Capítulo Cinco

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Irritante

—Gira a la derecha —Digo, rogando por todos los santos y demonios que mi voz suene relajada— Ya. Aquí es.

Ross detiene su auto y observa la casa de Daniel. La casa de Daniel es como cualquier casa en un barrio pijo. Tiene cerca y jardín. Siempre me ha gustado su casa. Ahora mi estómago da vueltas violentas con la idea de volver entrar ahí. Tampoco ayuda que sea de noche.

Sin embargo, Ross a mi lado parece relajado. Él no ha hablado mucho conmigo en el auto o nada.

— ¿Estas preparada?

No, no lo estoy ni de cerca. Pero asiento y salgo del auto antes que él. No puede ser tan malo, solo entraré y sacaré mis cosas. Luego tal vez no lo volveré a ver nunca. Ese último pensamiento me angustia. Ya no lo veré. ¿Tan malo es? Si, si es malo. No creo poder estar bien luego de que años de relación se hayan esfumado así nomás.

—Bien, hagamos esto. —Dice a mi lado— ¿Estas lista?

—Ya dije que sí. —Murmuro—.

Él suelta una risa ronca.

—Y yo aún no te creo, chica tormenta.

—Me llamo Laura. —Esta vez lo miro, y casi percibo un toque de diversión en sus ojos color miel, casi— Laura.

Rueda sus ojos y toma mi mano para entrelazar nuestros dedos.

Abro mis ojos con sorpresa.

—Tenemos que ser convincentes. ¿No es así, cariño? —Me pega a él y comienza a caminar hacia la puerta. Toca el timbre y en voz baja dice— Actúa normal. Parece como si fueras a tener un infarto.

Pues no está lejos de la realidad. Alejo mi mirada de su rostro y me concentro en poner una cara normal. Estoy relajada. Lo estoy, incluso estoy respirando normal, estoy normal. Lo estoy... ¡Como la mierda que no estoy relajada! Estoy a punto de enfrentarme a mi ex-novio y estoy de la mano de ojos intensos esto es digno de tener un infarto.

La puerta se abre antes de que pueda tener una crisis. Daniel se apoya en la puerta mientras observa a Ross con odio inmediato y luego me mira a mí con ¿Rencor? Menudo hipócrita.

Sus ojos caen en nuestras manos unidas y se pone rígido.

— ¿Que quieren aquí? —Sus ojos se entrecierran hacia mí— ¿Por qué mierda estas aquí?

Instantáneamente retrocedo un paso.

—Yo...

—Estamos aquí por sus cosas. —La voz fría de Ross suena y Daniel gira su cabeza hacia él— ¿Hay problema con eso?

—Claro que lo hay. Esta es mi casa. No entraran.

Ross rueda sus ojos.

—Oye, estamos con el tiempo. Hazte a un lado y deja que la señorita entre.

Daniel cruza sus brazos y lo desafía con la mirada. Algo que Ross ignora porque lo mira con indiferencia.

—La dejaré entrar. Pero solo a ella. Tú te quedas aquí.

—Jodete.

Daniel sonríe.

—Ya lo estoy.

Ross da un paso adelante irguiendo su cuerpo mientras mira a Daniel.

—No me provoques, niño lindo.

Su voz es como el hielo, y aterra como el infierno, incluso a mí me afecta porque de nuevo estoy dando un paso atrás sin darme cuenta.

That ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora