Carta 1
Hola, amigo, ¿cómo te encuentras hoy? ¿Acaso todavía te acuerdas de mí? Habrán pasado solo unos cuantos meses, pero tú me abandonaste desde hace mucho tiempo más.
¿Recuerdas todos los momentos que vivimos, las memorias que compartimos y el tiempo que perdimos? Yo parezco recordarlo con una facilidad abrumadora. Puedo decirte que aún recuerdo todo lo que pasamos, pero no puedo asegurarte ni prometerte que recuerdo perfectamente la primera vez que te vi (qué no daría por hacerlo), ya que en ese entonces no eras aún nadie ni nada para mí.
¿Acaso tú si recuerdas la primera vez que me viste?
Otra cosa que quiero preguntarte es si acaso alguna vez me quisiste de verdad. ¿Estuviste realmente enamorado? ¿Estuvimos realmente enamorados? No lo sé. De lo único de lo que estoy segura es del diámetro y la profundidad de este hoyo en mi pecho; no se ha cerrado desde la última vez que hablamos.
¿Por qué llegaste a mí entonces? ¿Por qué entraste a mi vida de una forma tan descarada?
Te culpo a ti y solo a ti por hacerme esto. Culpo a tus palabras, culpo a tu forma de ser. Culpo a tus abrazos y culpo a tus malditos labios. Culpo a tu cuerpo y a tu estúpida sonrisa.
Qué no daría yo por sacarte de mi ser.
Estando aquí, ahora, con el corazón sangrando y reposando sobre mi palma, no puedo dejar de pensar en ti. Reitero, no puedo mentir y decirte que eres el único con el que he sentido esto, pero sí eres de las pocas personas que han llegado a verme así de débil.
¿Por qué me hiciste amarte de esta forma? ¿Por qué tenías que ponerme atención desde un principio? Podría haber seguido mi vida y hundido como hasta entonces en mi propia mierda... sola.
¿Por qué me hiciste quererte? ¿Por qué me hiciste abrirme así? Yo nunca te pedí tu atención ni tu mesura.
¿Por qué te alejaste? ¿Por qué te asustaste? Yo también tenía miedo de salir lastimada, ¡yo también! Pero estaba dispuesta a intentarlo todo por ti.
¿Por qué me besaste esa vez? ¿Por qué me abrazaste aquella? Si nunca lo hubieras hecho nunca me habría entrelazado contigo de esta forma.
¿Por qué duele tanto? ¿Por qué no puedo dejar de llorar?
Pero lo más importante...
¿Por qué, por qué demonios me dejaste?
—G.
ESTÁS LEYENDO
El rincón de la biblioteca
RandomDe textos simples hasta relatos desgarradores, de corazones rotos a sonrisas deslumbrantes. Una recopilación de mis cuentos e historias cortas, los cuales nunca supe a donde pertenecían por lo que los he colocado aquí: en este rinconcito vacío de l...