Capítulo 6:
Kathia
Voy caminando tranquilamente por el casco antiguo de Roma saboreando un helado. Esta ciudad tienen un paisaje que hace que te transportes a la época clásica llena de emperadores, filósofos y dioses. Siento mi móvil vibrar en el bolsillo de la chaqueta.
-¿Diga?
-Necesito que vengas al edificio de Bellucci .Ángelo nos ha invitado a tomar el té así que ven enseguida para aquí.-me ordena Jacke nada más descolgar.
-Pero…
-¿Estás sorda? Te he dicho que vengas YA.
-Esta bien-Será gilipollas. No me ha dejado decirle que no voy vestida formal. Llevo una blusa azul celeste, una falda de flores y unas saldarías doradas. No voy mal vestida pero seguro que le dará un infarto cuando me vea así. Que le den, eso le pasa por no dejarme hablar.
Cojo un taxi y llego al edificio en diez minutos. La fachada es preciosa, no parece el edificio de una empresa sino más bien un palacete. En la entrada un hombre vestido de mayordomo me acompaña al ascensor. Me informa que el edificio es la oficina del señor Bellucci y también es su vivienda familiar. Llegamos a la última planta y me lleva por un larga pasillo. A medida que nos acercamos oigo voces de hombres y de mujer. En la enorme salón renacentista se encuentran el señor Bellucci, mi marido, una mujer, una adolescente y… ¡Alex!.
-Siento el retraso, no sabía que estaba invitada.-digo con voz trémula después de recuperarme del estupor.
-No preocupes, cara. Te quiero presentar a Mónica, mi mujer y a Pia, mi hija. Ella es la esposa del señor Blume. Y creo recordar que le presente a su marido y a usted al señor Levinson anoche.
-Sí, lo recuerdo. Me alegro de volver a verle.-le digo mientras hago un gesto con la cabeza.
-Lo mismo digo-dice devolviéndome el gesto. Mientras me siento en la plaza del sofá vacía al lado de mi marido puedo sentir su mirada clavada en mi nuca. Jacke me lanza una mirada furiosa cuando repara en mi vestuario. Se gira de repente y comienza a hablar con Bellucci.
-Es usted inglesa ¿verdad, señora Blume?-dice Pia, la hija de Bellucci. La chica debe de tener unos 16 años; tiene esa mirada inocente y soñadora propia de su edad que me trae amargos recuerdos de cuando yo también era una niña feliz, antes de convertirme en mujer de forma tan abrupta.
-Sí, soy de Londres exactamente. ¿Has estado allí alguna vez? -le pregunto. Me gusta esta chica, así que qué mejor que un poco de conversación después de estar tanto tiempo apenas sin relacionarme con nadie.
-No, solo he visitado Francia porque esta cerca que sino ni eso. Me encantaría estudiar fuera y conocer gente de otras culturas pero mi padre es muy cerrado con ese tema; como soy hija única me he convertido en la “niña de papá”.-Esta cría me recordaba tanto a mí a su edad.
-Cuando seas un poco más mayor y dispongas de la autonomía necesaria podrás hacer lo que quieras. Es duro para ellos pero al final los padres dejan a sus polluelos volar del nido.-digo animándola-Cuando yo tenía tu edad quería viajar por todo el mundo y vivir en una casita al lado de la costa.
-¿Y has cumplido tu sueño?-me pregunta
Su pregunta hace que mi corazón se rompa. Yo ya no tengo sueños, y los que tenía se hicieron pedazos hace tiempo. Pero eso no significa que aun los recuerde y desee cumplirlos. Levanto la mirada y veo a Alex mirando fijamente. Da la sensación que ha estado escuchando la conversación. Giro la cabeza rápidamente para que no se me inunden los ojos de lágrimas. Pasamos a hablar de cosas más trascendentales cuando Pia ve que el tema me afecta, y su madre se une a la conversación. Un rato después de que Jacke ,Alex y Bellucci se fueran al despacho para hablar de unos asuntos me disculpo para ir al baño. La casa es enorme y aun teniendo una indicación me pierdo. No hay nadie en el pasillo a quien preguntarle por lo que comienzo mi investigación privada hasta que oigo unos pasos acercándose. Me giro y veo a Alex caminando hacia mí. Se me para el corazón en ese microsegundo. Nos quedamos mirándonos mutuamente, ninguno se atreve a decir nada.
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El pacto
General FictionKathia es una chica de 22 años atrapada en un infierno de matrimonio. Tuvo que sacrificar su amor cuando solo tenía 18 años para proteger a sus seres queridos. Alex con solo 23 años ya ha disfrutado de todo en la vida pero, aunque lo intente ocultar...