Epílogo

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Desde aquel días las cosas cambiaron muchísimo. Tiene gracia los giros que da la vida. Como un día las cosas son blancas y al día siguiente son negras. Empezaré a explicaros des del principio lo que sucedió.

Mi madre y Robert, el padre de Jacke, fueron detenidos por el asunto de los papeles de la empresa. Y de paso que estaban en el juzgado mi padre le pidió el divorcio a mi madre.

La señora Blume, la madre de Jacke, organizó el funeral de su hijo, al cual apenas se presentaron cinco personas. Un poco triste, pero se lo había ganado a pulso. Yo pasé de ser una mujer casada a una viuda con sólo veintidós años. Aún así le di todo el dinero de la herencia a la señora Blume. No quería nada de él, y mucho menos su asqueroso dinero.

La relación con mi padre mejoró un poco. Yo aún estaba resentida, pero sabía que acabaría perdonándolo algún día.

Ahora las buenas noticias. Chloe y Mark se comprometieron y tiene la fecha de boda para finales de agosto. Me alegré muchísimo por ellos, y se les veía tan felices.

Denise y John viven juntos y su noviazgo va viento en popa, pero de momento no han hablado de llevar su relación más allá. Ambos dicen que están muy bien como están.

Y yo…bueno, yo vivo sola en un piso del centro. Tengo un pequeño Shih Tzu adorable llamado Panda, porque se parece a uno de verdad. Me paso los domingos metida en casa comiendo comida china mientras veo capítulos repetidos de Friends y mi vida amorosa es un desastre.

¡Es broma! Jajajaja.

Lo del perrito era cierto, pero no vivo sola.Cuando salí del hospital Alex y yo estuvimos hablando de todo los que había sucedido. Me dijo lo duro que había sido vivir estos cuatro años con mi recuerdo, pero yo lo sabía bien. Había asumido que no remataríamos nuestra relación de un día para otro, que le costaría digerirlo todo. Estuvimos una semana sin vernos. Yo estaba desesperada, mirando a cada momento mi móvil, deseando ver una llamada suya. Pero nada. Cuando ya daba por rendida cualquier oportunidad de volver, Alex se presentó en mi casa, empapado por la lluvia. Aunque mi imagen no era mucho mejor: llevaba un pijama de estrellitas, la nariz congestionada y los ojos hinchados por el llanto y mi pelo era un desastre. Pero parecía no darse cuenta porque me plantó un beso a lo Humphrey Bogart. Fue una escena de película de los años cincuenta.

Nos pasamos horas haciendo el amor diciéndonos con nuestros cuerpos lo mucho que nos queríamos.

-Kathia-me susurró cuando estaba a punto de quedarme dormida. Abrí los ojos.-¿Quieres ser mi novia?

-Eso es muy adolescente.-dije riéndome.

-Oye no te rías. Es una proposición muy seria.-dijo con una sonrisa en sus labios.

-Sí, quiero ser tu novia.-y lo sellamos con un apasionado beso.

Y aquí me encuentro, tumbada en el sofá del salón de nuestro piso, recordándolo todo con la mirada fija en la claraboya. Hace un mes fue nuestro aniversario de bodas; un año de casados. Quién diría que han pasado dos años desde que todo acabó. Nunca creí que pudiera ser tan feliz. Alex tiene su trabajo en el astillero mientras que yo estoy en el segundo año de medicina. Al principio me daba vergüenza porque yo soy cuatro años más mayor que mis compañeros, pero Alex me animó mucho, y me dio el coraje para cumplir mi sueño. Mi marido(qué bien suena) sigue yendo al garaje para ayudar a Julio. Por fin he conocido a su hijo y a su chica. Casi todos los viernes por la tarde nos reunimos con nuestros amigos en un pub de la esquina compartiendo anécdotas y pasando un buen rato con ellos.

Pero los domingos por la noche…son las noches de Alex y Kathia, maratón sexual al completo. Vivir juntos fue una experiencia rara pero a la vez maravillosa. Despertarme cada mañana viendo su rostro, con su olor impregnado en la almohada, sus besos al llegar a casa, los ratos de sofá y peli juntos,…No lo cambiaría ni por todo el dinero del mundo.

………………..

Alex

Una tarde llegué a casa después de reparar un barco que me había llevado toda la semana. Llamé a Kathia pero nadie respondió. Me fui a la habitación para cambiarme de ropa cuando oí un llanto proveniente del baño. Al abrir la puerta me encontré a Kathia en el suelo llorando. La cogí en brazos y me senté con ella en el sofá, consolándola, hasta que el llanto remitió. Levantó la cabeza y dijo las dos palabras que cambiarían nuestras vidas para siempre:

-Estoy embarazada.

-¿Y por qué lloras? Es una buena noticia.-dije acariciando su mejilla.

-Pensé que no podría volver a quedarme embarazada.-la lágrimas volvieron a inundar su rostro.-Tengo mucho miedo.

-No te preocupes, nena. Todo va a salir bien.

Y allí estábamos nosotros, en la boda de Chloe y Mark. Kathia estaba preciosa con su largo vestido de gasa granate y su redonda barriga de seis meses. No sabía el sexo del bebé, queríamos que fuese sorpresa, pero mi madre ya le había comprado decenas de trajecitos. Siempre que venían a vernos no paraba de mirarle la barriga alegando que según la forma era niño o niña. Miré a Kathia, se la veía tan feliz. Volvía a tener ese brillo en sus ojos, y la vida con ella no podía ser mejor.

Y pronto un nuevo miembro se uniría a nuestra familia.

Por fin estábamos completos.

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Oooohhh!!!Esto ya es el final compañeros. He aprovechado un momento libre que tenía para escribir el epílogo. Por un parte me da mucha penita pero por otra tengo ganas de empezar nuevos proyectos y seguir mejorando. Este es mi primer relato, y sé que no está muy pulido, así que dejaré unas semanas la historia publicada y después la editaré o algo. Aún no le tengo muy claro.

Si os ha gustado pasaos por mi perfil para mirar mis otros relatos.

Un beso muy grande!!!

Adiós amores!!!!

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