Reencuentro

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Capítulo 4: Alex

Nada más poner un pie en Roma, dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a un famoso club del centro. Estoy sentado en uno de los modernos sofás de la zona VIP, tomándome una copa. En la barra hay una chica morena mirándome, lleva rato haciéndolo. Este intercambio de miraditas solo puede acabar de una manera y eso incluye ella y yo en el baño, contra la pared. 

-Siempre haciendo de las tuyas, Alex-me dice de pronto Chloe, sentándose a mi lado con una sonrisa.

-¿Dónde has dejado al maromo?-le pregunto sonriendo.

-Ni lo sé ni me importa- responde altanera.

-¿Qué ha pasado ya?

-Cuando le dije que quería unas vacaciones no me refería a esto precisamente.

No le veo el romanticismo a un viaje de negocio-dice mientras se cruza de brazos enfurruñada.-Cambiando de tema: ¿qué pasa con la morena de la barra?

-Quede aquí a…diez minutos, va a ver las estrellas-digo con tono chulo.

-Alex, estás seguro que no quieres dejar esto y buscar a alguien para tener una relación estable. Te mereces ser feliz-dice Chloe poniendo su mano en mi brazo.

-Chloe, estoy muy bien así. No quiero una novia; no quiero complicaciones, solo echar un polvo.-le contesto un poco brusco.

-Han pasado cuatro años, Alex. Tienes que dejar abrir tu corazón alguien, dejar que te curen-dice ella con tono maternal.

-Chloe, no necesito a nadie. Solo quiero divertirme. Punto. Si no te importa, no quiero seguir hablando de este tema. Está más que pasado.-digo ofuscado.

-Lo siento. Tienes razón. No debería haber dicho nada, pero me preocupo por ti. Eres mi amigo, y no quiero que sufras.-dice apenada. Le doy un abrazo tranquilizándola. Llegan Mark, Denise y John. Los saludo y me dirijo a la barra. Tengo que descargar la tensión y el regusto amargo de esta conversación con la morena. Coqueteo un poco con ella, la invito a unas copas y cuando me doy cuenta estamos de camino a los baños de la zona VIP. Cerramos la puerta con el cerrojo, la apoyo en la pared mientras la beso subiéndole el corto vestido. Le quito las bragas mientras ella mete la mano en mi pantalón para coger  mi miembro. Me pongo el condón y la penetro bruscamente. Grita de placer y comienzo a embestirla, pero mientras lo hago no puedo evitar pensar en unos profundos ojos verdes ni en el delicioso olor a jazmín de su piel. Joder, otra vez no. Acelero el ritmo para acabar cuanto antes,ella gime fuertemente mientras llega al clímax y después la sigo. Nos arreglamos la ropa y le doy un breve beso en los labios como despedida.

-Me voy al hotel-digo cuando llego adonde están mis amigos.

-¿Por qué?¿Te encuentras bien?-me pregunta John.

-Sí, tranquilos, solo me duele la cabeza del estrés.-pongo como excusa; simplemente quiero estar solo.

Salgo de la discoteca, me monto en el coche y me dirijo al hotel. Cojo el volante con fuerza, aun no he liberado tensiones sino más bien al contrario. Voy a mi habitación, me pongo un chándal y bajo al gimnasio. Después de una hora corriendo y dándole puñetazos al saco de boxeo me siento más relajado. Cada vez que pienso en ella me pasa lo mismo; esto no es sano. Quizás Chloe tenga razón y debo buscarme una novio, pero Kathia siempre será una herida profunda sin sutura en mi alma.

La noche siguiente estoy delante del espejo anudándome la maldita pajarita. Cómo odio vestir tan formal, pero esta fiesta es muy importante para la naviera y debo joderme. Para más inri tendré que soportar a un montón de snobs gilipollas; gilipollas pero ricos.

-Alex, tardas más que una chica para arreglarte un poco.-dice Mark entrando en la habitación.-¿Has acabado de ponerte el rímel?

-Calla quejica, ya estoy listo. Seguro que no tienes huevos de decirle eso a tu novia-le respondo burlándome de él.

-¿Estás loco? Me los cortaría y se los pondría en el retrovisor del coche.-dice riéndose-Pero en el fondo es fantástica. Bueno, en marcha.

Los cinco salimos del hotel y cogemos un taxi que nos lleva al lujoso hotel. Este tipo italiano tiene buen gusto, eso no se puede negar. Entramos a un gran sala dorada con frescos de angelitos desnudos en las paredes y en el techo. El glamour y el dinero se pueden oler en el aire. John, Denise y Chloe se acercan a la fuente de ponche para beber algo mientras Mark y yo nos encontramos con Bellucci.

-¿Qué tal estáis, signori? Espero que disfrutéis esta noche con la inauguración. Si me permitís me gustaría presentaros a unos amigos.-dice Ángelo.

Mientras realiza las presentaciones veo un movimiento por el rabillo del ojo. Giro la cabeza levemente hacia donde he visto el movimiento y mi mundo se viene abajo.

Es ella. Entrando al salón con su marido.

Kathia

Estoy sentada en el coche con Jacke sentado a mi lado, inclinado hacia la ventana. Habla por teléfono con alguien. Por el tono que usa diría que es con una mujer.

Mejor, así esta noche me deja en paz. No soporto que me toque. La única vez que lo hicimos me mantuve quieta como una tabla y con los ojos cerrados; cuando acabó me dijo que era una frígida. Eso fue al poco de casarnos y des de entonces se desahoga con sus amantes, cosa que me alegra muchísimo.

-Ya hemos llegado, señor-anuncia el chófer.

Bajamos del coche y una marea de periodistas nos espera para fotografiarnos. Comienza el show. Jacke rodea con su brazo mi cintura mientras nos fotografían;

es ahora cuando tengo que aparentar ser la mujer más enamorada del mundo. Sonrió falsamente, entonces Jacke me besa delante de la prensa. Me quedo helada. ¿Qué coño está haciendo? Me arrastra hasta la entrada mientras le echo una furibunda mirada.

-¿Qué demonios ha sido eso?-le susurro.

-No exageres. Eres mi mujer, te doy un beso si me da la gana-responde de mala manera.

-Vete a la mierda-le contesto furiosa.

-Kathia, querida, contrólate si no quieres acabar mal la noche-dice mientras me aprieta dolorosamente la mano.

Entramos al salón. Es realmente precioso, una obra de arte. Repentinamente siento la mirada de alguien puesta en mí. Me giro y veo esos increíbles ojos azules mirándome fijamente. Todo a mi alrededor se difumina, solo puedo ver su hermoso rostro. Tengo tantas ganas de correr hacia él y abrazarle, besarle, tocarle.

-¿Qué demonios hace él aquí?-pregunta Jacke bruscamente sacándome de mi ensoñación.

 Oh, Dios mío.

………………………………………

 

Esto se va a poner muy interesante a partir de ahora. No subiré ningún capítulo hasta la semana que viene. Prácticamente he hecho un maratón.

Un saludo a tod@s¡¡!!

El pactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora