Capítulo 2.

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¡Por fin! Había llegado la hora de largarme a casa, deseaba tanto llegar a esta y darle un gran abrazo a mi madre.

Abrí la puerta de mi preciado hogar pero no encontré a nadie, subí las escaleras y me dirigía a mi habitación hasta que unos gritos ahogados me pararan en seco. Los gritos venían de la habitación de Samantha; por lo que supuse que estaba con alguno de los chicos del equipo de futbol. Seguí mi camino hasta que llegue a mi habitación y puse la música a todo, para que así los gritos de “placer” que soltaba Samantha se dejaran de escuchar. Hasta que Harry entro a mi habitación haciendo que parara en seco; el solo llevaba sus bóxer y  el cabello algo despeinado. Se acercó a mí él estaba furioso y todo por mi culpa. Apago la música y me miro con cara de odio.

-Así se va a quedar, ¿entendiste? –Baje mi rostro mientras asentía, él se acercó y se paró frente a mí. –Buena chica. –Dijo y salió de mi habitación para que segundos después se volvieran a escuchar esos gritos.

Estaba tan harta de que siempre era lo mismo, él tenía más derecho en esta casa que yo. Mi estómago hizo un ruido raro; era obvio que pedía comida. Baje hasta la cocina y tome un vaso de agua, era lo único que comía. Me senté en el sofá mientras trataba de ignorar los gritos alocados de mi hermana.

Sentí como unos susurros se escuchaban a mí alrededor, abrí mis ojos y me encontré con los ojos verdes obscuro que tanto caracterizaban a Harry.

-Hasta que despiertas cerda. Mis amigos van a llegar en unos segundo y tú como vaca dormida.

Me pare deprisa, pero era tarde; todo el equipo de futbol estaba a mí alrededor.

-Ou, creo que a la pequeña vaca le llego su amiguito.

Mire y el sofá estaba manchado de rojo, maldije en mis adentros mientras volvía a ver a los amigos de Harry que reían sin parar, algunos tomaban fotos y otros solo reían como locos. Me pare del sofá y corrí escalera arriba, quería morir en ese mismo momento. Entre a mi habitación mientras me tiraba tras la puerta, llore  como nunca lo había hecho, me sentía terrible, me sentía humillada, totalmente sola.

Corrí al lavado y entre mire mis bragas y en ellas no había ni una gota de líquido rojo. Maldije mil veces a Styles. Me mire en el espejo y vi como las lágrimas caían lentamente por mis mejillas, me quería morir en este mismo momento. Tome la pequeña navaja que tenía a mi alcancé y comencé con los cortes, uno tras otro hasta que dejo de doler. Metí mi brazo al agua helada para que estas dejaran de sangrar a los pocos minutos lo hicieron. Me metí a la gran tina, mientras el agua empapaba mi ropa, odiaba todo esto, odiaba a Harry, Odiaba a Samantha, odiaba a mi padre, odiaba a mi madre por dejarme solar y me odiaba a mí por ser tan estúpida.

….

 Tome mi pijama y me la puse en mi feo cuerpo, la música se escuchaba por toda la casa al igual que los gritos, mire la hora y apenas eran las 10. Me metí en la cama  esperando a que los gritos y la música callaran pero no sucedió eso. Salí de la cama, puse unas botas de invierno, tome el libro el cual trataba de leer y salí de la habitación, baje por las escaleras, tratando de ser lo más invisible que se pudiera. Mire a mi alrededor, había más de 200 personas en casa, personas que nunca en mi vida había visto. Vi a Samantha que estaba tirada arriba a John el capitán del equipo de futbol, mientras que Harry se besaba con dos rubias. Ignore todo eso y salí; afuera estaba haciendo un frio del diablo, me abrase a mí misma al igual que a mi preciado libro – Antes de Morirme-.

Camine hasta que por fin no se escuchaba la música que provenía de mi casa. Vi a lo lejos una pequeña banca donde la luz de la linterna que había a un lado llegaba, era perfecto ese lugar para leer. Me senté en la banca mientras comenzaba a leer. Los minutos pasaron, hasta que ya no sentía el rostro del frio, mire la hora y ya pasaba de la media noche. Tome mi libro y camine con la vista hacia abajo hasta que alguien se interpuso frente a mí.  

Me pare al instante, al igual que el chico, él se puso frente a mí mientras me ayudaba a recoger el libro y me lo daba.

-Discúlpame, no te vi.

-No importa, yo soy una torpe y ahh solo perdón. –El me miro, para luego apartar su vista hacia mi libro.

-¿No crees que es un poco tarde para estar leyendo y más en este lugar?

-Ah, pues sí, pero en mi hogar hay un desastre.

-¿Eres tú la hermana de Samantha? –Alcè mi vista y vi como era él; el chico con el Samantha había salido antes de dejarlo por el estúpido de Harry.

-Prefiero que me digas Lea en lugar de “Hermana de la zorra de Samantha”.- El comenzó a reír, mientras mis mejillas se comenzaban a sentir calientes. Di una risita nerviosa y mire nuevamente al libro.- Bueno yo me tengo que ir. Adiós….

-Thomas, mi nombre es Thomas. –Dijo y me extendió la mano.- ¿Quieres que te acompañe a casa?

-No. –Dije rápido y el me miro desconcentrado. –No gracias, ya estoy por llegar. Además, ¿Qué haces tú a esta hora?

-Ah, pues viene digamos que a tu casa. –Mierda, había ido a ver a Samantha- Si, fui con Samantha pero ella se perdió y no la encontré.

-¿Tu y ella aún son..? –Dije mientras dejaba la pregunta en el aire, esperando a que el contestara, pero no lo veía muy cómodo así que.- Sabes que no me importa, lo lamento. Me tengo que ir adiós Thomas.

Salí corriendo con dirección a mi casa, la música había terminado y los coches que había afuera ya no estaban. Entre mientras veía como había miles de botellas de cerveza. Mire a mi derecha y en el sofá estaba Harry más dormido que nada, estaba haciendo frio por lo que le puse una manta. Puede que el fuera un dolor de culo conmigo, pero yo no lo era con las personas, no me gustaba ser mala persona así que hacia lo posible por portarme amable. Subí a mi habitación pero solo encontré un desastre en él. Mire las paredes que antes eran blancas, ahora solo llevaban letras como “GORDA”, “Hipopótamo” “Vaca” e insultos más feos. Mire toda mi habitación, no podía creerlo; mire hacia la puerta y un Harry con una sonrisa triunfante me miraba  con asco. Sentí como las lágrimas salían de mis ojos, lo mire directamente a los ojos, ellos no tenían aquel brillo de cuando lo conocí; ahora solo era un verde obscuro.

-¿Por qué lo haces? –Susurre mientras me paraba frente a él. -¿Te divierte todo esto? Porqué en lugar de hacerme sentir una mierda no me matas y así terminas con el dolor. –Sus facciones cambiaron, ahora ya solo tenía el ceño fruncido mientras daba una gran risa.

-¿Crees que matarte sería fácil? Mira cerda, si te matara ya no tendría diversión como ahora que estás tú.

-Vete de mi habitación. –El sonrió por ultimo y salió pero sin antes decirme.

-No seas tan ridícula por favor, por más que seas amable conmigo, vas a seguir siendo un asco para mí. ¿Entiendes?

Sin más se marchó, dejándome sola, sola como siempre  estaba mi vida. Llore por toda la noche hasta que quede dormida. Yo me merecía todo lo que me estaba pasando, lo merecía por ser un cerdo.

Anorexia {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora