eras igual a ella! ¡ME DAN ASCO!

Ross retrocede cuando Alessia lo amenaza con una botella. Entonces ella se ríe con histeria.

— ¡No voy a lastimarte! No soy yo la loca. —Tiró la botella a un lado mientras miró a Ross más calmada pero aun sufriendo por dentro— ¿Por qué tuviste que jugar así con mis sentimientos? ¡Te amaba! ¿Es que no te importaba ni un poco? ¿Cómo una persona puede ser tan cruel? ¿Cómo pudiste tú...tú? Confiaba...tanto en ti. —El corazón de Alessia dolía de mil maneras diferentes y todas ellas le producían miedo. — Me hiciste creer que estabas interesado en mí, me hiciste pensar que te gustaba. ¡Sabiendo los sentimientos que siempre he tenido por ti! ¡Y ME HAS HECHO ESTO!

Ross sacudía su cabeza una y otra vez intentando no romperse ante ese acto, pero no pudo más cuando Alessia cayo de rodillas al suelo.

Corrió hacia ella repitiéndole muchas veces que lo sentía, pero a Alessia eso no le importaba. ¿De qué valían mil lo siento si esa persona no lo sentía de verdad? Él no podía sentir nada. Él era como su hermana. Y le apenaba haberse enamorado de alguien tan horrible. ¿Cómo se atrevió a ofrecerle su corazón?

—No pensé que Clarisse llegaría tan lejos. —Ross tragó saliva— Nunca pensé que fuese a decirte la verdad de esa manera. No quería...

Alessia levantó su mano para detenerlo.

—Mírame. ¿Estas observándome? Obsérvame bien, Ross, porque de ahora en adelante quiero que cuando vuelvas a hacer mierdas como estas junto a Clarisse recuerdes que te odio muchísimo porque me han destruido de la peor manera.

Los ojos de Ross se llenaron de lágrimas.

—Quiero que nunca olvides esta cara, —Dice Alessia con rencor, sus ojos llameando odio, asco y dolor— Quiero que siempre me recuerdes y sufras.

—Jamás quise hacerte esto, Alessia. Yo realmente te tengo cariño yo...

— ¡No quiero oírte! —Sollozó alejando las manos de Ross de ella— ¡Lárgate de aquí! Ve a burlarte de mí con Clarisse y hagan bebés perversos juntos. ¡Déjenme sola!

—Alessia.

Alessia no lo escucho más, tapó su rostro húmedo con sus manos mientras soltaba fuertes sollozos.

— ¿Por qué tenía que enamorarme de una persona tan mentirosa, asquerosa, traicionera? —Soltó con rabia, jalo de sus cabellos y comenzó a llorar con fuerza, sus palabras entrecortadas salían de sus labios— Te...odio...tanto...odio...tanto.

Su boca no dejaba de soltar palabras fuertes, maldiciones, todas dirigidas a él, su boca nunca había pronunciado cosas tan terribles, pero incluso las chicas dulces lloran, sufren, cambian, se rompen.

Alessia pensaba que se estaba volviendo loca, necesitaba estar sola o cometería alguna locura como perdonar a ese imbécil que aún tenía su corazón, no podía mentirse. Lo amaba tanto, tanto. Su corazón dolía tanto, tanto.

Lo miró y decidió que sería la última vez que lo haría.

—Déjame sola, déjame en paz. Vete y jamás vuelvas a aparecerte frente a mí. ¡Es lo único y último que te pediré, Ross! ¡Fuera!

Clarisse se rio al ver la expresión de horror grabada en el rostro de Ross. El horror se transformó en disgusto y este se convirtió rápidamente en furia.

— ¿Por qué sigues riéndote? —Le espetó Ross— ¿Qué demonios tienes en tu cabeza, Clarisse?

Clarisse llevó una mano a sus labios para esconder su sonrisa.

—Ella solo está exagerando, bebé. ¡Está haciendo un tremendo drama! Así somos las hermanas Roselley.

—Ella no estaba exagerando, ella estaba diciendo la verdad. —Ross jaló de su cabello con nerviosismo— Deberías ir a checarla, cuando la deje estaba bastante mal.

Clarisse rodó sus ojos.

—Ella no va a suicidarse o algo así, Ross.

Él entrecerró sus ojos hacia ella, cada vez más enojado.

— ¿Cuál es tu puto problema, Clarisse? Ella es tu hermana, tienes que ayudarla y no hacerla sentir peor de lo que ya está. —Negó con su cabeza— ¿Por qué le dijiste la verdad? ¿Por qué de esa forma?

Clarisse le fulmina con los ojos, ¿Cómo se atreve a hablarle de esa manera a ella? Alessia se merecía este juego. Ella tenía que aprender la lección de que con las cosas de Clarisse nadie se metía, y Ross era suyo. Siempre lo había sido siempre lo sería.

— ¿Por qué te importa tanto mi hermana? ¿Acaso te has enamorado de ella? ¡Dímelo si es así!

Los ojos de Ross se abrieron sorprendidos. Apretó los puños de su mano.

—Explícame como no puedes estar preocupada por ella. ¡Ella es de tu sangre! ¿Cómo te atreves a acusarme de enamorarme de ella? ¡Me obligaste a tener una falsa relación con ella!

Clarisse bufó.

—Apuesto que lo disfrutaste. ¿No es así? ¡Has volteado mi juego y lo has convertido en tuyo! Si tan loco estas por Alessia, escúchame. ¡No dejaré que estén juntos! ¡Me perteneces!

Ross dio unos pasos atrás golpeándose con la realidad. La jodida realidad. Clarisse no estaba bien. Sacudió su cabeza mientras se iba alejando más de ella. Necesitaba separarse de ella un tiempo y pensar en qué momento las cosas se habían vuelto demasiado jodidas.

Necesitaba alejarme.

— ¿A dónde crees que vas? —Gritó Clarisse— ¡Vuelve aquí!

Ross apretó sus ojos, no cedería ante sus locos sentimientos hacia Clarisse, esta vez no. Necesitaba tiempo con él mismo, solo él.

— ¿Me estas dejando? No puedes dejarme. —Chilló ella— ¡Ross!

Cerró su mente y su corazón.

—Déjame solo esta vez, Clarisse.

•Próximamente O4•


That ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora