Capítulo 27

1.2K 42 6
                                    

CAPITULO 27

NARRA IAN

Una hora y media.

Una maldita hora y media llevábamos esperando en la sala del hospital.

La madre de Ally estaba sentada en la incómoda silla del pasillo, mirando en un punto fijo, con las manos hechas un puño.

Quería preguntarle sobre lo que le había sucedido a Ally, pero no era un buen momento.

-Ian, cielo, puedes irte a casa - dijo con los ojos llorosos.

-No, quiero quedarme - aseguré sin pensarlo.

Ella asintió con una sonrisa de ¿melancolía?

-Gracias por todo- habló con una enorme sonrisa.

-¿Qué es todo?- dije confuso.

-Hace bastantes años que no veo a mi hija sonreír como lo hace últimamente.

Sonreí recordando su sonrisa.

-No creo que sea gracias a mí… - dije mirando el suelo pensando en ella

-Desde que apareciste en su vida, no ha vuelto a ser la misma - indicó con nostalgia.

-¿Y eso es bueno?

-Eso es fantástico - declaró segura.

Le miré sonriendo y ella me correspondió.

Un médico salió de la habitación de Ally y vino hacia nosotros.

-¿Familiares de Allyson Connor? - dijo mirándonos.

-Soy su madre - habló ella.

El médico me miró esperando que me presentase.

-Soy un amigo - extrañamente me dolió decir eso.

El doctor asintió satisfecho y se giró hacia la madre de Ally.

-Allyson ha sufrido un ataque de ansiedad grave, debido a una infección que tenía en el brazo que hizo que le subiera la fiebre demasiado - comentó con una mueca - Esto hizo que tuviera unas pesadillas que le produjeron el ataque. A parte de eso, la herida, estaba muy infectada, se la hemos desinfectado tanto como pudimos, y ahora una enfermera le está inyectando unos antibióticos.

La madre de Ally asintió mientras intentaba admitir toda la información.

-¿Podemos pasar a verla? - pregunté despertando de mis pensamientos.

El doctor se giró hacia mí.

-Ahora está dormida, pero pueden pasar a verla de uno en uno - contestó haciendo algo parecido a una sonrisa.

Asentimos y él se fue hacia otra dirección entrando en una habitación nueva.

-Pasa tú primero- pedí a Marie.

Ella asintió sonriendo y entró sonriendo a la habitación.

Me senté en las incómodas sillas del hospital y me llevé la cabeza a mis manos apoyándome en mis rodillas.

Sabes que fue tu culpa”, ¿por qué?, “Le prometiste que te quedarías con ella y no cumpliste con tu promesa”, n-no sabía que estuviera tan mal, “Se lo prometiste y no lo hiciste”, no lo vuelvas a repetir, “Sabes que fue tu culpa, acéptalo”.

-¡QUE TE CALLES!- grité en medio del pasillo llamando la atención de las personas que estaban sentadas por el pasillo.

Me pasé la mano por el pelo y fui a por un café.

Entré a la cafetería caminando hacia la dependienta.

-Un café con azúcar por favor- pedí mientras sacaba la cartera.

Se escucharon unos ruidos de la cafetera y luego oí un carraspeo de una voz femenina.

-Aquí tiene - habló una voz, levanté la cabeza encontrándome con una chica de pelo rubio oscuro mirándome con sus ojos color café.

-Gracias - cogí el café y salí de la cafetería no sin que antes la dependienta me regalara una sonrisa pícara.

Me giré sin devolverle la sonrisa, algo demasiado raro en mí, y empecé a caminar hacia la habitación de Ally. Levanté el café pata tomar un sorbo y vi unas letras en el lateral del vaso, lo acerque un poco para ver qué era.

-”Llámame, te dejo aquí mi número” - leí y luego vi unos números.

Solté una carcajada y me paré cuando llegué a la habitación.

Iba a tocar cuando se abrió la puerta y salió Marie del cuarto.

-¿Está bien? - pregunté en cuanto salió.

-Está dormida, pero puedes pasar a verla mientras voy a por ropa limpia - dijo sonriendo.

Le devolví la sonrisa con ganas y entré a la habitación. Me adentré un poco más y en mi vista apareció la cama en la que Ally dormía, me acerqué hasta donde estaba ella y me senté en la silla que estaba a su lado, dejando el café a un lado centrándome en ella.

Tenía unos tubos alrededor de la cara y que le entraban por la nariz proporcionándole oxígeno.

Levanté la mano y le acaricié su pálida cara, se removió un poco pero seguí rozando mi mano contra su suave piel.

Estaba mal.

Estaba realmente mal. Tenía el pelo desordenado, la piel demacrada y los labios resecos. Aún así, estaba realmente adorable, podría estar hecha una mierda y para mí sería la chica más guapa.

Quité mi mano de su cara y uní su esquelética mano con la mía. Apoyé mi cabeza en nuestras manos y suspiré.

-Lo siento…- susurré antes de caer dormido.

-Ian…- escuché a lo lejos como me llamaba una débil voz - Ian me duele la mano - repitió seguido de una suave risa.

Esa voz, esa risa, la única que conseguía ponerme nervioso con solo decir mi nombre…

Me levanté de repente y miré hacia la dirección de donde provenía la voz, y ahí estaba ella, la chica que me alegraba los días sin saber porque.

-¿A- Ally?- pregunté sin poder creérmelo.

-La misma - respondió con una débil sonrisa.

Abrí los ojos con sorpresa mientras ella me miraba divertida por mi reacción.

Me tiré sobre ella y la empujé sobre la cama poniendo mi cabeza en su cuello.

-¿Me has echado tanto de menos? - comentó risueña correspondiendo mi abrazo.

-Joder que si te he echado de menos – respiré su perfume.

-Solo he estado inconsciente unas horas, no es para tanto – noté que se tensaba cuando se apoyó en mi cuello.

-Para mí ha sido una eternidad - suspiré en su cuello.

Me abrazó con más fuerza y nos quedamos así abrazados durante varios minutos.

-Tengo sed – dijo sin separarse.

Me aparté de ella sin prisa y la miré.

-Iré a por agua – me levanté, pero antes de abrir la puerta me giré a mirarla con miedo - ¿No te irás verdad?

Levantó la mirada sorprendida y me sonrió dulcemente.

-No, claro que no – respondió segura.

-¿Me lo prometes? - volví a preguntar de nuevo.

Suspiró seguida de una mirada con un mensaje que no pude identificar.

-Te lo prometo – contestó.

Sonreí satisfecho antes de irme.

Estaba feliz.

Feliz porque ella estaba bien.

Feliz por el simple hecho de que ella sonriera.

Feliz... Por que ella me hacia feliz.

Aléjate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora