Holaaa, os informo que el capítulo anterior es como un prólogo para introduciros en la historia. A partir de ahora la narraré en primera persona y desde el punto de vista de los dos personajes.
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Capítulo 2 : Alex
Estoy tumbado sobre algo blando. Arena. Huele a mar y se oyen las gaviotas volar sobre mi cabeza y el rumor de las olas al llegar a la playa. Abro los ojos me incorporo.
Delante, con el agua por las rodillas está ella, de espaldas a mí. Su cabello color miel ondea al viento, igual que su largo vestido blanco. Se gira, me mira con sus preciosos ojos verdes y veo que sus labios pronuncian mi nombre. Alex .Me sonríe y comienza adentrarse en el mar.
Kathia, detente. No me puedo mover. Se sumerge entera y veo que no sale a la superficie. ¡Kathia!.¡Kathia!.El mar la ha engullido para siempre.
Me despierto de repente con la respiración agitada. Estoy sudando. A mi lado duerme plácidamente la chica con la que me acosté anoche. Ya ni recuerdo su nombre. Me dirijo al baño para darme una buena ducha que me despeje la cabeza.
Llevo cuatro jodidos años soñando con ella; aún no me la he podido sacar de la cabeza. Definitivamente soy gilipollas. La sigues queriendo, susurró una voz en mi subconsciente. Cerré el grifo de la ducha cabreado. No, no la quería. Esa maldita niñata rica jugó conmigo y ahora está tan tranquila en su mansión con su jodido maridito rico. Espero que sean muy felices, son tal para cual.
Una vez me he puesto mi ropa, salgo del hotel donde pasé la noche con la pelirroja.
Así funcionaba mejor el mundo: conocías a una chica, bebías algunas copas con ella, ibais a un hotel y te la tirabas. Básico, fácil, sin complicaciones.
Estaba en la puerta de mi dúplex cuando oigo que alguien me llama al móvil. Veo que es mi mejor amigo Mark.
-¿Dónde demonios has estado toda la noche? Son las 9 de la mañana. Bellucci lleva una hora tocándome las pelotas preguntando por ti.-me grita nada más descolgar.
-Joder, me había olvidado de la reunión.
-Ya puedes estar de camino a la oficina, tío. Este trato es muy importante para la naviera.
-Vale, tranquilízate. Ahora mismo lo voy a llamar. Quedamos en el restaurante de la segunda planta a las dos y te informo.
-Parezco tu madre. A ver si contratas a una secretaria o mejor a un secretario para impedir que tus hormonas se alteren más de lo que ya están. Hasta luego.-se despidió Mark.
Llevamos diez años siendo amigos. Vivíamos en la misma zona; nuestras familias no eran ricas pero tampoco pobres. Compartíamos nuestra afición por reparar cualquier cosa con motor y nos hicimos prácticamente hermanos. Cuando crecimos una poco más disfrutamos de lo lindo juntos: fiestas, chicas, carreras ilegales, porros, peleas,… Y fue un gran apoyo para mí después de lo que pasó con Kathia.
FLASHBACK
Habíamos quedado en Hyde Park a medianoche. Estaba impaciente por verla. Parecía que había sido mi primera vez en lugar de la suya. Fue la mejor noche de mi vida. Llevo dos noches sin dormir pensando en el calor de la piel, su suavidad, su olor, sus gemidos de placer,…Cuando me dijo que me quería estuve a punto de sufrir un infarto; noté un pinchazo en mi corazón que nunca había sentido. Jamás había estado así con una chica. Yo era de los que pasaban directamente al polvo: sin citas, ni regalos ni palabras bonitas. Pero con ella nada era normal. Kathia era una chica alegre, provocadora, extrovertida y una coqueta empedernida; se parecía bastante a mí y eso hacía que chocáramos constantemente.
La conocí en una carrera ilegal: ella iba con un niñito rico, un tal Jacke, que era un completo gilipollas. Cuando ella bajó la bandera para indicar la salida le guiñé un ojo. Obviamente gané y lo celebré acercándome a ella y dándole un profundo beso (del cual no se quejó) delante del gilipollas. Aún recuerdo la cara de ambos: a él le salía humo de la orejas y ella pasó del estupor a pegarme una bofetada.
Vi los faros de su coche y me acerqué a ella. Cuando bajó del auto supe que algo no iba bien.
-Hola, nena.-le dije dándole un profundo beso-¿Qué has pasado?-le pregunté cuando nos separamos.
-Alex…-bajó la mirada.
-¿Te arrepientes de lo que pasó? Porque yo no, para nada. Fue increíble.-le dije dándole una pequeña sonrisa.
-No es eso. Es que…-
-Gatita, puedes contarme lo que sea. Sabes que puedes confiar en mí-Estaba empezando a preocuparme de verdad.
-No quiero que nos sigamos viendo-soltó de pronto, su mirada era glacial-Esto es un error. Tú y yo somos totalmente opuestos. Lo mejor es que lo dejemos como un affaire y sigamos con nuestras vidas.
-Pero si me dijiste que me querías y me dejaste ser el primero, ¿qué ha cambiado en dos días?-pregunté enfadado.
-Eres pobre, Alex. Y yo solo quería vivir una aventura con el famoso chico malo, ver que había más allá de Mayfair. Eso es todo. Ahora que ambos nos hemos divertido deberíamos dejarlo estar.-dijo fríamente. Me la quedé mirando unos segundos y al ver que su rostro impasible no cambiaba decidí contestarle.
-Me parece bien. Tengo una lista interminable de tías esperando tenerme entre sus piernas. No vale la pena todo esto por estar con una niñata como tú.-escupí malhumorado.El dolor hablaba por mí.
Ella seguía mirando al horizonte cuando me fui en mi moto. Al llegar al pequeño apartamento que compartía con Mark me dediqué a romper todo aquello que estaba a mi paso. Cuando Mark llegó me encontró en el suelo con la espalda apoyada en la pared y unas nueve botellas de cerveza vacías esparcidas a mi alrededor. Con solo mirarme ya supo qué había pasado.
FIN DEL FLASHBACK
Estuve dos horas hablando con Bellucci por el móvil. Ángelo Bellucci era dueño de una famosa cadena de hoteles italiana que quería probar con los cruceros y nos había contratado para diseñar y construir los seis transatlánticos de lujo. El padre de Mark le dejó una pequeña empresa naviera. Juntos y con mucho esfuerzo habíamos tomado el mando de la empresa la cual nos iba increíblemente bien y obtenemos muchos beneficios.
A las dos Mark y yo nos reunimos para comer y para comentarle el trato con Bellucci.
-Nos ha invitado a la apertura de su nuevo hotel en Roma.-le digo mientras miro la carta.
-¿Enserio? Genial, necesito una vacaciones urgentes. Chloe lleva cuatro meses insistiendo en ello. Dice que me da una semana de plazo para organizarlo, sino me quedo sin sexo. NECESITAMOS unas vacaciones.-Chloe Thompson era la novia de Mark des de hacía 4 años. Era la mejor amiga de Kathia hasta que ella se casó con el gilipollas. Des de entonces no han vuelto ha hablar.
-Está bien. El viernes cogemos un avión para Roma-dije resignado. Aunque en el fondo me vendría descansar un poco después de tanto libertinaje.
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El pacto
General FictionKathia es una chica de 22 años atrapada en un infierno de matrimonio. Tuvo que sacrificar su amor cuando solo tenía 18 años para proteger a sus seres queridos. Alex con solo 23 años ya ha disfrutado de todo en la vida pero, aunque lo intente ocultar...