El laberinto

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Capítulo 9:

Alex

No he visto a Diana des de la noche de la discoteca. Cuando volvimos al hotel me despedí de ella en la recepción y me marché a mi habitación solo. Necesitaba pensar en lo que había pasado. Creía que ya había superado lo de Kathia pero es obvio que aun queda la química que teníamos antaño. Pero eso es lo único que siento por ella, deseo. Aun así tengo un enorme caos en mi cabeza. Lo mejor es que me concentre en el trabajo.

Al día siguiente me paso toda la mañana con Bellucci decidiendo el diseño de los barcos. Por la tarde me quedo viendo un partido de fútbol con los chicos en la habitación del hotel mientras Denise se relaja en el spa y Chloe se va a dar una vuelta.

-Oye tío, ¿qué pasó ayer con Kathia en la discoteca?-me pregunta Mark cuando acaba la media parte del partido.

-Nada, solo tuvimos una pequeña bronca-respondo evitando tocar el tema

-Pero después entraste tú solo. ¿Qué le hiciste? - me pregunta John.

-¿Debo llamar a mi abogado?-bromeo para esquivar la pregunta.

-Venga, Alex, sabemos que algo pasó.-insiste Mark.

-Nos besamos-digo por lo bajo.

-¿La besaste tú o te besó ella?-pregunta John.

-¿Y yo que sé? Estábamos discutiendo y al segundo siguiente estábamos pegados besándonos.

-O sea, que aun te pone, ¿no?- A veces me gustaría retorcerle el cuello a Mark.

-No lo sé. Estoy confuso.-digo pasándome la mano por el pelo-Diana y yo acabamos de  acordar una relación de amigos con derechos.

-Así que os acostáis-concluye John.

-Solo fue una vez. Y des de entonces no tengo ganas de acostarme con ella. Cuando la miro solo le veo defectos. Cuando tienes una tía tan a tiro no te pones a analizarla, solo aceptas y punto.

-¿Es posible que compares a Diana con Kathia?-me pregunta Mark.

-Puede ser.-mierda, sí que lo hacía.

-En mi opinión Kathia y tú tenéis asuntos pendientes. Debéis resolver esa tensión sexual para poder seguir adelante con vuestras vidas.-John siempre tan franco y práctico.

-Estoy de acuerdo-le apoya Mark.

-Sigamos viendo el partido.-dije para desviar la atención. Estuve el resto de la tarde pensando en ese asunto. ¿Si Kathia y yo nos acostábamos podría quitarme esta presión del pecho para siempre?

Por la noche nos vamos todos juntos a una pizzería. No te puedes ir de Italia sin catar sus platos más típicos. Durante la cena n o puedo evitar fijarme en lo rara que está Chole; demasiado callada. ¿Le habrá pasado algo? Mark le da un apretón en la mano y le pregunta con la mirada que le pasa, a lo que ella niega con la cabeza. Mientras los demás se toman un café, yo salgo del restaurante para fumarme un cigarro. Oigo la puerta abrirse y al girarme me encuentro con Chloe.

-Hola.-me dice. Le devuelvo el saludo.-¿Me das un cigarrillo?

-Claro.-le enciendo el cigarro-¿Estás bien?

-Sí, estoy bien.-me la quedo mirando un rato.

-¿Te ha pasado algo está tarde?-veo cómo se tensa. He dado en el clavo. Ella niega.-Chole, estás muy callada. Eso no es normal en ti. Venga, cuéntame qué ha pasado-le digo pasándole el brazo por los hombros. Chloe es como la hermana pequeña que nunca tuve, y no me gusta verla tan triste.

El pactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora