Capítulo 10:
Alex
Vale, asunto pendiente resuelto. ¿Se suponía que ahora tenía que sentirme mejor, más aliviado? Porque no siento eso en absoluto. Es más, me he quedado con ganas de más, mucho más. Ya no sé que hacer para solucionar esto. Puede que después de cerrar este trato me vaya de viaje por una buena temporada.
-¿Señor Levinson?-Bellucci me saca de mis pensamientos.
-Lo siento mucho, me he ido un momento. Por favor, continúe.-Unas horas después finalizamos la reunión. Queda poco parar acabar las negociaciones por lo que en pocos días nos iremos. Menos mal.
-¿Pero qué demonios le pasa a la gente? Primero Chloe y ahora tú. ¿Es una epidemia de gripe aviar o algo así?-pregunta Mark, desesperado.
-¿De qué hablas?-Con este chico te pierdes.
-De vuestro comportamiento. Dais miedo, ¿lo sabías?
-¿Has conseguido sacarle algo a Chloe?
-No, no hay manera. Y eso es raro porqué el límite de tiempo para contarme algo es de cinco horas.-Yo tampoco conseguí nada hablando con Kathia. Eso no es del todo cierto. Mi puto subconsciente me estaba cabreando a base de bien.-Por cierto, ¿qué tal con la italiana? La chica está de muerte.
-No he hablado con ella desde el día de la discoteca.-En ese momento se me ocurre que quizás Diana es la solución. Le envío un mensaje al móvil para salir esta tarde por la ciudad. Poco después recibo una respuesta.
-He de confesar que tenía muchas ganas de volver a vernos.-Diana y yo estamos delante del Castillo San Angelo tomando un capuchino.
-Siento no habernos visto más a menudo pero los negocios me persiguen allá donde vaya.
-Te entiendo. Estoy tan metida en mi carrera de modelo que ya no recuerdo cundo fue la última vez que estuve de vacaciones.
-Ya no sé que quiere decir esa palabra.-se ríe, pero su risa me parece demasiado ensayada, poco natural.
-Tienes un poco de espuma en el labio.-se me acerca y me quita la espuma de un lametón.-Ya está. Por cierto, te he comprado un regalo.
-¿Un regalo para mí?
-Para que te lleves un buen recuerdo de Italia y de mí. Estoy deseando que lo veas.
Cuando llegamos al hotel, pienso en quedar con ella esta noche. Lo cierto es que no me vendría mal una sesión de “desfogue” después de todo.
-¿Nos vemos esta noche?-le pregunto.
-De acuerdo.
-A las nueves, si te viene bien.
-¿Me pasas a buscar a mi habitación?-me pregunta con voz inocente.
-Claro, allí estaré.
-Entonces, nos vemos después-dice pasando la mano por mi pecho.-Ciao-se despide con una sensual pronunciación italiana.
-Ciao-.
A las nueve estoy plantado delante de la puerta de su habitación. Toco a la puerta, pero no oigo nada.
-¿Diana?-me apoyo en la puerta, que se abre. Está abierta. Dentro solo está encendida la luz del baño.
-Alex, lo siento, aun no he acabado de arreglarme. ¿Te importaría esperarme en el salón?
-No hay problema. Aquí te espero.- me quedo mirando por la ventana de la habitación la ciudad escuchando los ruidos a mi espalda.
-Ya estoy lista.-me giro y la veo en medio del salón totalmente desnuda solo con unos tacones y una liga.-¿Te gusta tu regalo?-me he quedado helado. No sé cómo reaccionar, me ha pillado con la guardia baja. Se acerca a mí caminando como una pantera apunto de cazar a su presa. -Llevas demasiada ropa encima.
Empieza a quitarme la chaqueta del traje; sigo estático. Sigue por desprenderme la camisa y junta nuestro labios con un beso cargado de erotismo. Por fin reacciono, la abrazo mientras caminamos hacia el dormitorio. Me tumba de espaldas y se sienta encima mío mientras acaricia mi pecho desnudo. Desabrocha mi pantalón para quitármelo a continuación. Mi cuerpo está concentrado en lo que me hace Diana pero mi cabeza viaja a otro lugar; a un laberinto de estatuas y a los gemidos de placer de una chica de dorados cabellos.¿Podía acostarme con Diana mientras pienso en Kathia?
-Diana, para.-ella está sujetando la goma de los calzoncillos, a punto de desprenderme de ellos.
-¿Qué pasa?
-Lo siento pero no puedo hacerlo. No estoy pendiente de esto.-digo sentándome en la cama.
-¿Es por la chica inglesa?-me pregunta suspicaz. No contesto y ella continua.-Vi cómo la mirabas en la discoteca.
-¿A qué te refieres?
-Sé identificar esa mirada .Llámalo intuición femenina, pero sospecho que hubo algo entre vosotros. ¿Me equivoco?
-No quiero hablar del tema.-me visto rápidamente.
-Me he acostado alguna vez con su marido desde que llego. No deben de ser un matrimonio muy feliz si hay infidelidad.
-¿Te has acostado con Jacke?-pregunto estupefacto.
-Cuando fui a alguna de las fiestas privadas. Ya sabes, las de alcohol, sexo y drogas por todas partes. El hombre es un juerguista, un poco bipolar, pero sabe divertirse.
-Me tengo que ir.-salgo pitando de la habitación, abrumado por todo lo que ha pasado y he descubierto. Definitivamente no había nada normal en ellos.
Kathia
Son la una de la madrugada, cuando siento que me llaman al móvil.
-¿Diga?-contesto con voz adormilada.
-¿Señora Blume?
-Sí, soy yo. ¿Qué sucede?
-Verá le llamo des del Hospital Royal Brompton. Su padre ha sufrido un infarto.
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El pacto
General FictionKathia es una chica de 22 años atrapada en un infierno de matrimonio. Tuvo que sacrificar su amor cuando solo tenía 18 años para proteger a sus seres queridos. Alex con solo 23 años ya ha disfrutado de todo en la vida pero, aunque lo intente ocultar...