Capítulo Diecisiete

1K 100 18
                                    


Cena Infernal

Cuando llegamos a la casa de nuestros padres, Jase y yo lucíamos demasiado pálidos como para tocar el timbre sin tropezarnos con cualquier cosa. Mientras que Miranda se encargó de ser el ancla de Jase. Ross se encargó de ser él mío.

Me sujeto con fuerza y me envió una sonrisa alentadora mientras estiraba el brazo para tocar el timbre.

—Recuerda que estoy aquí. —Murmuró y besó mi frente— No dejaré que ella te dañé. Jamás.

Agradecí sus palabras pero nada me preparó para esta cena. Ni siquiera aquellas dulces palabras.

Ahora, observo a Mamá mientras esta mirándole con el ceño fruncido a Ross. Él la ignora la mayoría del tiempo.

Las presentaciones fueron difíciles. Papá se sorprendió de mi nueva relación pero no dijo nada al respecto ya que Jase tenía toda su atención porque él iba a ser el que sería padre. Mi hermana, Vanessa, no tardo en coquetearle a Ross pero no produjo nada en mí ya que Ross también la ignoró. Bueno, tal vez me produjo diversión. Pobre Vanessa, no está acostumbrada a que le ignoren. Mamá fue la más difícil. Ella sí habló. Y habló mucho.

Tanto que papá tuvo que recordarle que esta cena se trataba de Jase y Miranda.

Aprieto la mano de Ross mientras las empleadas sirven el postre.

Él me la aprieta en respuesta y se inclina para poner un beso en mi frente que me deja colorada porqué Papá nos observa y Vanessa hace una mueca de asco.

Papá mira un buen rato hacia Ross y hacia mí y luego vuelve con Miranda y Jase.

—No creo que deban casarse.

Mamá suelta un sonido de horror mientras aleja su mirada de muerte que tenía sobre Ross y sobre mí.

Mira a mi padre como si tuviese tres cabezas como cancerbero.

— ¡Tienen que casarse! Debimos llamar a los padres de Miranda y arreglar todo esto esta misma noche. ¡Que tontos somos!

Vanessa suelta un bostezo sin la mínima vergüenza de ocultar su aburrimiento.

—Como dije. —Dice Papá mirando solamente a Jase— No creo que tengan que casarse. Estos tiempos ya no son tan anticuados. Y ustedes son demasiado jóvenes.

Vanessa suelta una risita.

— ¡También son jóvenes para tener un bebé!

Le lanzo una mirada furibunda y ella entorna sus ojos hacia mí.

—Es cierto. —La apoya mi padre— Pero aun así. Esa decisión solo les pertenece a ambos. No a nosotros ni a los padres de Miranda. Además confío en que Jase sabrá tomar las consecuencias de sus irresponsabilidad como un hombre. ¿Verdad, Jase?

Jase asiente tratando de esquivar la dura mirada que nuestra madre le regala.

—No creo que debamos casarnos. —Mira a Miranda quien asiente de acuerdo con él— Al menos no aún. Sin embargo me haré cargo. Miranda solo tiene 4 semanas. El embarazo tardará en notarse y el tiempo será suficiente para que ambos terminemos nuestros asuntos en la Universidad. Al menos el primer año.

Papá asiente.

— ¿Y cuando nazca el bebé? ¿Qué harán entonces? Ya que no van a casarse.

Jase parece pensar bien su respuesta. Me lanza una mirada y luego vuelve a mirar a papá.

—Seguiré viviendo con mi hermana. —Alzo mis cejas, sorprendida— Miranda se unirá a nosotros y el bebé también. Compraré algo más grande pero nos ajustaremos.

That ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora