Capítulo 24

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CAPITULO 24

NARRA ALLY

Estaba cerca, muy cerca y podía sentir su aliento de menta pasar por mi nariz. Inconscientemente mis manos comenzaron a moverse y a levantarse de mis rodillas.

 “¡Mierda! ¿Qué haces? ¡Para!”, ¡Haz que paren!, “Solo soy tú conciencia no puedo hacer eso”, no sirves de nada joder.

-Bien chicos, se acabó el tiempo- interrumpió Susan y en ese momento la amé.

Bajé mis manos a mis rodillas de nuevo e Ian se alejó de mi sonriente.

-No lo has conseguido- dije con una sonrisa.

Se alejó y se paró en frente mía.

-No tardaré en hacerlo- y se fue hacía el circulo otra vez. Fui detrás de él y me senté de nuevo en mi sitio.

-No lo ha conseguido- susurré al oído de Susan.

Ella se agachó sobre el mío.

-Te vi levantando los brazos- sonrió victoriosa y mi cara se formó en una mueca- Prácticamente te salvé- rió por mi cara de disgusto y miró hacia otro lado con una sonrisa.

Seguimos jugando mientras notaba unos pinchazos en el brazo donde tenía la herida de bala de hace unas semanas.

-¿Vemos una película?- propuso Susan- Tengo una en mi bolso.

Todos asentimos y ella se levanto dirigiéndose a mi cuarto. Regresó minutos después con la película en su mano y fue hacia la televisión del salón para ponerla.

-¿Qué película es?- pregunté yo mientras me levantaba y me sentaba en el colchón.

-Una de zombies…- murmuró.

Me tensé al momento y me dirigí hacia donde estaba ella.

-¿Eres tonta? Quita eso- empecé a replicar mientras quitaba la cinta.

-No, déjala- me quitó la cinta de las manos y volvió a ponerla.

-¿No tenías más películas?- dije molesta.

-No- dijo segura- Además los zombies no existen- finalizó y se sentó.

Bufé y volví a mi sitio, me tumbé en mi sitio. Los demás llegaron y se hicieron un sitio, sentí alguien detrás de mí pero no me hizo falta darme la vuelta para saber quién es.

-No te preocupes- susurró Ian en mi oído. Me estremecí y cerré los ojos inconscientemente pero los abrí al segundo al saber lo que trataba de hacer.

No me giré y me quedé en mi posición sintiendo como su cuerpo se acomodaba detrás de mí.

Su respiración en mi nuca no me dejaba concentrarme en la película, aunque eso no impedía que se me parara la respiración cuando veía un zombie comiendo cerebros, era asqueroso. El sueño comenzó a venir a mí y no tarde en caer en un profundo sueño que se convertiría en pesadilla.

NARRA IAN

Me tumbé detrás de ella notando como se tensaba y me alejé un poco dejándole su espacio. No hacía mucho caso a la película ya que le olor a vainilla de su pelo  inundaba mis fosas nasales llevándome a otro mundo, “Cursi de mierda”, no empieces y déjame tranquilo, “¿Por qué no la besaste antes? Era la oportunidad perfecta imbécil”, no lo sé,  de verdad pero no soy imbécil, “Oh vaya que si lo eres”, bueno cállate ya.

Después de la pequeña discusión con mi conciencia, me limité a escuchar las respiraciones pausadas de todos, se habían dormido. Me levanté y apagué la televisión, cuando me di la vuelta para volver observe la escena que había en el suelo.

Dan rodeaba por la cintura a Charlotte mientras que ésta le daba la espalda, Derek tenía un brazo por la cadera de Susan mientras que ella tenía su cabeza metida en el hueco de su cuello y James… Bueno James tenía una mano en el trasero de Michelle y ella tenía una pierna sobre su rodilla. Me reí silenciosamente y volví a mi sitio con Ally, me tumbé otra vez en la misma posición de antes.

Empecé a subir mi brazo por su cintura y la abracé atrayéndola hacia mí.

-Mataría monstruos por ti, chica mala- susurré en su oído y apoyé mi mejilla contra la suya.

 En cuestión de segundos me quedé dormido esnifando el olor de su cabello.

Algo se empezó a remover debajo de mí y abrí un ojo. Mire hacia abajo y Ally se dio la vuelta metiendo su cabeza en el hueco de mi cuello.

-T-tengo - fi-frío- tartamudeó.

La aparté un poco y puse mi mano en su frente.

-Estas ardiendo- susurré, miré a los lados buscando una sábana y vi a Derek tapado con una, me levanté un poco, tiré de ella y Derek se levantó exaltado.

-¿Qué cojones haces tío?- gritó susurrando aún adormilado.

-Cállate y vuelve a dormir imbécil- dije molesto.

El hizo caso y volvió a su posición murmurando algo que no pude entender.

Con la sábana, tapé a Ally que seguía tiritando.

-¿Cómo puedes tener frío si estas ardiendo?- pregunté para mí mismo.

Suspiré y volví a dormir abrazado a ella.

NARRA ALLY

Escuchaba risas y el sonido del flash, me dolía todo no podía abrir ni los ojos, pero hice un esfuerzo y miré hacia donde venían las risas.

-Oh no…- dije con un hilo de voz.

Los chicos estaban haciéndonos fotos a mí y a Ian. Él, abrió los ojos y me miró preocupado.

-¿Qué? ¿Qué pasa?- cogió mi cara entre sus manos - ¿Te duele algo?

Lo miré atónita y sonreí.

-S-si,  e-estoy b-bien- tartamudeé por la cercanía entre nosotros.

El asintió con una sonrisa satisfecha y se giró hacia las risas.

-Seréis  idiotas, dadme la cámara- se levantó y empezó a caminar a por ellos que se fueron corriendo hacia la cocina.

Volví a tumbarme sobre la almohada y el dolor intenso en mi brazo y en mi cabeza vinieron otra vez.

“Deberías ir al médico”, estoy bien, “No, no lo estas”, gracias por preocuparte por mí pero estoy fantástica, “Bueno vale, al menos lo he intentado”, gracias.

Me mordí el labio para evitar soltar un grito cuando mi brazo empezó a arder de dolor.

-Oye ¿Quier…- Ian se calló cuando vio mi mueca de dolor y vino corriendo hacia mí- Joder Ally ¿Estás bien?- dijo con una notable preocupación en su voz.

Asentí.

-¿Quieres dejar de mentir? Está claro que no lo estás, te llevaré al médico- se levantó pero le cogí de la camiseta parándole.

-No quiero ir, se me pasará- pedí.

-No puedes seguir así.

-Por favor…- susurré cerrando los ojos cuando el dolor paso otra vez- Solo, ayúdame a ir a mi cuarto.

El suspiró frustrado y se paso una mano por su cabellera castaña.

-Está bien- dijo con el ceño fruncido.

Le regalé una media sonrisa y empecé a incorporarme cuando sus brazos me rodearon y me levantaron del suelo. Le miré y él me sonrió empezando a caminar hacia mi cuarto, apoyé mi cabeza en su pecho y cerré los ojos.

Abrió la puerta y entró, me dejó sobre la cama y se quedó parado mirándome con el ceño fruncido.

-¿Por qué tienes sangre en tu brazo?

Mierda, me había pillado. 

Aléjate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora